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Garzones del Barrio Puerto deben pedir cooperación en la calle

La mayoría ganaba por día trabajado y propina, por tanto la crisis sanitaria los tiene virtualmente cesantes.
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Matias Valenzuela

Con su gracia y personalidad característica, los garzones y garzonas del Barrio Puerto han tenido que recurrir a la solidaridad. Los mismos trabajadores que ofrecían menús y almuerzos a las personas que pasaban por plaza Sotomayor, ahora piden una mano, una ayuda en estos días tan difíciles.

La alerta sanitaria, que prohibe el funcionamiento de restaurantes y cocinerías, los complica con urgencia. La gran mayoría trabaja sin contratos, su sueldo es el pago diario, y las propinas, pero como no hay actividad en los locales, están ganando cero hace más de dos semanas.

El día de ayer se vio a varios de estos meseros, pidiendo dinero en la calle, con un cartel explicando su situación, y un vaso plástico recibiendo la cooperación.

Joceline Bravo, trabajaba en el local Lo de Pancho, cuenta que quedaron en la incertidumbre, y no han recibido ninguna ayuda. "Esto se repite en todos los locales del Barrio Puerto", acota.

Dice que tiene tres hijos, y su pareja, también garzón, tiene cuatro. Se decidieron a salir a pedir dinero cuando la situación ya no les dio para más.

"Nos vimos en la necesidad. Hubo un día que no teníamos ni para almorzar ni para tomar once", explica.

En otra esquina, estaba Margarita Rodríguez, con décadas de experiencia atendiendo mesas. Comenzó en el antiguo Mercado Puerto, y se mantuvo en el rubro hasta la fecha.

"Ya veníamos mal hace tiempo, y esto terminó por rematarnos. Todos trabajamos al día, no hay contratos. Yo tengo hijos y nietos, imagínense cuánto nos costó salir a hacer esto. Uno tiene personalidad en este trabajo, y esta instancia de estar pidiendo, igual es vergonzoso para una", dice la porteña de 59 años.