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[Cultura Urbana]

Grabados le echan el ojo al Valparaíso costero

Exposición "Silencio urbano" de Hermann Shmidlin, entrega una mirada distinta de la ciudad, alejada de la postal.
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Claudia Carvajal R.

Grabados sobre un trozo de lino de gran tamaño realizados con una técnica que combina el alquitrán y el óleo blanco con otras ocurrencias del artista, forman parte de la exposición "Silencio urbano" del porteño-suizo Hermann Shmidlin, que se puede visitar en el Parque Cultural de Valparaíso.

Si ya la materialidad llama la atención, también es novedosa la mirada. Porque si bien las obras se inspiran en Valparaíso, el ojo está puesto en las construcciones del borde costero, en viejos almaneces, miradores y pedazos de un algo que estuvo ahí, pero no sabemos qué fue.

Hermann Shmidlin explica: "Soy nacido, criado, educado y he desarrollado mi obra gráfica acá en Valparaíso. La mirada que tengo en la retina es de estos altos contrastes, que cuando uno va por el borde costero, ya sea por Altamirano o hacia Portales, siempre está esa luz que es bien de puerto; una luz rasante que crea muchas siluetas y fui guardando esas imágenes. Es otra manera de mirar Valparaíso, que no son los cerros de colores, sino que es una mirada hacia al mar".

También hay nostalgia, tan habitual en estos lares. "En el borde costero tenemos la reminiscencia de lo que fue la industrialización de Valparaíso. Yo las llamo imágenes urbano primitivas de lo que tuvimos en los momentos de gloria de la ciudad", explica el artista.

Esos pedazos de construcciones que aparecen en la muestra de Schmidlin si bien son vestigios de otras épocas, tienen una gran relación con el Valparaíso devastado de hoy, que sufre las consecuencias negativas del estallido social.

"En la exposición tengo dos telas que son 'Luto 1' y 'Luto 2' que están en negro para manifestar el dolor que se vive en la ciudad. Crep que no hay una comunicación entre los representantes de los poderes políticos y voceros sociales; hay un choque de intereses que se arrastra por mucho tiempo y es lamentable. El resultado lo tenemos a la vista con una ciudad que sufre cierto abandono".

Desde las cavernas

En cuanto a la forma de su propuesta, Hermann Shmidlin señaló que "la materia que trabajo es una técnica personal que desarrollé hace ya varios años, más o menos el año 90, en que empecé a ocupar el alquitrán como materia prima para desarrollar mis grabados. Primero hice impresiones en papel alquitranado, el mismo que se ocupa para la construcción y luego empecé desarrollar la técnica de impregnar la tela con alquitrán y óleo blanco".

Según el autor, esta técnica del alquitrán se remonta a la época primitiva, a las cavernas, donde pintan murales con petróleo. "Hay antecedentes de ello en los pueblos originarios norteamericanos y en la época clásica tenemos a Théodore Géricault quien usó el alquitrán para agudizar el negro del romanticismo".

La muestra se inauguró el sábado 30 de noviembre y se puede visitar en la sala de artes visuales hasta el 12 de enero con entrada liberada.

El policlínico de los libros

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por Joaquín Escobar C.

Un libro objeto

Francisco Marín Naritelli viene desarrollando hace ya varios años un silencioso pero potente trabajo. Dos libros de ensayos y dos de ficción lo vienen posicionando en el campo de la escritura política, realizando un periodismo combativo que pretende desenmascarar las pueriles formas del capitalismo.

Su nueva entrega, "El perfecto transitivo", es un híbrido de poemas, dibujos, ensayos -bonsái- y esquelas, que siguiendo en algunos pasajes la estética de "La vuelta al día en ochenta mundos" de Julio Cortázar, busca problematizar el presente de un Chile apocalíptico.

Marín escribe con oficio, piensa cada palabra con inteligencia, en su literatura no hay azar, por lo mismo, el libro se posiciona en el momento político preciso, funcionando como parte de la banda sonora del octubre chileno. El texto no pretende ser un relato convencional, no busca lo decimonónico de los géneros, más bien, pretende atravesarlos, fusionarlos y desarmarlos para apropiarse de las formas expresivas que nos entrega la posmodernidad y así construir crítica social.

Estamos ante un libro objeto que funciona como una especie de homenaje al lenguaje. No solo por la configuración y deformidad con la que juega, también por la cantidad de citas que el texto presenta. Desde García Lorca hasta Diego Alfaro, desde el texto clásico al texto actual. Es interesante la forma de intertextualidad pues la homogeneización de los discursos es clave en la construcción del relato.

No podríamos precisar si el texto es vanguardia o no (nos parece que hacerlo tampoco aporta mucho), lo que sí podemos aventurar, es que Marín Naritelli construye un texto novedoso y arriesgado que huye del ombliguismo actual. En sus páginas hay un espacio de construcción que se debate en cada una de sus múltiples formas.

"El texto no pretende ser un relato convencional, no busca lo decimonónico de los géneros, más bien, pretende atravesarlos, fusionarlos y desarmarlos".

título: "El perfecto transitivo"

autor: Francisco Marín Naritellix

editorial: Ediciones Filacteria