Automatización y pérdida de trabajos tradicionales
La abogada María Paz Canales, explicó cómo las leyes y las sociedades se tendrán que adecuar con esta nueva revolución tecnológica que día a día cambia más las formas de realizar los trabajos, provocando muchas veces que "la mano humana" ya no sea necesaria.
Isadora Jacobs Ahumada - La Estrella de Valparaíso
Desde el siglo XX el rápido avance de la tecnología ha puesto en jaque el rol que las personas ocupamos en el mundo del trabajo. Desde personas que lavaban la ropa a mano, hasta ascensoristas y cocheros son algunos de los oficios que desaparecieron en esta nueva era tecnológica.
Hoy, mientras se sigue avanzando en automatización e inteligencia artificial surge la incertidumbre de si dejaremos de ser necesarios para el trabajo, o si tal vez al igual que las más famosas distopías, seremos reemplazados por robots que puedan ser más productivos y de menor costo para el empleador.
Si tenemos en cuenta que prácticamente trabajamos para vivir, y vivimos para trabajar, es normal que en esta "herencia de la Revolución Industrial" tengamos el miedo de que pronto ya no seremos necesarios en todos los aspectos laborales. La automatización ha logrado permear en nuestras vidas de manera íntima, e incluso en la actualidad son muchas las personas que prefieren acceder a un Uber antes que un taxi.
¿Qué lugar vamos a ocupar nosotros? ¿Seguirá existiendo algo "exclusivo del ser humano" cuando los robots ya no solo lavan la ropa, sino que también pueden realizar encuestas telefónicas?
Ante esta nueva revolución tecnológica, la abogada María Paz Canales, directora ejecutiva de la ONG Derechos Digitales, se refirió y explicó en "Por la Razón y la Ciencia" sobre cómo podemos protegernos y adecuarnos a esta automatización del trabajo.
Derechos digitales
"Producto de la automatización de las diferentes labores, va a haber un desplazamiento natural de la fuerza de trabajo humano", aseguró la abogada. Entendiendo que durante el siglo pasado, ya las máquinas comenzaron a tener una mayor capacidad de computación, lo que generó que pudieran ser capaces de sustituir en distintas capacidades a los humanos.
"En términos del marco regulatorio que rigen hoy día en las relaciones laborales, todo lo que hemos venido conversando de la automatización nos obliga a generar una reformulación de cómo esas reglas, están diseñadas y cómo se aplican en el día a día", agregó la abogada.
Es necesario conjugar elementos de precarización de derechos, ver si el sistema actual nos garantiza una fuente laboral para la sociedad e ingresos dignos, que siguiendo la idea de María Paz Canales, en nuestro país podría llevar a la "desequilibración del sistema": "Nos corresponde pensar si esta es la arquitectura que deberíamos tener para un mayor ejercicio de derecho de las personas, o si definitivamente debemos pensar en otro modelo alternativo. Surge la necesidad de ver la redistribución de la riqueza en estas nuevas sociedades (...) En el caso de la automatización lo que muchos han planteado es la necesidad de generar una revisión a la manera en cómo estos servicios automatizados tributan".
En esta línea, según la abogada, al no existir esa parte mecánica del trabajo, el ingreso se puede sustituir a través de "una forma de ingreso universal", que sería una especie de subsidio que vendría de la capacidad financiera que el Estado desarrollaría a partir de "la cantidad de tributos" que el Estado debe exigirles a las empresas que se benefician en el uso de la automatización.