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La "Garra Blanca" interrumpió el partido de Unión La Calera

Manifestantes burlaron débil seguridad e irrumpieron lanzando proyectiles hacia la cancha. El duelo se suspendió.
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Claudio Morales Salinas - La Estrella de Valparaíso

Solo 67 minutos se alcanzaron a jugar en La Florida. La ANFP debió suspender el duelo que iba 0-0 por falta de garantías, luego de que un grupo de barristas que acordaron reunirse en las inmediaciones del estadio de La Florida, evitaron que el compromiso entre Unión La Calera y Deportes Iquique llegara a su fin.

La convocatoria para interrumpir el compromiso había circulado por redes sociales, aunque se supone que iba a ser más temprano, a eso de las 10.00 horas, sesenta minutos antes de que arrancara un encuentro que cargaba con la responsabilidad de dar el vamos al postergado reinicio del torneo y que se reprogramó de emergencia en el reducto de Audax Italiano ante la negativa del municipio calerano de poner a disposición el estadio Nicolás Chahuán.

Tranquilidad inicial

Haber programado el partido un viernes a las once de la mañana, y a 120 kilómetros de La Calera, provocó que solo llegara medio centenar de espectadores, incluidos un grupo de cadetes iquiqueños y un puñado de hinchas del cuadro nortino.

En la carpeta sintética los jugadores de ambos cuadros no contribuyeron demasiado a animar el espectáculo, pues eran dos equipos calentando motores después de un mes de para, y obligados a jugar, además, bajo un intenso calor. Lo más llamativo fue la manifestación de los futbolistas, quienes salieron en conjunto con un lienzo que rezaba "Por un Chile Justo".

Tras lo anterior, los jugadores caleranos hicieron el gesto de taparse un ojo, aunque a Josepablo Monreal no se enteró y después pidió disculpas por Twitter: "Justo fui al baño y no supe lo que habían acordado mis compañeros", se excusó el delantero, que en todo caso celebró la ocurrencia de quien editó la imagen y le puso un chaleco amarillo encima.

La primera interrupción no fue para hidratarse, si no que para realizar un minuto de silencio en el círculo central, a los diez minutos de partido y con una breve locución en el estadio. Todo pareció una preparada puesta en escena. Después, el fútbol anodino de ambos invitaba a los bostezos, hasta que sobrevino el caos.

La debacle

En los 22 minutos del segundo tiempo, una turba de manifestantes, muchos encapuchados y sin polera (y flameando banderas albinegras de Colo Colo), forzaron la endeble seguridad de una de las puertas por la calle Enrique Olivares, e ingresaron lanzando proyectiles por sobre la galería de ese sector los que fueron a dar a la cancha.

Estos exaltados barristas se habían reunido horas antes para efectuar un "arengazo" en las afueras del estadio Monumental y desde ese punto en la comuna de Macul, se desplazaron hasta el estadio de La Florida con la intención de interrumpir el partido que disputaban caleranos e iquiqueños.

Y lo lograron, ya que los jugadores, sobre todo los de Iquique, huyeron rápidamente de la cancha al ver lo que sucedía, mientras que los integrantes de Unión La Calera no podían creer lo que ocurría y se quedaron por algunos minutos más en la cancha.

El portero de los celestes Sebastián Pérez, acusaba en la cancha que "nos tomaron como un experimento a los jugadores de Calera e Iquique; parece que quieren que uno de nosotros salga herido para tomar medidas". Mientras, en uno de los camarines se encerraban los capitanes de ambos equipos, más los presidentes de la ANFP y del Sifup para decidir qué hacían.

Los invasores en tanto no pudieron adentrarse más en el estadio con la intervención policial. Sí alcanzaron a quemar una caseta de administración en el ingreso y una silla, antes de ser dispersados por efectivos de Fuerzas Especiales a punta de bombas lacrimógenas.

Después de un rato salió a declarar Sebastián Moreno. "Lamentablemente entró un grupo de personas al estadio. Lamentablemente vamos a tener que suspender este partido", indicó el directivo, que en ese minuto no quiso pronunciarse sobre lo que pasaría con el resto de la fecha.