Matias Valenzuela

Se sigue extendiendo la historia sobre el polémico concurso público para escoger a los directores de colegios en Valparaíso, ahora con la inminente participación de la Contraloría General.

Durante la semana pasada, las reacciones fueron diversas tras conocerse el resultado del concurso desarrollado por la Cormvual y el Servicio Local, que exponía que doce directores saldrían de su cargo, mientras que solo dos se mantendrían. Las acusaciones apuntaban a que se habrían priorizado aspectos políticos y de afinidad personal por sobre los méritos educativos de los candidatos.

Ante todos estos cuestionamientos, el alcalde Jorge Sharp decidió solicitar a la Contraloría que investigue a fondo cada uno de los antecedentes relacionados con el proceso de concurso público, a fin de esclarecer si efectivamente hubo irregularidades.

La Dirección de Comunicaciones de la municipalidad de Valparaíso informó: "En relación a las consultas que algunos medios han realizado por el proceso de concurso público del cargo de director(a) de escuelas de la Corporación Municipal de Valparaíso, queremos señalar que: el alcalde Jorge Sharp, en su calidad de presidente del directorio, ha instruido a los equipos de la Corporación Municipal de Valparaíso presentar un requerimiento a la brevedad a la Contraloría General de la República para que, como ente imparcial, pueda determinar si existen actuaciones o trámites que deben ser corregidos en torno al concurso público antes que los nuevos directores(as) asuman en sus puestos".

Carta de directores

Carlos González, presidente de la asociación de directores de Valparaíso, manifestó que ven con buenos ojos que una entidad externa indague en las acusaciones para esclarecer lo ocurrido. Asimismo, detalló que durante el fin de semana recién pasado enviaron una carta al Concejo Municipal, pidiendo una suerte de congelamiento de las nominaciones, en razón de que recién va a ordenar que comience una investigación

"Pedimos que este tema quede en 'stand by' mientras no se investigue", expresó el representante de los directores. González agregó que "creemos que hay antecedentes suficientes para justificar este tema".

Natasha Méndez fue directora del liceo Marítimo por 22 años, manteniéndose durante las administraciones de Aldo Cornejo y Jorge Castro. Asegura que antes de recibir los resultados de este concurso, no tenía expectativas.

"Cuando postulé, sabía que iba a pasar esto", dice.

A su juicio, la mera realización de un concurso público es "legalmente correcto, pero éticamente no", pues durante este año se iba a materializar el traspaso al Servicio Local de Educación. "Antes de irse, dejan a toda su gente de confianza", acusa.

Del mismo modo, destaca que varios de los candidatos elegidos, no tienen las aptitudes para su cargo. Siguiendo con lo mismo, cita su caso personal, afirmando que su reemplazo (Guillermo Piñones) no tiene experiencia en establecimientos técnicos profesionales.

"Si quiere hacer cambios en el Marítimo, no tiene ninguna posibilidad de hacerlo, porque para eso hay que aprender", arrojó.

En medio de los efectos devastadores de la pandemia, el porteño Juan Rojas rememora cómo fue vivir otra tragedia que marcó a Valparaíso: el megaincendio del 12 de abril de 2014, que dejó a 12 mil 500 personas damnificadas. Esa mañana, Rojas trabajaba en la brigada forestal "Palma 12", cuando de la central de comunicaciones de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) llegó la alerta de que había un incendio forestal en el sector de Los Molles, a la altura del Camino La Pólvora.

El brigadista relata que al llegar al lugar no se veía nada, hasta que aparecieron algunas llamas desde uno de los cerros. "No superaban el metro y con otra brigada que venía del sur intentamos llegar por distintos caminos (...) En cuestión de minutos se fue propagando demasiado y tuvimos que evacuar", dice.

Por el viento, el brigadista comenta que tuvieron que combatir el fuego con el agua que disponía Bomberos, porque los aviones tuvieron que devolverse a las bases. Era una situación extrema, pero más para él, porque mientras trabajaba vio cómo su propia casa se iba a quemar. "Yo vivía en Los Chonos, en el cerro La Cruz y cuando me percaté que el fuego había llegado a la parte alta de Valparaíso, con dirección hacia el cerro Mariposas, sentí algo en mi cuerpo de que la cosas no iban bien. Pesqué mi celular y le mandé un mensaje a mi familia diciéndoles que el incendio iba para allá", cuenta.

Luego de eso, Rojas recuerda que miró hacia su cerro y que ya el fuego había hecho estragos. "No sabía qué pasaba, mi mente estaba trizada, mi corazón también, tenía una pena muy grande, enorme. Mis compañeros me abrazaban, y yo no sabía nada de mi familia", expresa. Durante tres días no tuvo contacto con sus seres queridos, hasta que por fin logró ubicarlos. Sin embargo, ya no tenía casa. "Fui y era sólo un peladero. Después vino la incertidumbre, ir a trabajar, esperar la ayuda, pero bueno, nos pudimos volver a levantar con los vecinos", enfatiza.

Hoy, Juan Rojas vive en otro sector, pero cada 12 de abril recuerda esta tragedia. "Ya no volveré allá, porque aunque quiero ese cerro, siento que la seguridad en parte alta no es buena", cierra.