Hace cinco años, se informó la instalación de una central termoeléctrica en el sector de Los Rulos, comuna de Limache.
Alegatos
Un proyecto que busca aumentar la matriz energética del país se ubica en el límite con la reserva de la biósfera La Campana-Peñuelas. Esto sumado al impacto ambiental que provocaría la instalación de esta planta en las comunas cercanas, como las saturadas Concón, Quintero y Puchuncaví, generó la organización de residentes y activistas para evitar su aprobación.
Uno de estos grupos es Villa Alemana sin Termoeléctricas, quienes llevan luchando mucho tiempo para que el proyecto se rechace.
"El mayor impacto que puede causar la termoeléctrica es atmosférico, porque el material particulado va a llegar a nuestra comuna que es un valle. Estamos hablando de una ciudad que antiguamente era considerada por sus aires, incluso cuando se construyó el hospital de Peñablanca, se promocionaba como un centro médico para tratar enfermedades respiratorias, porque tenemos una tradición de aires limpios", explica Diego Muñoz, vocero de la agrupación.
La termoeléctrica es un proyecto de la empresa estadounidense IC Power y tiene una inversión de casi 600 millones de dólares, dentro de un terreno de 34 hectáreas. Utiliza gas natural proveniente de la planta GNL de Quintero como combustible y contará con 14 pozos desde donde extraerá 300 mil litros diarios de agua.
Un estudio de impacto ambiental efectuado por la empresa Cerro El Plomo informó que sectores como Limache y Villa Alemana se verán afectados por la emisión de material particulado en el promedio móvil anual, específicamente MP10.
El proyecto tenía como fecha de inicio de obras en el año 2016, sin embargo, todavía no se han realizado por la presión de los residentes del sector.
Las irregularidades con el proyecto habrían empezado con su aprobación en el Consejo de Evaluación Ambiental de Valparaíso el año 2017.
"La Seremi de Salud recomendó no aprobar el proyecto porque dijo que hubo una falta del articulo 15 bis (Ley 19.300 sobre bases generales del medio ambiente) que dice que el proyecto debe retirarse si falta información sobre su impacto ambiental. La Seremi denunció eso, pero después votó a favor. Fue un voto con condiciones para que se cumpliera con un plan de mitigación que es un proyecto que no entró a los estudios de impacto ambiental y a la posterior votación en el CEA (Consejo de Evaluación Ambiental), entonces eso es grave. Actualmente no existe plan de compensación", dice el activista.
Según la agrupación, cuando la empresa hizo su estudio de impacto ambiental, quitó de manera arbitraria algunas áreas de influencia con el fin de aminorar el plan de mitigaciones. Esto podría afectar a la larga no solo a la provincia de Marga Marga, sino incluso a la provincia de Valparaíso, ya que es contaminación que se suma a la ya existente.
Otra de las preocupaciones de la comunidad es el impacto que tendrá la operación de esta central en los escasos recursos hídricos que existe en la provincia de Marga Marga.
Como en Quebrada Escobares, donde muchas familias ya no cuentan con agua para abastecer a sus animales o a ellos mismos y han tenido que recurrir a familias del centro de Villa Alemana, quienes les facilitan agua en bidones que después tienen que transportar a sus casas.
La construcción de esta central también afectaría a la reserva de la biósfera La Campana-Peñuelas, que está en el límite con este proyecto.
"Tenemos a organizaciones mundiales hablando de proteger estas reservas y en Chile hay una carretera eléctrica, Cardones-Polpaico, que está atravesando esta reserva de la biodiversidad, afectando a la flora, la fauna nativa y también a las personas que viven ahí", indicó Muñoz.
Hace una semana, el Tribunal Ambiental en Santiago llevó a cabo los alegatos para invalidar el proceso de calificación y evaluación ambiental favorable del proyecto.
A la instancia asistió la empresa y los reclamantes, dos particulares que iniciaron esta tramitación: el biólogo Salvador Donghi y el arquitecto Arturo Chadwick.
A ellos se sumaron las municipalidades de Villa Alemana, Limache y Concón, quienes decidieron hacerse parte de esta reclamación.
"Nosotros organizamos marchas, entregamos cartas al Concejo Municipal y emplazamos al alcalde, porque el municipio no había tomado una postura sobre este proyecto. Que se hayan sumado es un hito, porque cuando lo hicieron, se sumaron otras municipalidades porque la termoeléctrica es un problema", afirmó Muñoz.
Con un apoyo político y de la comunidad en general -han realizado una serie de movilizaciones, la última que convocó a casi cuatro mil personas en Villa Alemana- la agrupación tiene la convicción que el tribunal ambiental tendrá un fallo favorable para quienes no quieren una termoeléctrica en el sector.
"Son alegatos que representan argumentos sólidos y que representan el sentir de un grupo de activistas y de toda la provincia que desde el 2015 se están movilizando. La comunidad no quiere el proyecto", asegura el vocero de la agrupación.
En este sentido, el dirigente hace un llamado a las autoridades gubernamentales a que tomen en cuenta las señales que está dando el planeta y la comunidad científica sobre el cambio climático.
"Hacemos un emplazamiento al Estado porque el Sistema de Evaluación Ambiental pertenece al Estado quien tiene que tomar una postura. Tenemos ahora el calentamiento global, el cambio climático que nos pone en peligro tanto a grandes reservas ambientales sino que también a las mismas familias que viven en su alrededor. Si uno sube por La Dormida se puede ver que hay muchos sectores de bosque que ya están secos porque no han podido soportar las altas temperaturas de este verano", dijo Muñoz.
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