El dolor al reabrir la herida del accidente de Juan Fernández
En medio del luto que vive el país, la familia de Rodrigo Cabezón sigue su camino buscando justicia.
El 2 de septiembre de 2011 es recordado por ser el día que enlutó a todo un país, luego que el avión Casa 212 se precipitara en el mar dejando 21 víctimas fatales, entre ellas, el animador Felipe Camiroaga y el camarógrafo quillotano Rodrigo Cabezón. A más de ocho años de la tragedia, el hermano de este último, Gonzalo Cabezón, continúa dando la pelea con la esperanza que se haga justicia. En sus palabras, asegura que "el fallo de primera instancia dice que todo fue por un accidente donde no hubo falla humana, lo que se está tratando de refutar en la corte de Apelaciones de Valparaíso. Existen informes de la misma Fuerza Aérea que apuntan a una negligencia".
Pero no todo está dicho. Instancias de apelaciones, Corte Suprema, Tribunal Constitucional e incluso la Corte Interamericana de Derechos Humanos, aparecen como alternativas para seguir la lucha. "Es una pelea larga que podría durar 10 años. Buscamos justicia, todavía luchamos porque se aclaren las cosas. Luego del accidente se revisaron los procedimientos, se crearon otros, lo que debía hacerse antes. Allí hay negligencia", dice Cabezón.
La herida de 'hércules'
A las 18.13 horas del lunes, la falta de comunicación con el avión Hércules C-13, encendió las alarmas de la FaCh sobre su destino y el de la tripulación de 38 personas, que ayer fueron oficialmente dadas por muertas. Las características del siniestro hicieron que la familia Cabezón reabriera su herida. "Revivimos todas esas horas de incertidumbre, es algo que no se lo doy a nadie", dice Gonzalo, agregando que "el tiempo cura las heridas. Luego de cuatro años del accidente ya podía asumir. En ocho años ya está digerido, comprendo cada proceso. Recuerdo que desde el día del accidente pasé tres meses en que no atinaba a nada, estaba con las esperanzas que Rodrigo pudiese aparecer y eso nunca ocurrió".
"Duele no saber que pasó, el convencerse que ya no está. Pero se van a asentando las cosas y al final, va quedando un bonito recuerdo. Muchas veces veo el matinal y digo '¿Que estaría haciendo Rodrigo hoy?'", cierra el hermano del camarógrafo de TVN.