La marcha más grande de la región fue recibida con una cortina lacrimógena
Más de 100.000 personas se dirigieron al Congreso Nacional, encontrándose con un agresivo operativo policial.
La convocatoria fue exhorbitante. Una oleada de banderas, pancartas y lienzos se abría paso por las ciudades Jardín y Puerto con la misión de llegar hasta el Congreso, sin embargo, chocaron con un arisco cordón policial.
Desde antes del mediodía que un exagerado perímetro impedía el libre tránsito a peatones y vehículos. Para tomar la ruta 68, solo estaba libre la calle Colón, y para viajar hacia Viña, solo se encontraba despejada la avenida Errázuriz. A primera vista, se entendía que las autoridades policiales se querían anticipar a la manifestación.
La organización de la denominada "Marcha más grande de la Quinta Región" constaba de dos concentraciones en Valparaíso y Viña del Mar, que fueron situadas en las plazas Sotomayor y Vergara, respectivamente.
Alrededor de las 15.00 horas iniciaron los recorridos desde ambos lugares, que como nunca, estaban hasta el tope de gente. Se estima que entre los dos grupos, superaron los 100.000 asistentes, donde se unía el público familiar, jóvenes, pescadores, trabajadores públicos, de la salud, ciclistas, motoqueros, dirigentes sociales, niños, adultos mayores, e hinchas wanderinos. Todos los sectores estaban representados.
En Viña, la masa cubría desde el Reloj de Flores hasta la parroquia y avanzaba acaparando toda la pista como una gigantesca cuncuna que se alimentaba de otros grupos que esperaban en Caleta Portales y Yolanda. Fueron precedidos por una caravana de más de cien motoqueros que iniciaron el trazado.
En los balcones y miradores de los cerros, resonaban las cacerolas y flameaban las banderas, los vehículos que iban por la otra pista saludaban por la ventana y bocineaban al ritmo de los cánticos.
Bernarda Martínez, bajó desde el cerro Esperanza junto a su familia para plegarse a la movilización.
"Las marchas hablan por sí solas, este es el descontento de la ciudadanía por las malas políticas, y los que no querían ver, que vean ahora", dijo.
Respecto a las medidas enmarcadas dentro del estado de excepción en la región, advirtió que la gente no está en guerra.
"Es incómodo lo de los toques de queda porque a la gente igual le da miedo, pero esperemos que pronto llegue a normalizarse esto porque nosotros solo tenemos cacerolas y banderas, no estamos en guerra", apuntó.
Otro asistente a la marcha, Alan Carvajal, quien alabó la manifestación de ayer. "Me parece fantástico, es algo histórico, lo debimos haber hecho mucho antes, no esperar 30 años", dijo.
El porteño acusó también un trato injusto de parte de las autoridades regionales para con Valparaíso. "Hay razones políticas de por medio", indicó.
Llegando al Nudo Barón, el flujo de gente era tan descomunal que no cabía por la pasarela de subida, y el remanente de gente, que seguía siendo muy grande, caminó por el paso bajo nivel.
Los grupos flanquearon el perímetro y fue ahí cuando la fiesta se transformó en una pesadilla.
Lacrimógenas
Los saltos y cánticos alcanzaron a sonar menos de diez minutos y una lluvia de bombas lacrimógenas ensució todo.
El "zorrillo" desfiló por las calles principales escupiendo una densa nube de gas tóxico, y los carabineros de Fuerzas Especiales cargaban las escopetas lanzabombas al unísono y disparaban de a tres cargas lacrimógenas.
Niños y adultos mayores no tuvieron tiempo de escapar y quedaron envueltos entre una cortina blanca que estaba más ácida que nunca. Quien redacta esta nota ha estado presente en varias de las marchas de los últimos días, y los gases ocupados ayer, fueron por lejos los más fuertes.
