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Comercio minorista apuesta a las mañanas para generar ventas

Valparaíso es un verdadero pueblo fantasma en las tardes por las marchas y los enfrentamientos con Carabineros. En Condell, las ventas siguen bajas, pero esperan remontar.
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Marcela Guajardo Pérez - La Estrella de Valparaíso

Desde temprano se ve movimiento en calle Condell. Mucha gente pasa de largo, ya que la mayoría de los locales están cerrados o quemados. Aquellos que se quedan, van directo a las cajas de compensación o a otros locales que entregan servicios.

"Vine a hacer un trámite, así que prefiero bajar temprano. Antes me daba un par de vueltas, pero ahora me voy directo para la casa", confiesa Georgina, oriunda del cerro Bellavista.

Como ella, muchos porteños han cambiado sus rutinas al pasar de los días. Bajan solamente cuando lo necesitan y en las mañanas, cuando se ve más actividad comercial y menos disturbios.

Las manifestaciones y los posteriores desórdenes se parecen haber normalizado en el plan.

Los porteños han tenido que adaptarse a esta nueva situación. Al mediodía, las personas que transitan por la zona saben que deben volver temprano a sus casas para evitar problemas en la circulación de las calles.

Una situación que impide que el comercio minorista pueda mejorar su situación. Locales como Foto Café en calle Esmeralda dependen de la hora del almuerzo para hacer sus ganancias, pero las protestas han provocado que muchos de sus clientes que viven en Viña del Mar prefieran irse temprano a sus casas.

"Afortunadamente nosotros no tuvimos saqueos, incendios ni nada. Pero los primeros diez días no vendimos nada", explica Diego Trincado, administrador del café. "Hay una paranoia colectiva. La gente que viene a nuestro local se va temprano, pero nuestro fuerte es la hora del almuerzo. Los garzones tienen menos propinas y al tener menos flujo, tenemos que reducir los gastos", explica Trincado.

Miedo

Comerciantes del sector aseguran que trabajan con un miedo permanente, ya que no solo están en el foco de las protestas violentas, sino que también se producen problemas con la locomoción y muchos trabajadores han tenido dificultades para volver a sus casas más avanzada en la tarde.

En Condell, los locales que no fueron dañados abren a media cortina o con un acceso limitado, que les permita cerrar rápidamente en caso de emergencia. "Me saquearon dos veces, pero tuve suerte porque Carabineros estaba cerca", cuenta Sergio Fernández, encargado de Calzados Bebecé. "Las ventas han bajado más de la mitad, la gente viene mayormente en la mañana y en la tarde desaparece", agrega.

Algunos comerciantes tenían la esperanza que con las grandes tiendas cerradas en Condell, los porteños acudieran al comercio minorista para hacer sus compras, pero en la mayoría de los casos no ha sido así.

"La verdad es que no he notado mucha gente nueva. Hace dos días vendí un solo par de zapatos en la tarde, la gente tiene miedo y se va", afirmó Sergio Fernández de calzados Bebecé.

La tienda Drivers PC retiró toda la mercadería el segundo día de manifestaciones y cerró por dos semanas. "Normalmente trabajo de diez a ocho de la tarde, pero ahora estamos cerrando a las cinco. Es que acá a las tres ya está todo muerto, no vendemos nada", dice Eduardo Miranda, encargado del local.

"Pensamos que con las grandes tiendas podríamos sacar algo bueno de todo lo malo, pero la gente no baja porque hay marchas y además, acá está todo pasado a lacrimógenas"

Sin embargo, algunas tiendas boutique han notado la presencia de clientas nuevas, una situación que podría mejorar las ya alicaídas ventas.

Es la esperanza de muchos comerciantes que esperan que los porteños se atrevan y vuelvan a la calle Condell.