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Familia denuncia cambio de cuerpos en Hospital de Quilpué

Viñamarino de 89 años ingresó al Fricke donde se contagió de COVID-19. Fue traslado al Hospital de Quilpué y falleció, pero a la familia le entregaron otro cadáver.
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Marcela Guajardo Pérez

Una verdadera cadena de "horrores" al interior del Hospital de Quilpué denuncia una familia de Viña del Mar, que el miércoles pasado perdió a Rolando Castro, de 89 años.

Su hijo Andrés contó a La Estrella que todo comenzó en abril del año pasado, cuando su papá empezó a presentar molestias por unos cálculos que aparecieron en el sector de la vesícula, que le había sido extraída hace ya 50 años.

En marzo se le hizo la primera de tres operaciones de manera endoscópica en el Hospital Gustavo Fricke, pero después de esta última, tuvo una recaída y tuvieron que trasladarlo nuevamente el hospital, donde comenzó un tratamiento con antibióticos por 12 días para detener la infección que se había producido.

Habían pasado algunos días cuando ocurrió el primer problema: llamaron a la esposa de Rolando para decirle que estaba de alta y, minutos después, les informaron que en realidad lo iban a trasladar al Hospital de Quilpué, pero sin darle razones.

Ese mismo día se enteraron por familiares que viven en el extranjero y que siguen las noticias locales que al interior del Hospital Fricke había un brote de COVID-19 y que varios funcionarios resultaron contagiados.

Desinformación

Al llegar al hospital de Quilpué, ya no pudieron ver más a Rolando físicamente. "Hablé con una asistente social que se portó súper bien y logramos por unos días comunicarnos por videollamada con mi papá, que se veía lúcido. El fin de semana siguiente, a mí me llamaron y cuando vi la pantalla, me fijé que tenía puesto oxígeno, cosa que confirmó la enfermera. Hasta pensé que ya se estaba recuperando. Después de esa llamada, la enfermera me dijo que tenía mejor apetito y que le llevara revistas, artículos de aseo, además de un celular para que se comunicara directamente con nosotros", dice Andrés.

Pero, al día siguiente, del hospital citaron a la madre de Andrés y le pidieron que fuera acompañada. "Pensamos lo peor altiro. Cuando llegamos, nos informaron que mi papá estaba con alto requerimiento de oxígeno y que tenía una neumonía. Además nos dijeron que era sospechoso de COVID-19 porque tenía todos los síntomas, a pesar de que cuando llegó del Fricke le hicieron un test rápido y había salido negativo. Le habían hecho el PCR hacía una semana, pero no tenían los resultados", explica Andrés.

Solo unas horas antes, Andrés había visto a su padre de buen ánimo y ahora le informaban que le quedaba poco tiempo para vivir.

Inquieto por saber cuál era el resultado de ese examen PCR, Andrés llamó al teléfono habilitado para casos COVID y ese mismo día le dijeron que su papá era positivo. Pero cuando volvió al hospital, el doctor que lo atendió no tenía esa información en la ficha y tuvo que preguntar en otra parte para confirmarle el resultado del examen PCR.

Molesto por la situación, Andrés pidió hablar con alguna autoridad del hospital. Se reunió con el subdirector médico, quien le dio la misma información que le habían dado los médicos anteriores: su padre se encontraba estable.

"Le insistí y ahí él me contó, para mi sorpresa, que lo habían cambiado de sala y que hablaría con el doctor a cargo. Ese doctor fue el que me entregó las respuestas sobre la condición de mi papá que llevaba semanas esperando. Dijo que estaba grave, que tenía una infección que no estaba siendo controlada en la entrada del hígado, una pulmonía de estado avanzado con mucho requerimiento de oxígeno. El subdirector se sorprendió porque él tenía otra información en la ficha", dice Andrés.

Los siguientes dos días, recibieron la información directa de la condición de su padre por el médito tratante. Pero al tercer día, una doctora lo reemplazó y no quiso dar información del paciente.

Funeral

La condición de Rolando no cambió hasta el 20 de mayo, cuando Andrés fue al hospital a pedir información sobre la salud de su padre, pero la doctora no lo había visto aún. Volvió a su casa y recibió una llamada desde el hospital.

"Era la doctora y me informa que mi papá había fallecido a las 14.00 horas. Quedé en estado de shock en ese momento, porque no tuvimos ningún aviso de que había empeorado", recuerda el hijo del fallecido.

