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Cómo los jardines japoneses pueden ayudar a mejorar la salud mental

Estos espacios en que es posible ponerse en contacto con la naturaleza están pensados para tener una experiencia estética profunda. Incluso las piedras están dispuestas para que los visitantes tengan que saltarlas y eviten caerse.
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Natividad Espinoza R.

El Shinrin Yoku es una práctica japonesa que se basa en pasar tiempo en un bosque a fin de aumentar el bienestar espiritual de quienes la adoptan. Está estudiada, tiene una larga tradición y es una política pública de salud mental en el país asiático.

Este ejercicio no solo se puede hacer en el bosque, sino que en cualquier espacio abierto donde se pueda entrar en contacto con la naturaleza, incluso una terraza. No obstante, existen lugares que son más propicios que otros.

Además de los bosques se recomienda mucho visitar jardines japoneses, puesto que nada en ellos es azaroso. Así lo explica la jefa del nuevo diplomado "Pensamiento y Culturas Asiáticas" del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Claudia Lira.

"Cuando hace un jardín, el maestro jardinero de alguna manera escribe un libro, hace una pieza musical", asegura la experta.

En un jardín japonés las plantas y árboles que se ponen están pensados cuidadosamente. Se ubican algunos que florecen en cierta época, otros que lo hacen en otra y así sucesivamente, para que se evidencien los cambios que la naturaleza va teniendo a medida que avanzan las estaciones, lo que ayuda a desarrollar la capacidad de contemplación que, según Lira, genera un profundo goce estético, aumenta la paz interior, ayuda a conectarse con uno mismo, desarrolla la creatividad y mejora la salud mental.

"Incluso las piedras se ponen dispuestas de determinada manera para que el visitante tenga que saltar para evitar caerse, lo que concentra su atención", añade.

Un modo de vida

Respecto de la frecuencia con que hay que ponerse en contacto con la naturaleza para alcanzar los beneficios que esta práctica puede entregar, Lira sostiene que hay que hacerlo todos los días, ya que "la experiencia estética es una nutrición y hay que verla como tal. Uno come todos los días y a varias horas. Es como eso".

Agrega que "a medida que a las personas les va gustando, van queriendo aplicarlo todos los días. Lo siguen haciendo y lo toman como un modo de vida. Para mí es eso, un modo de vida".

Dónde ir en santiago

En Santiago, Lira recomienda visitar cinco lugares para poner en práctica la sanadora contemplación. Uno de estos es el recientemente remodelado jardín japonés del Cerro Huelén (San Cristóbal). Asimismo, sugirió visitar el jardín japonés del Cerro Santa Lucía, el jardín chino del Parque O'Higgins, los 200 cerezos de la Plaza de la Aviación y el jardín de la fundación japonesa en Colón.

Descubren nueva falla geológica joven y activa al sur de Constitución

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Un grupo de científicos acaba de dar cuenta de una nueva falla geológica al sur de Constitución, en la Región del Maule, la cual se encuentra activa y no es visible en la superficie.

La falla, que está en la localidad de El Yolki, fue hallada por investigadores del núcleo Milenio CYCLO, que busca cuantificar procesos de deformación asociados al ciclo sísmico a lo largo del margen continental chileno y así poder explorar los mecanismos responsables de grandes terremotos como el del 27 de febrero del 2010.

"Es una falla activa que evidencia una deformación en los últimos cuatro mil años, pero no tiene una ruptura superficial clara, por lo que está escondida. Sin embargo, no significa que no sea capaz de provocar un terremoto", explicó Daniel Melnick, geólogo y doctor en Ciencias, director del núcleo CYCLO y académico del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad Austral.

Daniel Melnick especificó que la falla no se conocía hasta que obtuvieron los datos arrojados por vuelos con láser que permiten ver la forma del terreno. "Es una falla de orientación noroeste similar a la falla de Pichilemu (que rompió en la réplica del 11 de marzo de 2010)", indicó el investigador y precisó que estas fallas suelen moverse durante o inmediatamente después de grandes terremotos de subducción como el del Maule (27 de febrero de 2010). "La falla de Pichilemu se movió once días después y hay evidencia de fallas similares que se movieron un mes después del terremoto de Tohoku en Japón. La de El Yolki sería una de estas fallas", expuso Melnick, quien la califica como "una falla joven y activa".