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El cruce de historias que una porteña vivió tras el derrumbe de una pared

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Había terminado el Festival de Viña del Mar, pero Marta López, de entonces 50 años, decidió quedarse despierta un rato para jugar y chatear ven el computador de su casa, ubicada en el pasaje Cabo Bustos con Guzmán, en el cerro Arrayán de Valparaíso.

A 10 años del terremoto que botó una pared del tercer piso de su casa, hecho que fue registrado por este Diario, recuerda que no sintió miedo, su principal preocupación era asistir a su marido que meses antes había sufrido un accidente y se encontraba en reposo y su hijo, que a esa hora andaba carreteando.

"En ese momento era sacar al Juan de la cama no más y que no se le fuera a caer algo encima. Me asustó más que mi hijo estaba en un pub y no pude comunicarme con él hasta como las 6 de la mañana y menos mal que se había ido hacia Villa Alemana, a la casa de la polola, y me dijo que ni cuenta se había dado porque iban en micro", recuerda la porteña que actualmente trabaja como funcionaria de la Municipalidad de Valparaíso, donde entró el mismo año del fatídico terremoto.

Como funcionaria, sin saberlo, Marta continuó ligada a las distintas tragedias que han azotado al puerto, pues estuvo a cargo de uno de los albergues que se habilitaron para el incendio del 14 de febrero del 2013, en Rodelillo. Luego, con más experiencia -asegura- cumplió una misión similar para el mega incendio del 2014.

Coincidencias

Ese mismo año, recién pudo comenzar la reconstrucción de su casa, pues en los cuatro años anteriores "todos los arquitectos querían demoler el tercer piso y yo me negaba". Apareció Pedro Ascencio, un arquitecto al que Marta llegó a través de un conocido que hacía tortas en San Roque, don Pablo, también damnificado del gran sismo. En 2016, Pedro Ascencio salió en los medios de comunicación debido a que su hijo, Pablo, fue la primera víctima fatal bajo la entonces nueva Ley Emilia.

Marta recuerda que Pablo "me iba a buscar al trabajo, cuando no iba a la Universidad, para ir a ver los trabajos. Él trabajaba harto con su papá y fue chocante cuando vi la noticia y asocié que era él".

Los trabajos duraron cerca de un año y ella quedó conforme. Si bien echa de menos su techo de tejas, reconoce que "dentro de todo, lo bueno es que la casa quedó mejor, más segura porque además estaba dañada por las termitas".

Mirando hacia atrás y pensando en su práctico actuar a la hora de la emergencia, Marta reflexiona y cuenta que "una vez me dijeron que era una mujer muy dura, pasó el terremoto, ya solucioné el problema y se acabó para mí. Hay que mirar hacia delante, ni siquiera pienso en eso".

El fatal caos por falsa alarma de tsunami

Jaime Gac Avilés aseguró que escuchó a un tercero alertar sobre la salida del mar y repitió el mensaje. Su abogado contó que estaba medicado.
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Belén Velásquez N. - La Estrella de Valparaíso

Luego del gran terremoto, los ánimos quedaron alterados, pues cada réplica hacía estremecer a los ciudadanos de cada región que sintió los embates del movimiento telúrico. El temor era aun mayor en las localidades costeras: existía, además, el riesgo de un tsunami, como el que ya había afectado al sur.

Valparaíso, afortunadamente, no sufrió con la salida del mar. Sin embargo, una falsa alarma de maremoto provocó que Óscar Patricio Méndez Madariaga, de 52 años, falleciera tras un infarto que le dio mientras huía del plan porteño, donde también un auto volcó en la escapada.

El responsable de la falsa alarma fue Jaime Gac Avilés, de entonces 48 años. La publicación de la época sostiene que quien luego quedó detenido, formalizado y con arresto domiciliario por cuasidelito de homicidio y desórdenes públicos, había gritado a viva voz "¡Tsunami!", generando un caos masivo que rápidamente se expandió por todo Valparaíso y Viña del Mar.

Una década después, no fue posible ubicar al imputado -que luego fue absuelto- pero quien fue su defensor privado, el abogado Hernán Benavides, recordó la causa.

"Se escapó de las manos"

El profesional rememora que el hombre era un comerciante de Santiago que vino a la zona aprovechando la temporada estival. Su hermana vive acá.

"Me contó que estaba tomando unas pastillas, tranquilizantes creo, no estaba bien, y andaba con la receta, emitida por un médico. Con eso me conseguí la ficha clínica que acompañamos como elemento de prueba y ni siquiera se hizo una pericia. Bastaron esos antecedentes para que se absolviera porque era inimputable", recordó Benavides.

El entonces defensor, que dedicó su carrera principalmente al área familia y laboral, recapitula aquellos años y relata que su representado "decía que él no lo dijo, sino que lo dijo otra persona y que él corrió la voz y resultó ser una información falsa. Fueron lamentables las consecuencias que hubo, se escapó de las manos".

Fue terrible

Para Benavides el terremoto también "fue terrible". Cuenta que perdió a un buen amigo, en el sur, que murió ahogado mientras iba a buscar a su esposa e hijos luego del terremoto. También le tocó sobreseer una causa en Juan Fernández: su representada, formalizada por hurto, murió tras el devastador tsunami que azotó al archipiélago.

Familia de "Puntito": "Nuestro corazoncito está más tranquilo"

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"Nuestro corazoncito está más tranquilo". Esas fueron las escuetas palabras que entregó a este Diario Jimena Green, la abuela de Joaquín Ortiz Fajardo, más conocido como "Puntito".

Se trata del niño de 8 años que murió en el archipiélago de Juan Fernández luego de que la Isla fuera arrasada por el tsunami que nunca fue alertado por las autoridades.

La mujer sostuvo de manera muy concisa que preferían no referirse a la triste situación vivida hace 10 años. Su madre tampoco contestó el llamado de este matutino.

El caso de "Puntito" se hizo conocido mediáticamente también a través de su padre, quien en una oportunidad encaró a la otrora directora nacional de la Onemi, Carmen Fernández, a quien culpó de la muerte de su hijo. Sin embargo, años más tarde la exautoridad fue sobreseida del cuasidelito de homicidio, así como también el exdirector del Servicio Hidrográfico y Oceánico de la Armada (SHOA), Mariano Rojas.