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Enrique Aguayo, psicólogo del plantel estelar de Santiago Wanderers:

"Pese a la pandemia, el plantel sigue alegre"

El profesional de la salud aseguró que pese a todos los problemas que llegaron de la mano del brote de coronavirus, los jugadores del Decano han sabido abstraerse y mantenerse motivados y felices a la espera del retorno del fútbol.
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Nicolás Arancibia Bórquez

El currículum en Enrique Aguayo habla por sí solo. El psicólogo deportivo ha prestado sus servicios a clubes de la índole de Colo Colo, Universidad Católica, Everton y Audax Italiano, además de haber trabajado con la selección chilena en ciclos preolímpicos, olímpicos, panamericanos y en marco de clasificatorias mundialistas.

Hace casi dos años, el profesional arribó a Santiago Wanderers, ocasión en que los verdes eran todavía dirigidos por Moisés Villarroel, y en la que además atravesaban una aguda crisis deportiva que los tenía en puestos de descenso a Segunda Profesional.

"Como psicólogo de Colo Colo, tuve a Jaime Pizarro (quien luego asumiría como gerente deportivo verde) y a Moisés Villarroel. Nos conocíamos, lo que también facilitó que yo fuese la persona elegida porque había un conocimiento previo de mi trabajo. Cuando asume Miguel Ramírez pasa lo mismo, porque lo tuve en Colo Colo y en la selección", sostuvo Aguayo, quien en conversación con La Estrella, contó cómo vive su profesión enmarcada en una crisis sanitaria.

-¿Cuesta mucho ser el psicólogo de un plantel de futbolistas profesionales?

-Lo primero que un psicólogo tiene que hacer cuando trabaja en fútbol, es constatar que el cuerpo técnico esté de acuerdo con que la incorporación de un profesional de la psicología, porque se hace casi imposible trabajar cuando un cuerpo técnico no quiere esa incorporación. El psicólogo no está todo el día con los jugadores, por ende es importante saber qué es lo que el cuerpo técnico habla con los futbolistas. Yo siempre hablo con los entrenadores primero, y si ellos están de acuerdo, asumo. Luego, uno tiene que entrar y ver de qué se trata, porque hay muchos diagnósticos que hacen personas que no son psicólogos, y en general las explicaciones que se dan ante las derrotas, hacen que los psicológico se torne muy relevante, porque indudablemente que un equipo que está ganando está en un clima emocional que es muy positivo, en cambio cuando las cosas están complejas, el clima es otro.

El paso en Wanderers

-¿Con qué tipo de clima se encontró cuando asumió sus labores en Wanderers?

-El equipo estaba bastante bien como grupo, pero las derrotas producen desesperanza, falta de confianza en que la situación se va a poder revertir, es típico que a esos equipos les hacen un gol y se complican, además pareciera que el mejor resultado es el empate, porque si marcan ellos primero, antes de los 20 minutos, ese gol se convierte en una angustia, y ahí normalmente terminan perdiendo. Todo eso tuvimos que revisarlo y conversarlo con los jugadores.

-En casi dos años le ha tocado vivir agudas crisis deportivas y momentos de éxito como el ascenso.

-Sí, pensaba en eso el otro día y pucha que ha sido bonito, porque hemos vivido de todo. Yo he estado en varios equipos y diría en general que el jugador de fútbol, como tiene metas, como sabe que su carrera es corta y como sabe que estos son los años en los que tiene que asegurar su futuro económico, en general es muy trabajador y disciplinado en los entrenamientos. El jugador por ende es muy positivo para los trabajos, pero en Wanderers se pasaron, la respuesta que el grupo de jugadores tiene ante los trabajos y los problemas es buenísima, porque la vida les ha ido enseñando a ser positivos.

-Pero más allá de aquello, imagino que también deben frustrarse ante ciertos escenarios.

-A nosotros nos frustró mucho que el torneo pasado no se hubiese terminado, porque el nivel futbolístico que el equipo había alcanzado en los últimos partidos daba esa sensación de que se le ganaba al que se parara adelante. Tuvimos grandes resultados contra los equipos que estábamos peleando el título, que eran Cobreloa y La Serena. Queríamos que volviera el fútbol y ser campeones en cancha, todos quedamos frustrados porque no se dio como queríamos, y hoy, cuando a veces uno lee que fuimos campeones por secretaría, eso duele, porque logramos marcar la diferencia y estábamos para conseguir los puntos que nos faltaban. A mi me ha tocado estar en la otra trinchera, como en la selección, que no clasificamos a un Mundial, y uno siente cuando el equipo tiene lo que hace falta, cuando lo único que quieres es que venga el otro partido para estar más cerca del objetivo.

El regreso a la cancha

-¿Qué es lo que hay que trabajar para levantar la mala campaña que el equipo está realizando durante este año?