Las calles quedaron totalmente empolvadas, y en el suelo había mucha gente que caía presa de la desesperación por los síntomas que provocaban los gases.
Para consuelo de ellos, había varios manifestantes que prestaban ayuda. Las botellas y aspersores con agua con bicarbonato eran compartidos de mano en mano para los más afectados. Un chorrito de agua sobre los ojos aliviaba el ardor, pero no había agua para todos.
Entre Chacabuco y la Avenida Pedro Montt, las vallas papales entorpecían la evacuación y se generaban encerronas. La gente corría de lado a lado muy asustada sin saber a dónde dirigirse, avanzaban en una dirección hasta que escuchaban un disparo que los hacía devolverse velozmente. Los padres levantaban a sus niños para abandonar la zona.
El cuadrante de la avenida Argentina, Chacabuco, Pedro Montt y 12 de Febrero era irrespirable. El Nudo Barón, y calle Uruguay también estaban teñidos de blanco.
Paralelamente, el trazado desde la plaza O'Higgins al Parque Italia estaba repleto, y a medida que se alejaban del Congreso el ambiente era más tranquilo y hasta festivo.
Volviendo a la zona resguardada por Carabineros, seguían escuchándose bombazos y estornudos. El efecto de acumulación de gases tenía a la gente en el suelo.
En calle Chacabuco, un grupo de adultos mayores buscaba refugio con los ojos irritados. Entre ellos estaba Renato Rivera, secretario general de la CUT Provincial, quien condenó el actuar policial.
"Empezaron sin ninguna provocación, era una marcha de gran masividad, algo transversal la idea era estar en el bandejón central porque finalmente el poder político tiene que saber que no va a haber 'normalidad'. Del Presidente hacia abajo, todos son responsable no solo de las matanzas sino que de la constante represión y el uso indebido de la fuerza de Carabineros, de forma cobarde, contra niños y mujeres que lo único que estamos haciendo es plasmar en la calle lo que todo el mundo pide, ¡Basta de abusos!", sentenció.
Durante el resto de la tarde, el clima se mantuvo igual de tenso. Florecieron las barricadas y las consignas contra la policía.
Llegando al Mercado El Cardonal, una mujer sufrió un accidente y se golpeó la cervical, quedando tendida en el piso. Un grupo de manifestantes la retiró del lugar y le brindó primeros auxilios, hasta que un conductor se ofreció a llevarla a la posta.
En Pedro Montt, un hincha wanderino recibió un balín en el rostro, a apenas unos centímetros del ojo. Recibió ayuda de un joven que portaba un kit con agua oxigenada, gasa y otros insumos médicos.
"encender la mecha"
El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, tuvo severas críticas a la autoridad central por el actuar de la policía en la ciudad.
En contacto con CNN, el jefe comunal declaró que "este Gobierno es un desastre".
Añadió que "con el actuar del Gobierno durante esta tarde, lo que hizo el Gobierno fue encender la mecha". Finalmente, adelantó que aprovechará la visita de observadores de la ONU para presentar sus descargos e interpondrá denuncias a organismos internacionales por el daño que sufrió la ciudad.
En tanto, el contralmirante Juan Andrés De la Maza entregó confusas declaraciones a Radio Bio Bio Valparaíso para explicar el actuar de la policía, argumentando que las instrucciones que recibió de la autoridad es que "el Congreso no puede ser tocado", además desconoció el uso de gases en el nudo Barón.
"Carabineros armó un dispositivo para proteger el Congreso, había un sector que estaba avisado, que era el sector del perímetro que estaba cerrado con vallas papales. La información que tengo yo, y después tendremos que verificar las imágenes, en Pedro Montt y Uruguay, habían algunos manifestantes que intentaron sacar las vallas papales y atravesar la barrera de Carabineros", aseguró.
Solicitamos una versión de lo ocurrido al Intendente Regional, Jorge Martínez, pero al cierre de esta edición, no recibimos respuesta.