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Cura Felipe Berríos: "No basta con medidas económicas"

El conocido sacerdote jesuita analiza el gran descontento que gatilló el estallido social y atribuye un rol al astrónomo José Maza en lo que se ha llamado "el despertar de Chile": "Nos hizo darnos cuenta que no todo es puro trabajo o plata".
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Ricardo Muñoz E.

En la radio vieja que se encuentra en la salita que hace de living, ahí en una vivienda precaria en la que vive el padre Felipe Berríos en el Campamento Luz Divina VI de La Chimba, en Antofagasta, se escucha "Volver a los 17", de Violeta Parra. Mientras el sacerdote sirve té y unas galletas Tritón, cuenta que la gente de este asentamiento se mantiene pendiente de la crisis social y política que estalló en el país y que hoy continúa.

El jesuita, conocido por sus críticas al sistema, la desigualdad e incluso la Iglesia Católica, reflexiona y lo primero que comenta es que hoy nadie está ajeno a la situación que vive el país, la misma que es tema de conversación en los almuerzos familiares, en la calle, en el trabajo.

"El país fue creciendo y al principio estábamos preocupados de bajar el 40% de la pobreza y teníamos algo básico. Superamos eso, entonces afloró todo el conflicto del Estado con los mapuches, el matrimonio homosexual, otros temas que no es que antes no existían pero que estaban en segundo plano. Una vez conversados esos temas, como que hay otro escalón más, aflora el malestar que la gente está sintiendo. Como que no tiene sentido lo que estamos viviendo: uno vive para pagar deudas, no te alcanza el salario al final del mes, la sensación de que abusan, que te suben los precios no equivalente a como suben los salarios... Yo diría que lo peor es el trato, la sensación de que fueras de segunda clase y eso se resaltó más con las frases bastante hirientes de ministros, que fueron humillantes", dice el sacerdote.

Curiosamente, el sacerdote apunta a que este despertar viene de la mano con el fenómeno en el que se ha convertido el conocido astrónomo José Maza: "Andábamos todos como a la dormida, agachados, trabajando cada uno en lo suyo y de repente este científico llenó los estadios en distintas ciudades y nos hizo mirar las estrellas y darnos cuenta que en el mundo no todo es puro trabajo o plata, sino que otras cosas. Por algo este gallo hacía lo que ningún político hacía, llenar los estadios con gente sencilla, gente llena de deudas... La gente quiere mirar las estrellas, quiere más cultura, arte, poesía... hay más reflexión. A nosotros se nos olvidó que no hay nada más revolucionario que leer, que mirar las estrellas, que hacer ciencia y arte. Una de las cosas de mirar en menos a la gente es suprimirle el arte y la cultura...".

-Claramente, ha sido una revolución de la clase media.

-Exactamente. No han sido ni los pobres ni la clase alta lo que ha hecho esto y además es la que más ha sufrido esta falta de cultura, por estas deudas... que están aterrados porque si les enferma alguien de la familia o tienen un accidente, caen en la pobreza, o les nace otro hijo y se les desequilibra el presupuesto. En el fondo, hemos creado una cultura en la que a ti te miden por lo que tú produces o por lo que consumes. Entonces, cuando hay una persona que no produce y que es puro gasto, como un anciano o enfermo o un niño del Sename, la sociedad no lo toma en cuenta y eso es caer de fondo. Una cosa es subir las pensiones, pero tenemos que cambiar la mirada y no medirnos por lo que uno produce. Ésta es una cultura enfocada en que vale la persona que tiene una tarjeta de crédito, que puede consumir.

Conflicto

-En ese sentido, ¿qué le parece cuando se hable de Chile como el "oasis de Latinoamérica"?

-Lo que pasa es una cuestión contradictoria, porque ciertamente somos los más ricos de Latinoamérica, subiendo los niveles en educación y medicina, pero primero para algunos. Y segundo, porque justamente estamos en otro nivel en donde uno dice ¿y por qué no tenemos esto pa' todos?, ¿por qué no repartimos mejor la cosa?, ¿por qué la salud no es un derecho? O sea, otros países están todavía en el primer escalón en el que están luchando por lo básico, pero nosotros planteamos preguntas que son válidas de hacer porque éste no es un país pobre, es un país desigual.

-¿Y qué pasa ahí con la clase política? ¿Cree que es un tema de voluntad?

-Primero, yo no hablaría de clase política porque antiguamente era una clase en la que todos iban a los mismos colegios, era una elite y hoy tienes mezclado. Pero sí, yo creo que se ha visto la política ya no como un servicio, sino que como una buena pega, con buen sueldo. Entonces los diputados y senadores han estado conversando entre ellos, con sus peleas de poder y se han alejado de la gente. Yo no espero que un diputado esté todo el día con la gente porque no es su pega, su pega es estar en el Congreso, pero sí conectado con la gente. La gente hoy está en las calle, hay un fervor, está quedando la escoba y los otros están metidos... en vez de preguntarse cosas más profundas. Viven como en otro mundo. Han terminado viviendo en una burbuja. Hay demandas concretas: el sistema de salud, las pensiones, los bajos sueldos, el abuso de empresas que te suben las cosas, la desigualdad geográfica... pero, detrás de eso hay algo más profundo. O sea, hay que cambiar las reglas del juego, la Constitución. Ahora, lo que pasa es que a lo mejor la nueva Constitución no va a ser demasiado distinta a la actual, pero lo más importante es que la gente la sienta suya. Nosotros hemos ido sintiendo que el país no nos pertenece o que le pertenece solo a algunos y eso es súper peligroso.

-¿Qué le ha parecido la postura que ha tenido el Gobierno?

-El Gobierno ha estado totalmente desconcertado, desconectado. Creo que al principio no supo leer para nada lo que estaba pasando y poco a poco ha ido comenzado a leerlo, pero más lento que los hechos. Le ha faltado más rapidez en leer... y yo sé que no es fácil. Yo tampoco supe leer demasiado esto que venía, o sea, muchos dijimos que esto podía reventar pero nunca previmos que iba a ser de esta manera. Al Gobierno le ha faltado capacidad de reacción.

-¿Y las medidas que anunció el Presidente?

-Creo que fueron buenas medidas, pero tarde. No basta con medidas económicas, sino que además de eso, porque hay cosas urgente como las pensiones, hay que cambiar las reglas del juego y tenemos que ponernos todos de acuerdo.