Nicole Valverde y - Fabián San Martín

Una de las interrogantes que surgieron tras el decreto de cuarentena total en las comunas de Valparaíso y Viña del Mar, es si se permitirá el funcionamiento de las ollas comunes y comedores solidarios que están entregando alimentos a las personas que más lo necesitan.

Es el caso del padre Reinaldo Osorio de la parroquia San Benito de Chorrillos, que está a cargo de un comedor solidario que entrega alrededor de 70 raciones de alimentos, durante tres días de la semana.

"Por las dudas fui a preguntar a Carabineros, pero la respuesta que me dieron es que en ninguna parte dice que hay permiso para atender comedores solidarios", afirmó el párroco.

"Entonces yo le expliqué que cómo podíamos hacerlo para que los voluntarios -que son entre ocho y nueve personas, más unos seminaristas y yo- pudiésemos tener un permiso para salir a entregar los alimentos. Mi intención es preparar los alimentos y salir en un auto autorizado a repartir la comida. Pero no me dieron ninguna respuesta", agregó.

Seremi de salud

Tras ser consultado, el seremi de Salud (s), Jaime Jamet, señaló que se está coordinando con los municipios de Viña y Valparaíso la apertura de diferentes puntos de comedores comunitarios que se han reportado como favorables para la comunidad.

"Es cierto que existe una gran preocupación por el alto nivel de vulnerabilidad de los cerros, y queremos darle la tranquilidad a la población de que coordinadamente vamos a lograr derrotar a este implacable enemigo", dijo la autoridad sanitaria.

Por tanto, los encargados de comedores solidarios y ollas comunes podrán funcionar con la autorización de la Seremi de Salud, a través de sus oficinas territoriales.

Playa ancha

En la unidad vecinal N° 38 de Porvenir Bajo (calle 5 con calle 2) se armó un comedor solidario que da almuerzo tres veces a la semana (funciona lunes, miércoles y sábado, de 10.00 a 16.00 horas) a quienes lo requieran.

Son 600 raciones semanales, donde los más favorecidos son adultos mayores que reciben bandejas en sus domicilios. Es una iniciativa de una decena de pobladores, donde algunos se encargan de la manipulación de los alimentos y otros de la distribución.

"Hasta el momento nos hemos sustentado con la ayuda de nuestros vecinos y algunos conocidos q nos cooperan cada día. Hay mucha gente cesante que necesita ayuda y con la cuarentena será peor ", comenta Maribel.

Los pescadores de caleta Portales y feriantes del estero Marga Marga los han apoyado con productos pero necesitan de mayor respaldo. Aclaran que la gente retira las raciones y no se reúnen en un lugar a comer para evitar contagios. Ahora que se entra a cuarentena se preocuparon de sacar las autorizaciones correspondientes para que la actividad no se interrumpa.

A quienes desean cooperar se pueden comunicar con el mail raciones solidarias2015@gmail.com o a los teléfonos 982412033 (Soledad) y 966008282 (Maribel).

Ramón Sernuda trabajaba como organista en una parroquia, pero con la pandemia vino el fin de los eventos masivos y por ende, de las misas y ritos religiosos, de modo que tuvo que buscar otra forma de generar dinero, así que desempolvó un viejo emprendimiento al que recurría de vez en cuando.

Hace un par de años, Jaime hacía repartos como "Motomandado", marca con la que realizaba compras y encargos hasta la puerta de la casa del cliente. Ante la contingencia decidió enfocarse en esta labor.

"Esto nace con la necesidad de trabajar porque yo perdí mi oficio por el tema del coronavirus. Como yo ando en moto, y repartía sushi en un par de locales, se me ocurrió ir a hacerle las compras a la gente porque la gente ya no quiere salir a la calle, están un poco asustados, así que empezamos de ese modo", cuenta.

Actualmente, trabaja con su compañero Alvaro Rojas, también cesante; y pasaron de una moto a un vehículo. El servicio está operativo para hacer compras a supermercados, ferias o negocios de todo tipo, incluso se pueden ir a dejar encargos a familiares, como ropa o medicamentos, por ejemplo.

La zona operativa comprende las comunas de Valparaíso y Viña del Mar. La tarifa parte en los $3.000 y varía según la distancia de la entrega.

"No es un tema discriminativo lo del peso, sino que la distancia. Ahora si el pedido son dos bolsas llenas de mercadería hasta arriba, ahí puede ser un poquito más", explica.

Ramón cuenta que con gracias al hábito de realizar tantas compras ya conocen los lugares donde ciertos productos son más económicos, donde se vende a granel y ese tipo de detalles.

Recomienda que los pedidos se hagan de un día para otro para ayudar a la planificación.