A la fecha, la aprobación del gobierno ha sido un constante dolor de cabeza en el palacio de La Moneda. Algunos más pesimistas, como la encuesta Pulso Ciudadano, que otorgó un 7% y otros más optimistas, como Cadem que endosó un 13%, la cifra sigue siendo baja. El presidente Piñera enfrenta la difícil tarea de proseguir su gobierno, que recién en marzo próximo cumplirá la mitad de su período.

¿Cómo gobernar con baja aprobación? Gobernar en silencio, sin elevar las expectativas ni con anuncios rimbombantes. El presidente deberá reposar en sus ministros y colaboradores, evitando exabruptos o vocerías innecesarias. Puesto que, como aseveró el filósofo Confucio: ¿uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?

Desmanes en Valparaíso

Preocupante es la declaración de una mayor de Carabineros que ese día, el martes, un grupo de no más de 50 individuos se reunió en plaza Sotomayor e inició una marcha. Por supuesto tomándose las calles con total libertinaje e iniciando desmanes, destrucción, lanzando bombas molotov, agrediendo a locutorios; sí, un grupo de no más de 50 individuos, qué va a pasar cuándo se junten 500, 1.000 o más sujetos, quién va a controlar la paz y tranquilidad. Las autoridades muchas declaraciones y nada efectivo, deben solicitar la concurrencia de otras fuerzas para controlar a los individuos a todas luces drogados. Carabineros se ve sobrepasado y sin ideas claras para el combate contra estos individuos, menos declaraciones y más efectividad.

Jose Luis Trevia. Investigador

Fundación para el Progreso.

Julio López

Tanto las personas como las empresas tienen responsabilidades, independiente de su tamaño o rubro. Las exigencias están cada vez más altas y son otros los parámetros que se miden, y ese es justamente el mensaje que se a conocer en el manifiesto de Davos 2020, con un foco en los valores y temas éticos. Quizás una buena pregunta para evaluar nuestra gestión como directivos o empresarios es si la relación con nuestros stakeholders es meramente de conveniencia o si hay un lazo colaborativo y empático que nos impulse a ser mejores.

Está bien que las compañías busquen superarse mientras no descuiden otros puntos para contrarrestar sus efectos negativos, como la lucha contra la corrupción, qué medidas estamos tomando en cuanto al uso ético de datos, entre otros. El desafío está en poder hacer ambas cosas a la vez sin perder la rigurosidad y el entusiasmo. Este es un gesto para fortalecer internamente la compañía y seguir generando una mejora continua, dialogando con el entorno, creando instancias para la reflexión y la toma de conciencia para llegar a una solución equilibrada.

Susana Sierra,

directora ejecutiva de BH Compliance.