Un empate dorado
Con goles de Walter González y Patricio Rubio, Everton logró igualar un partido que tenía prácticamente perdido.
Si bien la idea de Javier Torrente y sus pupilos era traerse los tres puntos desde Iquique, lo cierto es que la igualdad a dos goles que Everton consiguió ayer ante los "dragones celestes" es de oro, esto debido a que lograron remontar la diferencia de dos tantos en apenas 15 minutos de juego.
Con el renovado estadio Tierra de Campeones como escenario, los ruleteros se mostraron algo desconcertados en los primeros minutos de cotejo. Por otro lado, los dirigidos por Jaime "Pillo" Vera se aprovecharon rápidamente de esta situación, todo de la mano de un inspirado Álvaro Ramos, quien se robó el protagonismo durante los primeros 45 minutos de cotejo.
El reloj marcaba 24' cuando Ricardo Blanco se coló en área auriazul por el sector derecho, habilitando a un "Chanchito" Ramos que, ante la salida de Johnny Herrera, definió de puntín para enviar el balón al fondo del arco. El veloz delantero llamó a la calma y pidió disculpas en su celebración debido a su reciente pasado defendiendo la tricota viñamarina.
Claro que el show del hombre que también registra pasos por Universidad Católica y Santiago Wanderers no terminaría allí, ya que él también sería el encargado de cobrar el lanzamiento penal que Christian Rojas pitó con la ayuda del VAR tras una mano de Marcos Velásquez en el área. Desde los doce pasos, el "11" de los locales engañó completamente al exmeta de Universidad de Chile, decretando el segundo tanto de un encuentro que muchos pensaron estaba definido.
Gran reacción
Javier Torrente decidió mover el tablero de cara a la segunda mitad y Everton logró equiparar las acciones, pero los minutos transcurrían y todavía no llegaba el esperado gol que abriría la esperanza para una remontada de tonos épicos.
Restaban apenas 15 minutos de cotejo cuando Patricio Rubio habilitó de gran forma a un Walter González que se sacó con clase a su defensor en pleno corazón del área y posteriormente le rompió el arco a un Sebastián Pérez que poco y nada pudo hacer mientras su portería era vulnerada.
Dicho tanto metió de lleno a los auriazules de vuelta en el partido. Con más corazón que fútbol, los viñamarinos se lanzaron de lleno en búsqueda del gol del empate, dejando espacios en el bloque posterior que Iquique no supo aprovechar.
Cuando faltaban apenas dos minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario, Patricio Rubio apareció muy solo en plena área tras un saque de esquina para, con un fuerte testazo, decretar un valioso empate para un Everton que se mantiene invicto en el torneo y cada vez más lejos de las posiciones de peligro.
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