Desde que se confirmaran los primeros casos de coronavirus en Chile, médicos de infectologías, epidemiología, urgencias, especialistas, profesionales y equipos de salud, han informado de los cuidados personales, familiares y comunitarios que debemos cumplir, objeto evitar contagio con esta pandemia. A diario el Ministerio de Salud y las distintas autoridades del país, dan cuenta del aumento de los infectados y fallecidos, pidiendo a todos mantener distancia física y respetar la cuarentena. Ante esta realidad que nos afecta es necesario la disciplina; pero, hay quienes estando contagiados no han cumplido con las normas sanitarias; otros, aprovechando la cuarentena o días libres, viajan a zonas costeras o casas de veraneo. Estas actitudes ponen en riesgo la salud y vida de los semejantes. Jesús dice "cada vez que dañas a tu prójimo física o moralmente, a mí me lo haces". Al 7 de abril el número de contagiados por el coronavirus llegó a 5.546 personas y, entre ellos, hay 286 funcionarios de la salud. Al celebrarse el "Día mundial de la salud" (7 abril), nuestro reconocimiento y gratitud a todos los que laboran en postas rurales, establecimientos asistenciales, hospitales y clínicas (auxiliares, paramédicos, enfermeras (ros), médicos, especialistas y trabajadores en general).
Tareas pendientes
Para algunas mujeres, quedarse en casa por obligación significa un riesgo importante. Hace poco el ministerio de la mujer anunció que las llamadas al fono de violencia intrafamiliar (1455) aumentaron nada menos que en un 70% durante el último fin de semana de marzo, dejando en evidencia una realidad que aún persiste en nuestro país.
Toda actitud violenta es intolerable y debe ser sancionada duramente. No obstante, descansar en la idea de que algún día el abusador decida cambiar puede ser desgastante e incluso fatal para muchas. Es imperativo, hoy más que nunca, empoderar a la mujer en la percepción de sí misma como un ser humano con dignidad, autoestima fuerte y tolerancia cero a la violencia.
Como dice la académica feminista Camille Paglia, "terminar con la violencia de género reeducando o reprogramando a los hombres ignora los abismos del inconsciente. Son las mujeres quienes tienen que aprender a defenderse por sí mismas". No se trata de culpar a la víctima, bajo ningún caso, pero sí entender que si queremos cambios reales hay que tomar al toro por los cuernos.
Derico Cofré Catril
Bárbara Haas,
Fundación para el Progreso