Cacería de brujas
La jueza del 14º Juzgado de Garantía de Santiago, Andrea Acevedo, se ha ganado estar en la boca de muchos por sus polémicos dichos durante la audiencia de formalización del carabinero que arrolló con un camión a
un hincha.
Las opiniones han sido variopintas, cosa perfecta. Lo lindo de la democracia es poder expresar ideas y creencias. Contrario a ello, el escenario parece dantesco, ya que, luego de sus dichos, la magistrada ha sido víctima de múltiples funas, linchamientos e incluso amenazas de muerte. Independiente de si se está o no de acuerdo con sus planteamientos, perseguir al que piensa distinto no puede ser opción, de lo contrario, poco nos separa de la cacería de brujas propia de los siglos pasados. Si atacan así al Poder Judicial, ¿Qué le queda
al resto de mortales?
Preciso es recordar a John Stuart Mill: "todo aquello que sofoca
la individualidad, sea cual sea
el nombre que se le dé, es
despotismo".
Caos
El vandalismo no cesa y los bellacos están logrando destruir Chile. Las autoridades, todas, impávidas ante estos hechos, observan y no toman la sartén por el mango. Los DD HH, críticos en su juicio, sólo indican la violencia, pero no dan la solución a ella. La Patria está en peligro, y como tal, habrá que defenderla. Carabineros y PDI están sobrepasados. ¿Quién puede defendernos? Estamos en una guerra fría, en la que chilenos nos estamos matando entre nosotros. Tío Sam no se mete. Los países grandes están en otra y los chicos no se meten en problemas de otros. Nuestros ministros, perdidos en el espacio, no atinan a nada por temor a perder sus puestos y que los acusen constitucionalmente. El costo de la vida sube como la leche hervida. El Ministro de Defensa Nacional, no desea, por nada, la intervención de las Fuerzas Armadas ¿No están ellas para defender la Patria? ¿O ellos sólo actúan en guerras contra otros países?
Nicolás Martins.
Fundación Para el Progreso.
Renato Norero Valenzuela