Feria navideña del estero espera a sus fieles clientes
Poca promoción e indecisión por montarla tiene trabajando a doscientos comerciantes con escaso nivel de ventas en Viña del Mar.
Debido a que se instalaron una semana más tarde de lo habitual, pues no había determinación por parte del municipio de Viña y de un sector de los comerciantes, la feria navideña del estero Marga Marga todavía no alcanza la respuesta esperada.
De un total de 300 feriantes, divididos en 12 agrupaciones, un tercio decidió no participar por temor a saqueos o manifestaciones que los hicieran levantar puestos y arrancar.
Fabiola Castro, tesorera del Sindicato La Bendición, que reúne a comerciantes ambulantes de toda la comuna para laborar en diversas ferias, indicó que este año "con el estallido social, algunos socios tomaron ciertos resguardos y no quisieron instalarse, quizás temieron por posibles saqueos o problemas. Pero la mayoría tuvimos la convicción y seguridad de que la gente nos iba a apoyar".
Este año, la iluminación corre por cuenta de un generador eléctrico, pues la indecisión perjudicó a que la instalación eléctrica se hiciera con tendido y ayuda municipal.
Hasta las 23.00 horas
"Abrimos hace pocos días, recién el fin de semana pasado, por eso no estamos funcionando al 100%. Igualmente muchos no saben que estamos operativos, por eso hacemos un llamado a todos los viñamarinos a que vengan a vernos porque nuestra feria siempre ha sido segura. Funcionamos desde las 10.00 hasta las 23.00 horas", declaró la dirigenta.
Ubicada entre los puentes Quillota y Libertad, la feria navideña posee una antiguedad de casi cuatro décadas y el costo de instalación alcanza los 180 mil pesos por un periodo de tres semanas, específicamente hasta el 25 de diciembre para recibir devoluciones.
Una vida de feriante
Bárbara Vascone, cuya familia es de tradición feriante, lleva 33 años vendiendo en el estero para Navidad. "Pertenezco al sindicato Feria del Juguete, uno de los más antiguos y en mi caso empecé hace 20 años por cuenta propia y 33 trabajando en la feria. Al comienzo venía con mis papás, ahora ya independiente y viene mi hija como sucesora de la tradición", sostuvo Vascone.
La comerciante de triciclos, bicicletas y scooters infantiles, además de adornos navideños, comentó que de a poco ha ido incrementando el público.
"Falta que mucha gente sepa que estamos acá. Nos pusimos una semana más tarde en comparación con otros años y por eso ha costado que los clientes lleguen a vernos y a comprar", sostuvo la locataria.
"La feria es autogestionada hace tres años y el municipio ayuda con rondas de seguridad, agua y funcionarios para montarla. Todo lo demás que no es municipal, corre por cuenta de los locatarios y el municipio actúa como garante", sostuvo Ángela Onel, asesora de Fomento Productivo del municipio de Viña del Mar.