Los ascensores del gran Valparaíso son dignos de un museo arcaico. Sin manutención alguna. Con sus elementos gastados por el tiempo de funcionamiento. En manos inoperantes del transporte público. Que sirven a miles de ciudadanos bajando y subiendo de los cerros de Pancho. Son actualmente una burla para el Alcalde y Ministerio de Transportes, que de ellos dependen supongo. Los ascensores piden a grito pelado que los modernicen y dependan de una Empresa segura y valedera en su funcionamiento. El accidente reciente de ruptura de clavícula de un pasajero, indica que este tema deba ser prioridad en la V Región.
Ley de cáncer
Como Fundación Nuestros Hijos celebramos el avance que ha tenido la Ley Nacional del Cáncer. No sólo es un paso sustantivo en la protección y acompañamiento de las miles de personas con cáncer en Chile, sino que es una evidencia de que la colaboración entre los distintos actores sociales, políticos y públicos puede alcanzar beneficios directos para los pacientes que viven esta enfermedad. Sin embargo, sabemos que no es suficiente, queda mucho por hacer.
En estos casi 30 años de experiencia en el tratamiento integral del cáncer infantil, nuestra fundación ha sido testigo de innumerables avances para mejorar la tasa de sobrevida de los niños enfermos de cáncer en Chile. Pero tenemos desafíos: necesitamos avanzar en extender la atención y tratamiento para los adolescentes entre 15 y 18 años, que viven con la enfermedad y que hoy son tratados bajo los mismos protocolos que reciben los adultos.
La evidencia nos muestra que el sistema de salud actual, particularmente en el tratamiento del cáncer, es muy duro para los adolescentes cuando son tratados en centros de adultos, pues, además de las complejidades de la transición de la niñez a la vida adulta, requieren de un cuidado diferente, integral, y adaptado a su grupo etario. De la misma forma, la nueva ley debería asegurar que todos los niños y adolescentes tengan acceso a los programas de cuidados paliativos, en todas las etapas de la enfermedad.
Cuando cada año son más de 500 los niños y niñas diagnosticados con esta enfermedad, creemos que es una cuestión de justicia, tanto en el ámbito público como privado, asegurarles su derecho a vivir el cáncer en igualdad de oportunidades, con dignidad y con la mejor calidad de vida posible.
Renato Norero
Marcela Zubieta
Presidenta Directorio Fundación Nuestros Hijos