Responsabilidad y creatividad son las dos palabras que deben resonar en nuestra cabeza a la hora de enfrentarnos a la necesidad de mantener la cadena de abastecimiento en momentos de una pandemia como la situación actual de COVID-19. Responsabilidad para proteger a nuestros colaboradores y clientes; y creatividad para evitar al máximo los cortes en la cadena afectando lo menos posible al proceso.

Hoy es el momento de estar más comunicados que nunca con nuestros clientes y proveedores. Ser transparentes con nuestros posibles problemas y a la vez cooperadores en resolver los del resto. Es el momento de ampliar la red de proveedores y de transportistas de usar más opciones que, quizás en otro momento descartamos por precio u otras razones. Es el momento de usar la tecnología para minimizar el contacto físico en el uso de papeles y formularios que pasan de mano en mano y mucha otras medidas más que aumentan la seguridad y la eficiencia.

El cómo lo hagamos en esta situación extrema y compleja, nos definirá, en gran medida a futuro cuando todo pase. Podremos salir fortalecidos, más unidos como organización y con mayor experiencia y flexibilidad que antes o por el contrario, podemos salir debilitados, con una organización herida y con relaciones resentidas con los diferentes actores de la cadena logística. Depende de nosotros, pero el momento es ahora.

Rodrigo Serrano, vicepresidente corporativo de Innovación y Desarrollo de Wisetrack Corp

Esta semana el gobierno de Chile informó que el país entró en la fase cuatro del Coronavirus y anunció el cierre de fronteras para personas extranjeras, medida que se suma a la suspensión de clases. Ante la rapidez de los contagios, que ya superan los 200 casos confirmados a nivel nacional, la recomendación de los especialistas ha sido a mantenerse en casa y trabajar de manera remota cuando sea posible.

De acuerdo al Índice de Calidad de Vida desarrollado por Sodexo B&I, en agosto de 2019 solamente el 13% de los trabajadores contaba con la posibilidad de trabajar a distancia como parte de los beneficios de su empresa. No obstante, hoy a raíz del COVID-19 nos enfrentamos al primer gran experimento masivo de teletrabajo tanto en Chile como en el mundo.

Sin duda la tecnología ocupa un papel fundamental en la implementación del trabajo a distancia. Sin embargo, tan importante como saber si las empresas están preparadas para el teletrabajo, es saber si los colaboradores lo están. El contexto actual obliga a las empresas a preguntarse no solo por las condiciones de conectividad y de seguridad laboral y digital en sus oficinas, sino que también en los hogares de sus colaboradores.

La experiencia internacional ha demostrado que el home office es una medida efectiva para resguardar la salud de los trabajadores y sus familias. A su vez, contribuye a que la productividad no se vea tan impactada por la situación de crisis sanitaria. El llamado ahora es a que las empresas se ocupen de las condiciones tecnológicas y de cultura organizacional, para implementar el teletrabajo de manera exitosa.

Por Claudio Torres, Regional Manager de D-Link.