La fe mueve montañas

A lo largo de la historia, muchos se han planteado lo que sucedería si alguien como Jesucristo apareciera en la Tierra y dijera que es el Mesías. Y la respuesta más recurrente es que acabaría en la cárcel o en un hospital siquiátrico. O sería investigado por la CIA como una presunta amenaza que desafía el orden mundial, lo cual plantea la polémica serie de Netflix que se titula precisamente "Mesías", cuyo personaje central es Al-Masih (Mehdi Dehbi), un profeta que afirma que el día del juicio final se acerca.

Con la capacidad de hacer milagros y entregar potentes mensajes sobre el verdadero Dios, este carismático líder atrae la atención mundial y el cariño de millones de personas. Así, este nuevo mesías desafía la seguridad de todos aquellos quienes malinterpretan las palabras de Dios y asesinan en su nombre. Al-Masih desafía al Estado Islámico en Siria, pone en jaque a las autoridades de Israel al denunciar la arbitrariedad de las fronteras en el planeta y se convierte por ende en un problema para Estados Unidos.

¿Un fanático, un impostor, un verdadero mensajero de Dios? La apuesta detrás de "Mesías" consiste en mantener esa duda como vínculo con el espectador, para lo cual hay tres personajes que entran en relación con el profeta: Eva Geller ( Michelle Monaghan), una agente de la CIA que ha hecho de la lucha por el terrorismo su causa; Aviram Daham (Tomer Sisley), un oficial del servicio secreto israelí experto en interrogatorios y en plena crisis con su esposa; y Félix (John Ortiz), párroco de un pequeño pueblo texano agobiado por problemas económicos y una crisis de fe. A medida que Al-Masih ingresa en la vida de cada uno de ellos, despierta las mismas tensiones de las que se hace eco el mundo, tanto sobre el enigma de su sabiduría y los motivos de su aparición, como de lo que implica en el presente global una figura semejante.

"Mesías" es un thriller geopolítico que tiene varios puntos de comparación con "Homeland", pero con la diferencia de que el duro realismo de la serie protagonizada por Claire Danes, también ambientada en Oriente Medio, se mezcla con elementos aparentemente sobrenaturales y plantea dilemas sobre fe en el globalizado siglo XXI.

La serie, la cual ya confirmó una segunda temporada, funciona y mantiene la tensión durante sus diez capítulos. También hay muy buenas secuencias de acción y hay un interesante trabajo de fotografía. Sin embargo, la mezcla entre política y religión no siempre cuaja, al tiempo que la visión del mundo musulmán es como casi siempre muy maniquea. Además, el personaje de Al-Masih no resulta lo suficientemente carismático y misterioso que debería ser.