Erika Rojas Salazar
Con una manifestación de repudio general, en el frontis del hospital Gustavo Fricke, gremios de trabajadores del mismo recinto, así como también de la Comisión de Derechos Humanos y colegas de otros hospitales, detallaron que no están de acuerdo con las declaraciones del director del hospital, aludiendo que no había funcionarios heridos durante el polémico ingreso de Fuerzas Especiales de Carabineros al recinto, el pasado viernes. Y el caso de Sandra Henríquez lo ratifica.
La paramédico de Cirugía adultos, con 21 años de trayectoria, se bajó en la estación de metro Hospital a eso de las 19.45 horas y, al salir a la calle, se topó con una gran barricada. "Yo vi a dos doctores que estaban echando a carabineros y de repente en el trayecto al hospital vi todos los carabineros encima mío, además de zorrilos, guanacos y lacrimógenas y un joven de la ambulancia me tomó de la mano para poder ingresar al hospital. En ese momento, cerca de la caseta, un carabinero me tomó del cuello, me pone encima una metralleta y me amenaza con garabatos y que me va a matar. Me puso el pie encima y empecé a sentir los disparos, yo traté de levantarme, pensé que me había disparado, pero no veía nada y me seguía insultando", relata la profesional, quien dice que iba con su uniforme y credencial de identificación.
"Perdí todas mis cosas y ahí me ayudaron, estaba muy choqueada y quedé muy mal. No he dormido, no puedo comer, estoy con mucho dolor y la radiografía arrojó una lesión en el cuello, una lesión cervical, y tengo 25 días de licencia", declaró la mujer, quien no es la única funcionaria que resultó herida, pues justo a esa hora se realizaba el cambio de turno en el hospital.
Ataque inaceptable
Juanita Wikee, dirigenta de la Fenats del hospital Gustavo Fricke, fue enfática en señalar que "es falso que no hubo gente lesionada, las autoridades trataron de minimizar los hechos. Todo está grabado, la gente trató de resguardarse en el hospital, pero como siempre los carabineros actuaron incitando a la violencia, contra los ciudadanos, agrediendo al hospital, no les interesó nada", explicó la dirigenta, quien agregó que los funcionarios están unidos luchando por una mejora en la salud pública, además de buscar sanciones quienes "ocultaron la verdad".
Manuel Martínez, dirigente nacional de la Subsecretaria de Salud Pública, explicó que "desde la coordinadora nacional sindical reconocemos que hay tres responsables: Mario Rozas por no tener control de sus tropas y el uso de las bombas lacrimógenas y en eso la responsabilidad política es del ministro de Salud y la responsabilidad técnica de la subsecretaria Paula Daza. El clorobenzilideno malononitrilo (gas lacrimógeno) está prohibido en Chile desde el 2010, entonces qué espera. Hago un llamado a los compañeros del instituto de salud pública que están obligados a callar porque no se trata de un arma disuasiva, sino letal. Es que hay hasta cianuro en algunas bombas vencidas que se están usando desde el 2007", denunció Martínez.