Nicolás Arancibia Bórquez
Mientras Rafael González, presidente de Santiago Wanderers, salía del consejo de presidentes, al mismo tiempo la sede del club ubicada en calle Independencia bajaba su bandera a media asta y ponía globos negros en clara señal de luto. La determinación tomada ayer en Quilín fue un balde de agua fría para todos los que dan vida al club, quienes con evidente dolor, vieron cómo se les escapó de las manos la chance de ascender.
"Hoy (ayer) tuvo lugar un consejo de presidentes que fue altamente perjudicial para los intereses deportivos de Santiago Wanderers. Estamos bastante molestos y bastante angustiados por la decisión que fue adoptada, fundamentalmente por el hecho que nuestra institución y nuestros jugadores hicieron un esfuerzo por todo el campeonato", recalcó el abogado de profesión, para posteriormente añadir que "hicimos todos nuestros alegatos conforme a la opinión jurídica que teníamos para revertir una decisión como la que se estaba tomando. Sin embargo, los argumentos planteados por nosotros no fueron tomados en consideración y por lo mismo creemos que es injusto, porque así como se usó un criterio para Primera División, tendría que haberse usado el mismo para la Primera B".
Lejos de quedarse de brazos cruzados, los porteños están estudiando opciones para poder reclamar ante diferentes entidades, ya que según confesó el propio González, "estamos analizando todos los antecedentes para ver qué instancias posteriores o jurisdiccionales, si fueran necesarias, tomaremos para revertir esta decisión", no descartando que la institución recurra al TAS (tribunal de Arbitraje Deportivo), como medida extrema para conseguir el tan anhelado ascenso.
Miguel ramírez
Otro de los factores a los que tendrá que poner especial atención la dirigencia caturra, es a la continuidad de Miguel Ramírez, quien a mitad de semana, indicó que "había que analizar las posibilidades" respecto a una presunta renuncia en caso de que los porteños continuaran en Primera B.