Histórico: Valpo y Viña unidos en gigantesca marcha social
Miles de personas atravesaron la avenida España con banderas, carteles, gritos y silbatos, para reunirse con los manifestantes que llegaron desde diversos puntos de la Ciudad Jardín. Las familias se plegaron al llamado para marchar de forma pacífica y exigir soluciones reales a los problemas de la gente.
La convocatoria buscaba un hito inédito: una marcha que uniera a Valparaíso y Viña del Mar en una sola gran manifestación ciudadana. Y la meta fue alcanzada con creces.
"#NoEstamosEnGuerra: Unión Valpo-Viña", se titulaba el llamado oficial, cuya organización se desconoce. En el afiche viralizado se hacía el llamado a manifestarse pacíficamente, luciendo disfraces, sombreros y máscaras vistosas.
A las 11.00 de la mañana empezó a reunirse el contingente porteño al lado de la estación Barón. Una hilera de militares armados resguardaba la zona de reunión. En pocos minutos, el gentío era abrumador y los cacerolazos, ensordecedores.
La gente ya prácticamente no cabía en la vereda, pero seguían llegando los manifestantes. Desde las micros que se detenían en el paradero, bajaban más banderas, lienzos, ollas y silbatos. Los choferes se despedían apoyando con bocinazos al ritmo de los cacerolazos.
Hubo algunos manifestantes que se acercaron a los militares para entregar flores y abrazos. Algunos uniformados aceptaron la ofrenda, lo que generó reacciones mixtas de la gente.
Poco antes del mediodía, la marcha ingresó a la avenida España, utilizando la pista hacia Viña. Eran tantas personas que no tuvieron problemas para acaparar la calzada e interrumpir el tránsito.
Familias, estudiantes, niños y adultos mayores caminaban y cantaban por igual; la marcha era transversal. Los camiones, micros y vehículos que pasaban por la otra pista expresaban su apoyo con bocinazos y gestos con la mano, y hasta el maquinista del metro hizo sonar su bocina cuando pasó junto a la gente.
En los balcones de departamentos de Placeres y Recreo la gente acompañaba con sus cacerolas y vítores. El ambiente era totalmente familiar y pacífico. Payasos, mimos, malabaristas, batucadas, bailarinas y algunos creativos carteles sacaban carcajadas y eran el blanco de las cámaras.
En el recorrido, se podía ver a profesores, trabajadores de la salud, estudiantes y jubilados. Cada uno tenía sus respectivas quejas respecto a la educación, la salud y la previsión, respectivamente.
Pacífico
Dentro del recorrido, había un grupo de mujeres que caminaban alegremente y cuya edad no fue impedimento para manifestarse. Provenían de Quilpué y viajaron muy temprano para poder participar.
Una de ellas, Elvira Díaz, cuenta que participó para oponerse a las AFP. Trabaja como contadora y recibirá como pensión menos de la mitad que su sueldo actual. "Vine por las pensiones de las AFP. Tengo 105 millones y no puedo sacar nada. Yo ganaba un millón dos, y voy a sacar 380 lucas, mucho menos de la mitad", se lamentó.
Un grupo de internos de Enfermería también quiso formar parte de la marcha y además quisieron apoyar con sus conocimientos para ayudar a posibles heridos ante un eventual enfrentamiento con los uniformados. "Somos internos de Enfermería y estamos con otro grupo prestando primeros auxilios a los lesionados", contó Marc Moller.
Respecto del carácter pacífico de la manifestación, detalló que ese ha sido el espíritu de todas las marchas y cacerolazos.
"Es una marcha pacífica, igual que la de ayer (martes) que de repente se ve interrumpida por parte de Carabineros que dispersan sin ningún tipo de provocación", lamentó.
Al consultarles por las demandas de los estudiantes y profesionales de la salud, manifestó que quedaron disconformes con la "agenda social" del gobierno.
"El área de la salud está golpeadísima, los servicios colapsados, Mañalich no quiere reconocer que hay crisis y el Presidente al parecer tampoco, porque las medidas que ofreció anoche no tocan la salud, se habla de los medicamentos, pero nada en cuanto al personal de salud que tiene que trabajar y hacer peripecias todos los días, tiene que hacer magia con los pocos insumos que tenemos", dijo.
"Los tres o cuatro días que llevo manifestándome en la calle siempre ha sido esta la misma tónica, pero siempre termina de mala forma porque Carabineros provocan lo que ya todos saben", indicó Héctor Torres, que estaba uniformado con la camiseta de Wanderers y acompañado de familiares.
Agregó que el descontento de la familia se mantiene igual que desde el primer día.
"Los anuncios que hizo Piñera no son para nada suficientes, el descontento está a la vista, no hay mucho que explicar", dijo.
En viña siguieron
El punto de llegada era la plaza Vergara, donde la marcha se juntó con otra concentración que se manifestaba en la Ciudad Jardín, proveniente desde distintos puntos de la comuna. Convergieron junto a la estación de metro Viña del Mar para cantar, saltar y jugar con una pelota, ante la mirada de un pelotón de militares. En un momento incluso jugaron al vóleibol con los infantes de marina, en una escena que rápidamente se viralizó, como una imagen del ambiente pacífico que hubo durante la masiva manifestación de ayer.
A continuación, siguieron marchando por el frontis hospital Gustavo Fricke, luego subieron por calle Quillota, doblaron en 5 Norte y regresaron por avenida Libertad, para ocupar nuevamente la plaza viñamarina. Este recorrido fue realizado en poco menos de una hora, con la colaboración de las fuerzas armadas.
En el lugar, hubo un grupo de por lo menos una veintena de personas que se metió a "bañarse" a la pileta, celebrando y chapoteando en el agua este histórico momento.