Cinthia Matus O.
Parece la mañana de un domingo o de un caluroso día festivo, pero no, es un lunes de diciembre y la mayoría de los locales de la calle Condell, en Valparaíso, están cerrados. Los transeúntes que esperan el semáforo en la esquina de Bellavista, lo advierten, pero prefieren no comentarlo. Tampoco los ambulantes que se suben a las micros en dirección a la avenida Pedro Montt.
Unas horas antes, el ministro de Economía, Lucas Palacios, abrió su cuenta de Twitter y comentó que el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de octubre "fue de un lamentable -3,4%", es decir, el más bajo desde julio de 2009.
"Cifra refleja impacto social de violencia en nuestro país: pérdida de empleos, baja recaudación tributaria para financiar planes sociales, destrucción de miles de emprendimientos. Violencia = desempleo. Ayudemos a las Pymes! #elijopyme", agregó en el tuit.
En efecto, los locatarios de la ciudad y de otras regiones del país, decidieron no volver a abrir sus negocios por los saqueos, las bajas ventas, o ambos hechos.
Es el caso de Susana Arredondo, dueña del local "Congelados Pedregal", quien tuvo que despedir a sus cinco trabajadores porque la situación se hizo insostenible. "Al principio cerré por los saqueos algunos días y las ventas bajaron hasta un 40%, pero luego bajaron más de un 50% y me vi obligada a bajar las cortinas para siempre. Este es un negocio familiar que estuvo cuatro años dando la pelea", dice.
Gastronomía afectada
Con su emprendimiento, Susana Arredondo abastecía a restoranes porteños que ofrecían sushi, los cuales también tuvieron que cerrar porque se quedaron sin insumos.
"Esto nos ha venido mal a todos. Hemos tenido que incurrir en gastos extras, tapar un hoyo y hacer otros. La delincuencia ya superó todo nivel, son bandas organizadas, y lamentablemente las tres autoridades locales, alcalde, intendente y gobernador, nos abandonaron. Yo sólo quería trabajar tranquila y ser comerciante", expresa.
Germán Dastres, presidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa de Chile (Conapyme) afirma que aún no tiene el detalle de cuántos locales cerraron a nivel regional porque aún están haciendo el catastro, pero que en Santiago, Valparaíso y Concepción se concentra la mayor cantidad de casos.
"A nivel nacional nosotros estábamos manejando un catastro de 5 mil empresas, pero ya nos quedamos chicos hace mucho rato. Eso era en base a los saqueos, pero el problema mayor no sólo está en los saqueos, sino que también en las empresas que no están teniendo ventas", explica.
Lo que sí está claro, de acuerdo a Dastres, es el número de cesantes que surgió a partir del estallido social. "En un principio pensábamos que iban a ser entre 40 y 50 mil, pero fácilmente vamos a pasar las 200 mil personas desempleadas", detalla.
En cuanto a los rubros, si bien el de abarrotes y el del comercio detallista se han visto visiblemente afectados, el de gastronomía los supera a todos. "La parte gráfica es la de los locales saqueados, pero hay muchos restoranes que están mal. Otros, como el transporte escolar, también, porque los papás se quedaron sin trabajo y le dijeron a las tías que ya no podían seguir pagando por el servicio y que ahora ellos los van a llevar al colegio", comenta el presidente de Conapyme.
Germán Dastres añade que a lo largo de todo Chile, "más de 70 mil taxis colectivos han bajado el pasaje a la mitad y con eso no alcanzan a sacar los gastos de operación" y que por todos estos hechos, ha sostenido reuniones con los ministros de Economía y de Hacienda, y ayer, con la comisión de Derechos Humanos, en el Senado.
Según el programa de catastro #LevantemosTuPyme, al 31 de octubre de 2019 un total de 700 pymes de la región declararon haber sido afectadas por distintos actos de violencia. Esto representa el 14,6% de los afectados a nivel nacional y ubica a la región en la segunda más afectada de Chile. De las pymes que se animaron a levantarse, 281 recibirán un subsidio desde Sercotec y 101 desde Corfo.