Bombero de 70 años sacó aplausos por ir a combatir el incendio cerro arriba
Fernando Ríos ni se arrugó para subir a la parte alta de la ciudad. Su pasión es tal, que ni cuando se volcó en un carro pensó en retirarse.
Un 8 de diciembre, Fernando Ríos (70) escuchó la paila y se preparó para ir a la Undécima Compañía de Bomberos de Valparaíso. Su hija, de entonces 4 años, le pidió que no fuera, pero él no se resistía al llamado de la emergencia y rápidamente se alistó para ir al cuartel. Cuando eran las 15.10 horas, se subió al Ford American Lafrance y, junto a sus compañeros, partió al incendio que se había originado en el aeródromo de Rodelillo.
Sin embargo, no alcanzaron a llegar. Cuando iban a la altura de la subida San Luis, el carro se volcó y Fernando Ríos quedó atrapado. "Fui el más perjudicado de todos, pero en ningún momento se me quitaron las ganas de seguir siendo bombero", dice, en uno de los sillones del salón principal de "La 11".
Lo que manifiesta Fernando Ríos quedó demostrado este domingo, cuando unos porteños le hicieron una foto que se replicó en las redes sociales. Allí, no sólo se le ve decidido subiendo hasta la parte más alta de Valparaíso para combatir el incendio en el cerro San Juan de Dios, sino que sonriendo, tal como lo hace ahora, tras haberse escapado unos minutos de su trabajo como administrativo en la Subsecretaría de Pesca (Subpesca), para conversar.
Comprometido
Fernando Ríos se hizo bombero a los 25 años, pero de niño quería serlo. "Siempre me llamó la atención la sirena, el carro y el uniforme. Cuando trabajé en la calle Almirante Montt, veía que los bomberos llegaban de los incendios y lavaban el material, las tiras, ahí mismo. Eso me llamaba la atención", recuerda.
Luego, cuando llegó a trabajar como funcionario para la carrera de Anatomía, en la actual Universidad de Valparaíso, conoció a Santiago Urbina, quien además de ser profesor de Estadística y Matemática, era bombero. "Con él, poco a poco me acerqué al cuartel, hasta que también me hice bombero", dice.
Ríos, quien es bombero honorario -cargo que ostentan los que llevan más de 10 años en la institución- recibió la instrucción durante 8 meses y de ahí no dejó de salir a la calle.
"Después cuando me casé y tuve a mis hijas, iba a la bomba y les pedía que se quedaran aquí en el casino. Yo les decía que no salieran a ninguna parte, que pidieran lo que quisieran, pero cuando volvía de las emergencias, tenía la mansa cuenta", comenta a carcajadas.
El bombero sostiene que no entiende por qué su foto ha causado tanto revuelo, pero agradece el cariño de la gente. "Se ha portado muy bien con agua, bebidas, sándwiches y frutas, con todo lo que necesitan los bomberos para poder hidratarse. El día de ayer (domingo) me tocó ver el agradecimiento, fui testigo y eso uno lo valora", manifiesta.
Ríos, además, es muy querido por los niños. "Un día organizaron una fiesta de Navidad para los niños y se me ocurrió venir a mirar. Pero antes que entrara, me tomaron y me vistieron de Viejo Pascuero. Me subieron al carro para dar una vuelta, tocando la sirena y los niños estaban contentísimos. Este año no sé si me disfrace, ya que me afeité", dice riendo.
El porteño, quien todos los días anda con su radio bomberil para todas partes, sostiene que ser bombero le ha dado vitalidad y que por eso puede moverse a todas partes sin problemas.
"Esto es algo que uno lleva adentro, así que voy a seguir hasta que Dios quiera no más. Nunca he pensado en retirarme", expresó, antes de irse de nuevo a trabajar a la Subpesca, con su radio en el bolsillo del pantalón.
Reconocimiento
"Hay que echarle pa' subir esa calle", "tremendo ejemplo para los que creen que destruyendo se consiguen los ideales", "mis respetos", fueron algunos de los comentarios que le dejaron a la Bomba España, que compartió la foto en su cuenta de Twitter @Bomba_Decima.