Francisca Palma Schiller - La Estrella de Valparaíso

Desde el día lunes el llamado a paralizar el país comenzó a sonar fuerte a través de redes sociales y al interior de diversas organizaciones nacionales.

De esta manera, cerca de 129 gremios convocaron a una huelga general para demostrar el descontento que aún existe desde que inició el estallido social del pasado 18 de octubre.

Así, durante el día de ayer, Valparaíso adhirió al llamado nacional y logró paralizar la ciudad y sus calles por completo. En cuanto al comercio, más del 90 por ciento de los locales del plan no abrieron sus puertas.

A primera hora de la mañana, barricadas, la suspensión de la locomoción colectiva y el Metro porteño marcaron la jornada. Mientras, en los cerros, vecinos comenzaban a prepararse para bajar al centro de Valparaíso a protestar.

Entre el cerro Monjas y Mariposas vecinos decidieron bloquear la avenida Alemania con una peculiar barricada: "el que toma desayuno pasa". Armaron un desayuno comunitario como una forma de mostrar, en forma pacífica, sus demandas y su unión vecinal. Por otro lado, en cerro Esperanza, residentes se reunieron a las afueras del Club Orompello para caminar juntos hasta la conocida plaza Sotomayor.

"Nos unimos para marchar desde el cerro hasta Sotomayor y nos unimos y coordinamos a través de los cabildos que hemos estado realizando como vecinos, junto al cerro Placeres también. Existe mucha unidad y coordinación entre todos nosotros, porque este es un cerro con mucha historia; además, los gobernantes no están ni ahí con nosotros, así que nosotros no estaremos ni ahí con ellos", expresó Verónica Palma, vecina del cerro Esperanza.

Marcha

A las 11.00 de la mañana estaba convocada la gran marcha del paro nacional y antes de comenzar a avanzar por las calles de la ciudad puerto, "Acción Cultural Valpo" se reunió a las afueras de Plaza Justicia para organizar la manifestación denominada "Marchamos vendados", para visibilizar la problemática que ha marcado las manifestaciones de los últimos días: más de 200 personas han perdido uno de sus ojos.

"Es una intervención que tiene que ver con vendarnos los ojos, reflejando lo que está pasando en el país, a través de velocidades con el cuerpo. Nos organizamos a través de redes sociales y diversas asambleas que se han creado desde Acción Cultural también y el objetivo es llevar el cuerpo a la calle", señala Cynthia Keller, coordinadora de la organización cultural.

Esta intervención, junto a miles de personas comenzaron a avanzar por el centro de la ciudad en dirección al Congreso Nacional. Estudiantes, profesores, sindicalistas, trabajadores de la salud, municipales, portuarios, entre otros, pidieron entre gritos una respuesta concreta por parte del Gobierno.

"Exigimos que el presidente dé respuesta a las demandas que estamos exigiendo hace semanas. No nos cansaremos de marchar hasta que obtengamos soluciones", manifestó Paula Sáez, estudiante porteña.

Hacia el congreso

Tras avanzar hasta la calle Pedro Montt, los manifestantes se detuvieron por unos momentos en el Parque Italia para gritar sus demandas, para luego avanzar hacia el Congreso Nacional.

"La manifestación nos parece fantástica, la gente está manifestándose de forma pacífica. Esperamos que el Gobierno y especialmente el Presidente se de cuenta que en las manos de él está la solución. Se sabe que las cosas no se van a solucionar de una vez, pero los gestos es lo que la gente está esperando y hasta ahora no hay nada. Como trabajadores pensamos que debe pronunciarse y que detenga la violencia, ya que la represión policial es peligrosa", indicó Francisco Herrera, presidente del Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Cultura y las Artes de Valparaíso.

Incidentes

Llegar hasta el Congreso resultó difícil. La fuerza desmedida, el uso del zorrillo, guanaco y balines fueron utilizados para disuadir a los manifestantes, provocando, incluso, que un joven estudiante recibiera un peligroso impacto en su rostro luego de que Carabineros disparara una lacrimógena en el centro porteño.

En suma a aquello, heridos de mayor consideración fueron atendidos en la Universidad de Playa Ancha, para luego ser trasladados al Hospital Carlos Van Buren.