Dos médicos le explicaron que su padre había fallecido por COVID-19 debido a una falla respiratoria. Cuando él les contó su historia, le recomendaron que tomara las acciones correspondientes, porque los problemas de desinformación eran normales.

Al día siguiente, el 21 de mayo, un pequeño grupo de familiares de Rolando Castro se reunió en las afueras del Hospital de Quilpué. A las 10.45 se entregó el cuerpo y el cortejo se dirigió al cementerio de Belloto. Andrés cuenta que todos estaban tristes, pero conformes de que finalmente su padre pudiera descansar tranquilo.

Se dijeron algunas palabras de despedida en las afueras del cementerio y la carroza ingresó sola, ya que estaba prohibido que personas entraran al cementerio.

"Mi mamá, todos se fueron y yo no sé por qué me quedé con mi señora unos minutos más. Entonces sale un trabajador de la funeraria y me dice que desde el hospital avisaron que era el cuerpo equivocado", dice Andrés.

Vuelta al hospital y como era feriado, solo estaba el jefe de Urgencia a cargo del centro asistencial.

"Era un doctor joven, súper amable. Él me dijo que yo tenía que reconocer a mi papá. Después me enteré de que eso era una falta grave, pero él lo hizo para ayudarme. Nos pusimos todos los elementos de protección y fuimos a la morgue. A una distancia de diez metros me mostraron el ataúd abierto, pero yo no lo podía ver. Lo levantaron y ahí pude reconocer a mi padre, pero estaba muy cambiado. Claro, no lo había visto hace más de un mes, era como otra persona", dice Andrés.

El cuerpo de su padre fue finalmente trasladado al cementerio en ese momento. Horas después, Andrés recibió una llamada desde el hospital. "Me dijeron que el director podía hablar conmigo el lunes. Pregunté si podía ser el viernes (ayer), pero me dijeron que no podía, porque estaba muy ocupado", explica él.

Ahora la familia se encuentra bajo asesoría legal, ya que quieren presentar acciones legales por lo que ocurrió con Rolando Castro. El abogado a cargo del caso está estudiando las de medidas que se pueden interponer.

Investigación

El director del Hospital de Quilpué, Alejandro Alarcón, indicó que "este error fue detectado por el hospital y apenas se detectó, se tomaron las medidas correctivas inmediatas para resolverlo. Hemos instruido una auditoría clínica y un sumario administrativo para evaluar dónde se produjeron los errores en la aplicación del protocolo, de la misma manera, hemos conversado con los equipos clínicos para instruir el perfeccionamiento del protocolo para que esto no vuelva a suceder. También hemos reforzado el cumplimiento estricto de todos los protocolos sanitarios para evitar problemas".

El Hospital Gustavo Fricke también se pronunció sobre esta situación.

A través de un comunicado de prensa señalaron que "la dirección del Hospital Dr. Gustavo Fricke informó que el paciente ingresó el día 5 de abril al establecimiento para ser intervenido quirúrgicamente, y se mantuvo hospitalizado para recibir tratamiento antibiótico, en buenas condiciones generales".

Desde el centro de salud confirmaron que Rolando Castro se contagió al interior del hospital viñamarino.

"El paciente fue trasladado de manera preventiva al Hospital de Quilpué el día 2 de mayo, luego de detectarse brote por COVID en funcionarios del servicio, siendo esto informado a la familia, quienes aceptan el traslado. El paciente, al momento de ser derivado se encontraba en buenas condiciones generales de salud, sin síntomas. No obstante, se confirma su contagio por COVID en el Hospital Dr. Gustavo Fricke, tras la realización del examen de PCR realizado en el Hospital de Quilpué.

"Me mostraron el ataúd abierto, pero no lo podía ver. Lo levantaron y ahí pude reconocer a mi padre".

Andrés Castro.

Seremi de salud

Consultado al respecto, el seremi de Salud, Francisco Álvarez confirmó la instrucción de un investigación sumaria sobre este caso: "Se está en un proceso de investigación que va a poder determinar si hubo un error o anomalía y lamentamos mucho esta situación. Es por eso que se va a actuar con el mayor rigor. Respecto al contagio, hay un equipo de trabaja con los protocolos que se aplican en infecciones asociadas a la atención de salud que ocurren dentro de los hospitales y se realizan las medidas más estrictas para que esto no ocurra".