Debido a la situación actual que está viviendo nuestro querido país Chile, los señores Honorables (senadores y diputados.) hasta el momento no se han pronunciado por rebajar sus privilegiados sueldos y tienen que asumir su parte de culpa en todo este estallido social, debido a que no tienen ninguna comparación con la realidad existente.

Asimismo, haciendo una comparación con el país mas grande económicamente del mundo, Estados Unidos, tiene 100 senadores para una población de 328.000.000, es decir, 1 senador por cada 3.280.000 habitantes; Chile tiene 1 senador por cada 360.000 habitantes. Además el senador en EE.UU tiene un sueldo mensual de USS$ 14.500 y en Chile US$ 32.000; EE.UU tiene 435 diputados por cada 754.000 habitantes, en Chile 155 diputados por cada 116,130 habitantes, en EE.UU gana los mismos US$ 14.500 mensuales y en Chile US$ 29.335, por la tanto necesitamos volver a la realidad para que estos señores Honorables den la cara de frente a nuestro querido y sufrido país.

Congresistas siguen haciendo trampa

Pasados 25 días del inicio de la crisis social, con pesar vemos que no hay voluntad de parte de la autoridad de escuchar de verdad las demandas justas y necesarias de una inmensa mayoría que se manifestó en las calles, llevando la voz también de aquellos que por motivos de salud o edad, no pudieron estar marchando junto a ellos.

Por lo mismo, vemos con molestia que los congresistas a pesar del descrédito, siguen haciendo trampa. Ahora con los límites a la reelección. Pretenden candidatearse en otros distritos y así eternizarse en el parlamento no por vocación de servicio, sino por lo rentable del cargo. El congreso es la sangría de Chile.

Dos períodos en diputados y uno en senadores es más que suficiente. Y que se cuente como primer período el que está en curso.

Domingo Farias Mena

María Lidia Orellana Miranda

El llamado que hizo el senador y excandidato presidencial, Alejandro Guillier, al Presidente Sebastián Piñera y al Congreso a renunciar y realizar elecciones anticipadas de ambos poderes

del Estado, es totalmente

impresentable.

Quien manifiesta esta intención, promueve su descrédito y socava el poder de autoridades elegidas democráticamente, sin pruebas ni sustento alguno. Una situación como ésta, es sancionada por nuestra Constitución, e incluso pueden cesar en su cargo al propiciar el cambio del orden jurídico institucional por medios distintos a lo que señala nuestra carta fundamental.

Los parlamentarios y las autoridades públicas debiesen ser los primeros en actuar con responsabilidad y criterio. Hoy Chile está trabajando en recuperar la confianza y fortalecer la democracia y, lamentablemente, gracias a comentarios como estos es que no podemos avanzar en un camino de diálogo y acuerdos.

Valentina Ramírez, cientista política