Alrededor de 300 colectivos se movilizaron en una caravana con dirección al Congreso, para exigir mejores medidas sanitarias y laborales frente a la pandemia del coronavirus.

Previamente, su primera parada fue en la Intendencia Regional de Valparaíso, donde lograron entregar una carta con sus demandas al seremi de Transporte, José Guzmán, quien prometió una resolución de aquí al martes.

"También pedimos ser parte de esta mesa social, y que nos citen para exponer lo que está pasando con todos nosotros (...) Somos entre 300 y 400 colectivos en la calle, llama la atención a la autoridad, para que vean la necesidad que estamos teniendo, la incertidumbre, el estrés que estamos todos los días al ver que tenemos menos pasajeros, y que no estamos siendo considerados en el paquete económico que el Estado efectuó", señaló el presidente gremial, Miguel Espinoza.

Asimismo, enumeró que entre las peticiones del gremio, se encuentran la entrega de insumos necesarios para poder trabajar durante la crisis sanitaria, puesto que acusan no contar ni siquiera con mascarillas para prevenir el Covid-19.

Cabe destacar, que durante el trayecto, la caravana fue escoltada por personal de carabineros, y el tránsito en Avenida Argentina como España se mantuvo lento.

Marcela Guajardo Pérez

Viven con preocupación. Les cuesta concentrarse en los estudios, que además son online, y temen quedar en la calle.

Incluso algunos piensan congelar sus estudios, porque no se sienten tranquilos para rendir como corresponde en sus carreras universitarias.

Así están 16 estudiantes de Rapa Nui y Juan Fernández, beneficiarios del programa JUNAEB Hogares Insulares. El 18 de marzo fueron informados de que la residencia donde se están quedando en Viña del Mar iba a cerrar debido a la contigencia del coronavirus.

Dicen que nunca recibieron una notificación oficial, tampoco a sus padres y que la instrucción era que fueran sus apoderados del continente quienes tenían que recibirlos, situación complicada ya que muchos de ellos son compañeros de universidad de estos jóvenes.

Algunos comenzaron a preparar sus maletas con la incertidumbre de qué pasaría con ellos y en qué condiciones tendrían que hacer sus estudios.

Afortunadamente, autoridades de la isla lograron gestionar que esta residencia no se cerrara y los jóvenes podía permanecer en ella, por lo menos por un par de días.

El problema ahora es que no tienen seguridad sobre qué pasará dentro de las próximas semanas, ya que autoridades de JUNAEB les habrían advertido de que si la situación en el país empeoraba, el hogar tenía que cerrar.

Junaeb

Desde la institución aseguraron que el hogar se mantendrá abierto y que los estudiantes recibirán la alimentación que corresponde. "Se han establecido turnos para la atención de los jóvenes porque nuestra principal preocupación es el bienestar de ellos y que estén bien cuidados y bien seguros. El hogar permanecerá abierto mientras quede un estudiante en él", afirmó María Loreto Sotomayor, directora regional de JUNAEB Valparaíso.

Desde que se implementó el toque de queda entre las 22.00 y las 05.00 horas a raíz del COVID-19, más de 600 personas han solicitado salvoconducto en la Prefectura de Carabineros de Viña del Mar.

Así lo informó el coronel Roberto Troncoso, jefe de esta unidad policial que cubre la jurisdicción de Viña del Mar, Concón, Puchuncaví y Quintero.

"Hasta el minuto, desde que empezó el toque de queda, llevamos en la prefectura 658 salvoconductos (...) La gran mayoría tiene relación con personas que trabajan en horario nocturno como guardias de seguridad, empresas que mantienen servicios eléctricos de gas, etc.", detalló Troncoso.

El prefecto de Viña del Mar destacó asimismo el buen cumplimiento que han tenido las personas en respetar el toque de queda decretado, reiterando la necesidad de que esta conducta se mantenga.

"En estos días sólo hemos tenido seis conducidos en toda la repartición lo que da cuenta de una muy buena aceptación de lo que significa el aislamiento preventivo", resaltó el oficial.

Troncoso recordó que junto al personal de la Armada y el de salud se mantiene una fiscalización permanente, especialmente en torno al uso de las segundas viviendas. "Esto también pasa por una responsabilidad personal (...) El mejor ejemplo es ver lo que ha ocurrido en el extranjero. Esto no funciona si no hay una responsabilidad de cada uno de nosotros".