-Sabemos que estamos mal en la tabla, pero futbolísticamente hemos tenido momentos muy muy buenos en varios partidos. Después hay cosas que nos han pasado la cuenta, cada uno tiene que hacer su análisis, y desde el punto de vista psicológico hay que ver qué pasa en la concentración en los últimos minutos y qué pasa con la confianza en los últimos minutos, porque los goles han llegado siempre en esa parte del partido, entonces hay que preguntarse qué está pasando. Todos sentíamos que al fin teníamos los partidos y finalmente se nos iban, entonces la llegada al camarín era con desazón, felizmente no ha sido algo que genere rupturas, porque para el próximo entrenamiento los jugadores volvían prendidos, sabiendo lo de los buenos pasajes que mostraron.

-¿Siente que habrán muchos cambios en relación a lo que se venia mostrando cuando por fin se pueda retornar a la competencia?

-Es que cambia todo porque se parte absolutamente de cero, hay que ver cómo vuelven todos los equipos, tanto los que andaban bien como los que no andaban tan bien, porque será otro campeonato, que se partirá con el puntaje que ya estaba, entonces rápidamente hay que sumar.

-Debe ser todo un desafío cumplir con una labor tan importante como la de la psicología, en medio de una pandemia.

Es tragicómico, a mí me da un poco de risa y tristeza que haya psicólogos que andan dando pautas de cómo manejarse en estas circunstancias, si nadie sabe cómo hacerlo, entonces creo que hay que tener un poquito más de humildad y dejar de mentir, porque estamos todos aprendiendo, además de que hay un concepto que cambia todo, que es la incertidumbre. No sabemos cómo ni cuándo se va a reanudar el torneo, entonces no podemos darle un mensaje a los jugadores y en tres semanas cambiarlo. No puede haber un médico , por ejemplo, que esté dictando cátedra del coronavirus y cómo manejarlo... las cosas son relativas, los estudios recién se están haciendo. Para mí ha sido complicado, he tenido problemas familiares con el tema, ahora recién estamos entrando en la etapa de tener entrevistas con pequeños grupos de jugadores, las condiciones tecnológicas son muy buenas, pero no permiten trabajar con todo el equipo simultáneamente. Recién cuando termine todo esto, yo podré decir en alguna clase a los alumnos que estamos formando como sicólogos deportivos en la sociedad chilena de sicología del deporte, el cómo afronté esto en el caso de Wanderers, qué resultó y qué no, porque no por haberla vivido en Wanderers significa que puedo decir cómo pasó en todos los clubes del mundo.

-¿Cómo lo hacen, en conjunto con el cuerpo técnico, para mantener en alto la motivación de los jugadores sin tener un partido a la vuelta de la esquina?

-Para los jugadores es muy difícil llevar una vida sin tener el objetivo semanal, que es el partido del fin de semana, es muy complicado para ellos no tener la adrenalina de la competencia. Hay muchas frases que están instauradas y pierden fuerza, pero no porque pierdan fuerza al repetirse mucho, son falsas. Por ejemplo, cuando un deportista pone en sus redes sociales que solo el trabajo da frutos, finalmente es verdad, no es que pasó una cosa mágica y el equipo va a rendir. Nosotros trabajamos y decimos que los jugadores pertenecen al privilegio, al 5% de personas que pueden dedicarse a lo que realmente les gusta, les decimos a los jugadores que ellos mismos son los que se colocan y se sacan dentro del equipo, porque si con la suspensión de entrenamientos, el jugador solo tuvo que preocuparse de la parte física, cuando llegue el momento de la evaluación, tiene que ser el mejor del equipo, tiene que destacar.

Entiendo que existe una confidencialidad profesional en su labor, pero ¿es posible realizar una suerte de diagnóstico general del estado de ánimo del equipo a raíz de toda esta pandemia?

-Te puedo decir que las respuestas son siempre individuales, no son grupales, cada jugador está en su casa y estando ahí empiezan a enfrentar vivencias distintas, algo que no le pasa solo a los futbolistas, les pasa a todos los seres humanos. Los jugadores han aprovechado bastante bien su tiempo, han hecho cosas que antes no hacían y han aprendido a disfrutarlas, tales como actividades del hogar. Indudablemente que lo que predomina son las ganas de entrenar luego, estar con los compañeros, volver a disfrutar de estar en una cancha, se echa de menos, porque además avanza el tiempo y sigue la incertidumbre. Pese a todo, el plantel sigue alegre, y eso es algo que me sorprende y alegra mucho.

-¿Existe algún tipo de tratamiento especial con los jugadores venezolanos del plantel, entendiendo que ambos futbolistas no han podido traer a sus familias al país?

-No hablo de casos individuales, pero sí te puedo decir en términos en generales que uno busca anticiparse a las situaciones, y cuando uno no alcanzó a anticiparse, ve la forma de abordarlas. Ese es el trabajo con todos, no solamente con los casos que me preguntas.

nicolas.arancibia@estrellavalpo.cl