Postas locales se aprontan para anunciado peak de la pandemia
Trabajadores de la salud cuentan cómo se sostiene la situación hasta el momento. Todos coinciden en que la cantidad de pacientes aumenta, pero aún no llegamos a la peor parte.
Hace ya más de dos semanas que la región entró en una racha negativa de aumento consecutivos en la cantidad de contagiados diarios, por lo que cabe preguntarse '¿Cómo lo están sobrellevando las postas de los hospitales locales?'. Esto es lo que averiguamos.
En el hospital Van Buren, centro neurálgico del tratamiento del COVID-19 en la provincia de Valparaíso, las salas de espera se llenan con mayor notoriedad durante los fines de semana,
Así lo describe Raúl Delgadillo, miembro de la Fenats: "Casi siempre los días jueves y viernes, la unidad de emergencia adulta de nuestro hospital, empieza a llenarse. No llega a colapsar, pero sí empieza a llenar la mayor cantidad de camillas y los box de atención".
Agrega que las horas de espera se mantienen dentro de lo normal, gracias a la implementación de un servicio especial para pacientes respiratorios.
Sobre el temido peak de la pandemia, el funcionario señala que de acuerdo a lo que han sido informados, el pico de contagios llegaría a finales de este mes.
"Tenemos que tener espíritu de vocación para atender al prójimo. En ese sentido, el ánimo está bueno, pero obvio que hay cansancio, así que hemos estado tratando de tener los turnos de la mejor forma posible", señala el dirigente.
Viña
En Viña del Mar se han visto resentidos por el brote de coronavirus dentro del hospital Gustavo Fricke.
"Es complejo, porque el clima empieza a hacer estragos al aumentar las enfermedades respiratorias y bronco pulmonares. Por otro lado, la situación nuestra del hospital se complejizó con los brotes internos de otros servicios", comenta Roberto Lobos de la Fenats del hospital Gustavo Fricke.
Añade que la cantidad de pacientes va aumentando importantemente.
"Ojalá no llegara a pasar lo que está pasando en los hospitales Del Pino o San José, que los pacientes tengan que esperar dentro de las ambulancias, porque nos estamos quedando si camas", reflexiona Roberto, y comenta que la lentitud del testeo genera otra recarga para los hospitales.
"La gente está con cuadros ansiosos, con angustia respecto de que hoy día se supone que los exámenes no deberían demorarse más de dos o tres días máximo, pero aquí en la zona se están demorando más de cinco días. Eso genera una presión adicional, y la gente vuelve a recurrir a la unidad de emergencia, entonces hay una doble recarga", dice.
Quilpué
En Quilpué, la situación es un poco más tranquila. Marcelo Ahonzo, presidente de Fenats, resume que "todavía no hay colapso, hay una relativa normalidad".
Agrega que por el propio COVID-19, se redujo la cantidad de pacientes que acudían a la posta por situaciones que no ameritaban una emergencia.
"Tenemos a los pacientes que realmente requieren de la unidad, en ese sentido tenemos una relativa normalidad. Hay un aumento leve de pacientes respiratorios, todavía tenemos control de la situación acá en la posta de Quilpué".