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[Cultura Urbana]

Sergio Cortés: un clásico del pasaje Bavestrello

Hace 15 años vende alfajores desde la puerta de su casa. Todos los días es posible encontrarlo ahí, solo hay que tocar el timbre y esperar que aparezca.
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Francisca Avsolomovich - La Estrella de Valparaíso

Suena el timbre. Afuera, todos están expectantes, como si se tratara de un espectáculo. Acto seguido, don Sergio Cortés, de 73 años, abre las puertas de su casa y, con una bandeja redonda de color plata, ofrece sus alfajores artesanales.

Esta acción forma parte de su rutina hace más de 15 años y, con el tiempo, se ha convertido en un icónico personaje dentro del Pasaje Bavestrello, lugar que lo ha acogido por 30 años.

Subiendo por calle Urriola o descendiendo desde la calle Leighton se encuentra una de las construcciones más características de Valparaíso: una especie de pasaje-escala construido en 1926 que conecta el cerro Alegre con el Concepción.

Hace un año fue remodelado. Ahora cuentan con cámaras de seguridad, horarios de ingreso y los grafitis que antes decoraban el pasaje hoy están borrados. Sin embargo, el lugar no ha perdido su encanto.

Personaje icónico

Don Sergio vive en la casa número 25. Cerca del umbral de la puerta tiene un letrero colgado que dice "Alfajores $250". Su casa tiene ocho habitaciones, sin embargo, solo vive con su esposa y una de sus dos hijas. "De vez en cuando alojo a algún turista gringo, les cobro un precio normal", dice, mientras se acerca un tour a su puerta.

Hace más de diez años que don Sergio tiene un acuerdo con algunas empresas de turismo. De esta manera, los viajeros obtienen una especie de momento mágico en su visita al Puerto y él puede sumar ingresos a su actual pensión de $210.000.

Asegura que al mes vende unos mil alfajores. Además, de viernes a domingo vende empanadas de salmón-queso, champiñón-queso y pino.

Los vecinos recurren con mucha frecuencia a su casa y si lo ven sentado en la banca de enfrente, lo saludan amablemente y él devuelve el saludo, ya que, además ayuda con el trabajo administrativo del pasaje desde que llegó a vivir al sector, por lo que su cercanía es fruto de sus años siendo vecino del Bavestrello. "Hay que buscar las monedas por todos lados", expresa.

Los años '70

Desde 1970 hasta 1973 don Sergio trabajaba y era sindicalista en la empresa de bebida Nobis, ubicada en Santiago. Aún estremecido por el recuerdo, cuenta que "de la noche a la mañana pasa un camión, nos mete adentro y chao".

A los 26 años fue detenido por la dictadura militar y pasó 119 días en el Estadio Nacional. "Ese es mi pasado oscuro, uno lo olvida, pero no tanto en realidad", expresa, mientras cruza las manos con fuerza.

Luego de ser liberado viajó a Alemania; sin embargo, la dificultad del idioma lo hizo volver a Chile.

El regreso

En su regreso al país se fue a vivir a la costa, a la ciudad de El Quisco. allá se estableció con una amasandería, una de sus pasiones y con un local de pool. No obstante, por necesidades de su familia se vino a la Ciudad Puerto, donde tuvo que reinventarse y hacer malabares con el dinero, lo que lo llevó a crear su negocio de alfajores artesanales y de empanadas. "Yo no voy a morir pobre", expresa.

Actualmente los ingresos económicos de Don Sergio son su jubilación y lo que dejan las empresas de turismo, no obstante, confiesa que "el tour me da más dinero que la jubilación, ¿se puede creer?".

El policlínico de los libros

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por Joaquín Escobar

Neblinas

María Luisa Bombal siempre ha sido una escritora muy estudiada en la academia chilena. En forma reiterada se realizan investigaciones, ensayos y tesis sobre su obra. No obstante, de su rocambolesca vida se conoce poco. Todo está oscurecido por las neblinas de historias no resueltas en donde la especulación está por sobre cualquier forma de indagación, construyéndose una biografía a partir de chismes en los cuales abunda las incertidumbres y las inexactitudes.

El escritor Diego Zúñiga, convirtiéndose en una especie de biógrafo -pues "El teatro de los muertos" no es en estricto rigor lo que se entiende por una biografía- viene a hacer justicia con una de las grandes escritoras chilenas, posicionando las intimidades de su vida en un primer plano confesional y literario.

Zúñiga no entra del todo en las polémicas que rodearon la vida de María Luisa Bombal. Declaraciones contra el Partido Comunista en plena dictadura y ser la mediadora entre Pinochet y Borges para la condecoración del argentino, fueron manchas indelebles que marcaron por siempre la vida de la autora de "La amortajada". El libro no pretende generar disputas a partir de estos dos lamentables hechos, más bien se posiciona en lugares tan diversos como dispares, tomando el autor la bandera de lo homogéneo para narrar una vida llena de contradicciones.

El mapa sobre el que Zúñiga edifica no tiene prioridades temáticas, trabaja igualmente las historias. Le da el mismo énfasis al balazo que le pegó su examante, Eulogio Sánchez; al alcoholismo que la aquejó durante el final de su vida; y a la desconocida hija que tuvo durante su paso por Estados Unidos.

Es fácil hacer farándula con la vida de los escritores. Es fácil caer en la chimuchina ramplona que trae consigo toda biografía borrosa. Zúñiga podría haber tomado el camino fácil, y construir un texto polémico abundante en cotillón. No lo hace y, como lector, esos gestos se agradecen. Apuntando a un trabajo de archivo e investigación que va desde el "Diccionario de autores latinoamericanos" de César Aira hasta testimonios y revistas de la época, elabora un documento-bonsai que se convierte en parte ineludible del mundo Bombal.

Colegios católicos, tardes de lectura, la influencia de la literatura francesa, sueños con neblina y caballos, la muerte de un padre, el suicidio de un tío, los años jóvenes y violentos de Buenos Aires y un desapego total por los discursos de género son algunas postales con las que Zúñiga (re)construye un puzzle al que cada vez le faltan menos piezas.

"Zúñiga podría haber tomado el camino fácil y construir un texto polémico abundante en cotillón, pero no lo hace".

título: "María Luisa Bombal, el teatro de los muertos"

autor: Diego Zúñiga

editorial: UDP