ENCARGOS
Si usted sueña con tener uno de los carritos de madera hecho por las manos de don Raimundo Molina, puede encargarle al teléfono +569 96685873.
Si usted sueña con tener uno de los carritos de madera hecho por las manos de don Raimundo Molina, puede encargarle al teléfono +569 96685873.
Durante la jornada de ayer se hizo entrega de los premios a los ganadores de la campaña "San Remo y tu almacén siempre contigo", quienes se dieron el tiempo de recortar el cupón que durante varias semanas circuló en La Estrella de Valparaíso y depositarlo en alguno de los locales adheridos a la promoción.
En las dependencias de empresa Caso y Cia. se realizó la premiación de las 40 bandejas con productos San Remo, conservas y legumbres, entre otros.
Fueron 20 dueños de almacén y 20 clientes los afortunados ganadores. Además como gran premio se entregaron dos cocinas.
La ceremonia contó con la presencia de los ganadores, la directora de la Estrella Marcela Küpfer, quien tuvo palabras de agradecimiento tanto para los concursantes como para la marca San Remo. No descartó repetir la gran experiencia que dejó el concurso en los próximos años.
Además llegaron hasta el lugar los gerentes generales de Caso y CIA. Humberto Cuevas y de El Mercurio de Valparaíso, Rodrigo Prado, quienes también se mostraron felices por la llegada que tuvo el concurso entre los lectores del diario y consumidores de la marca San Remo.
Pero sin duda los más felices con la premiación fueron los ganadores, quienes recibieron sus bandejas y cocinas con una sonrisa de oreja a oreja.
Desde hace cuatro años que cada 10 de diciembre don Raimundo Molina, de 81 años, se instala en la esquina de avenida Pedro Montt con San Ignacio para vender sus juguetes de madera.
Bombas, troles, camiones y furgonetas de Carabineros son solo algunas de sus creaciones, las que ya son reconocidas por los porteños que transitan por el plan de Valparaíso.
Don Raimundo comienza a trabajar desde enero en su taller ubicado en su casa en Rodelillo, para tener listos sus juguetes en diciembre, y cuenta que este año hizo 24, pero ayer -en su último día- solo le quedaban dos.
"¡Me ha ido bien! Este es el cuarto año que me pongo yo a vender, porque antes se los entregaba a los comerciantes para que me los pagaran cuando vendieran, pero nunca me respondieron. Al principio me daba vergüenza venir a pararme aquí, pero de tontera no más", relata don Raimundo.
Y agrega: "Este es un trabajo largo porque todo es hecho a mano. La única máquina que se ocupa es donde mando a hacer las ruedas. Por eso los precios de mis juguetes rondan los 45 mil pesos y los 35 mil pesos".
Para nuestra sorpresa, don Raimundo nos indica que sus juguetes de madera encantan a grandes y chicos. "Generalmente viene gente adulta porque dicen que los camiones de madera les traen recuerdos de su infancia. También vienen matrimonios jóvenes que se los llevan para adornar su casa".
Agrega que "el otro día entregué un trole de 82 centímetros, con luces, asientos tapizados, piso metálico, igual que un trole de verdad".
Raimundo señala que "la gente viene y me cuenta cosas bonitas. La otra vez vino un caballero de edad que me compró un camión, y me dijo que se lo iba a llevar a su bisnieto. Y también viene gente que le gusta mucho mi trabajo y me dicen que esto es un arte, por eso lo llevan".
"La otra vez pasó un señor que me quedó mirando y me preguntó: '¿Usted los hace?'. 'Sí', le dije yo. '¿Sabe? Esto merece un premio', y me pasó 20 mil pesos. Para mí fue una bendición grande, porque fue durante los primeros días que yo me puse aquí, y la verdad es que me hacían falta las lucas".
Molina cuenta que es carpintero mueblista de oficio. Estuvo en La Armada, donde se perfeccionó. "Partí haciéndole juguetitos de madera primero a mis sobrinos, y después a mis hijos. Me retiré de La Armada, tomé otro rumbo, otro trabajo. Y cuando jubilé, a los 60 años, hice mi taller de mueblería y en los tiempos libres que tenía hacía juguetes".
Finalmente, don Raimundo concluyó sus ventas navideñas con éxito y agradece a todas las personas que lo apoyan y valorizan su arte, y también a quienes se detienen para entregarle palabras bonitas por su noble trabajo.