Las 'mamás oncológicas' preparan fiesta navideña y necesitan una ayuda
Las madres de niños con cáncer del hospital Gustavo Fricke se la juegan con una celebración, pero todavía les falta un empujoncito.
Una elogiable cruzada protagonizan las "mamás oncológicas" para poder salir adelante pese a varias dificultades que han sorteado para celebrar la Navidad con sus hijos.
La agrupación está integrada por madres de pacientes de cáncer que se tratan en el hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar. Hace ya varios años que se organizan fiestas navideñas a nivel de la Quinta Región para celebrar con los pequeños que padecen esta compleja enfermedad. Usualmente se realizan en los campos del colegio Capellán Pascal, pero este año no fue autorizado el uso de ese lugar para la fiesta, a causa del estallido social. Cuentan que ningún colegio viñamarino les dio el visto bueno.
Ante ese escenario, acordaron sacar la fiesta adelante a como de lugar, y poco a poco empezaron a sumar apoyo.
La vocera de la organización es Carla Lillo, madre de Franco Cepeda, joven deportista del colegio Kingston School quien falleciera de sarcoma en febrero de este año. "Generalmente cuando a una de las mamitas se le muere el hijo, deja el grupo, pero yo decidí mantenerme", cuenta.
Agrega que cuando hicieron campaña para ayudar a su hijo, recibió muchísima ayuda, así que ahora quiere replicar esa solidaridad que recibió, con el resto de familias que ha pasado por lo mismo que ella.
Fue así como Carla levantó su teléfono y empezó a hacer llamadas hasta que la fiesta empezó a tomar forma, velozmente.
"Lo puse en redes sociales, y en menos de 24 horas me llama el director del colegio donde iba mi hijo y me dona el lugar, todo gratis. Es el rancho Aljucar, en Limache", relata.
Acto seguido, se contactaron empresarios microbuseros para ofrecer transporte gratis para los niños. De momento, solo les falta transporte para los tramos Quisco-Valparaíso y San Sebastián-Valparaíso, ida y vuelta.
El frente que más cooperaciones necesita es el de la comida, ya que la cantidad de asistentes aumentó importantemente de forma muy rápida.
"Yo no pensé que había tanto niño oncológico. Yo me imaginaba unas 50 personas, y resulta que son más de 500. Menos mal que ese rancho es enorme", comenta.
Se necesitan regalos, barras de cereal, galletas, papas fritas, ramitas, caramelos, azúcar, endulzante, queques, pan de molde, bebidas y jugos, entre otras cosas. Todo esto, para aproximadamente 200 niños.
"Lo lindo es que esta es la primera vez que una familia en conjunto con las mamás oncológicas dijimos 'Podemos hacerlo, vamos a seguir adelante y nuestros niños no se van a quedar sin fiesta', eso es lo más importante", dice Carla.