La Organización Mundial de la Salud, el año 2009, informa que cuanto más baja es la situación socioeconómica, peor es el estado de salud de las personas, ello debido a que individuos y familias con escasos recursos tienen menos oportunidades de acceder a servicios profesionales especializados. Las Naciones Unidas, por su parte, plantean que la equidad social debe ser un objetivo fundamental de los programas de desarrollo gubernamental.
De acuerdo a lo anunciado por el MINSAL, a partir del 25 de noviembre del 2019, las personas en situación de discapacidad pertenecientes a Fonasa y que se encuentren inscritas en el Registro Nacional de Discapacidad, accederán, sin tope de atenciones, a prestaciones en Fonoaudiología, Kinesiología y Terapia Ocupacional.
En el caso de la fonoaudiología el tope anual de prestaciones es entre 15 y 30 sesiones al año, por lo que el anuncio del gobierno implicará un directo beneficio a más de 360 mil personas que requieren de acompañamientos a largo plazo para lograr mejorar su calidad de vida y proyectar su inserción social.
La comunicación humana es una herramienta útil en la equiparación de oportunidades de las personas, la actuación de profesionales fonoaudiólogos(as) en salud es indispensable, ya que podría contribuir al logro de equidad en diversos ámbitos vinculados a la ocupación humana dada la injerencia del lenguaje en múltiples ámbitos del hacer humano (educación, trabajo, vida cívica, relaciones interpersonales, generación de comunidad y familia, entre otros).
Este anuncio puede ser considerado un puntapié inicial para dar respuesta a un grupo de población que requiere de largos procesos de rehabilitación, sin embargo, no debe ser considerado una solución. El aumento en la cobertura se transfiere a prestadores individuales de salud -los privados-, sin incrementar necesariamente la dotación de profesionales a los dispositivos de salud pública (Cesfam, hospitales, otros). Esto deriva en que los usuarios deben mantener un gasto de bolsillo que, si bien será menor, no garantiza el acceso a todas las personas que requieran atención en el ámbito de la comunicación humana. De esta manera es evidente que quedan brechas por cubrir, principalmente de aquellos más desposeídos.
Angélica Silva y Manuel del Campo.
Académicos carrera de Fonoaudiología UST Viña del Mar.