Ante la posibilidad de instalar mecanismos de seguros más o menos universales en nuestro país, y que estos incorporen cobertura a los medicamentos, es necesario hacerse la siguiente pregunta, ¿cuál es el costo real de éstos?
Al menos ya está despejada la pregunta si en Chile son caros los medicamentos. No hay nadie que pueda sostener lo contrario y si lo hace, estaría abiertamente mintiendo. ¿Pero, cuánto cuestan los medicamentos?
Uno de los ejemplos más frecuentes son los precios en la Comunidad Europea. Una comparación viable, pues se trata de países con altos niveles de ingresos, donde los precios a público de los medicamentos son hasta 10 veces más bajos que en Chile. Estos precios no son subsidiados como sostienen representantes de la industria farmacéutica, pues están a disposición de quien pise suelo europeo, ya sea que sólo pase unas horas por ahí. Más aún, los chilenos pueden optar a esos precios (cada vez menos) a través de importación por receta médica.
Los precios en Europa son producto de acuerdos entre fabricantes y estados. Son precios de equilibrio que permiten tanto el desarrollo de nuevas tecnologías sanitarias, como el acceso a medicamentos a su población. Y sobre esos precios, se establecen mecanismo de seguros donde los beneficiarios de estos, acceden gratuitamente o a través de un copago a los medicamentos que necesitan.
Y no hemos visto a fabricantes europeos quebrar, todo lo contrario. Las compañías farmacéuticas europeas gozan de muy buena salud, ya vimos como la alemana Bayer compró a la gigante Monsanto.
La mala noticia es que en Chile se pretende establecer un Observatorio Internacional de precios enfocados en Latinoamérica, mercado históricamente abusado por grandes fabricantes de medicamentos, no a los niveles de nuestro país, pero con precios encarecidos respecto de otras latitudes.
Patricio Novoa Valle
Secretario Corporación SOS Chile