Erika Rojas Salazar

Con aduanas sanitarias desde comienzos de mayo, a lo largo y ancho de toda la región, Valparaíso se ha mantenido resguardada sanitariamente con puntos de control donde nadie entra ni sale si no cuenta con documentos de contrato de trabajo y/o residencia en la región Metropolitana o Valparaíso. Sin embargo nunca falta quienes quebrantan las reglas y según testimonios de taxistas porteños, existen colegas santiaguinos que sortean todos los controles ingresando a la zona por vías alternativas.

Hasta 20 mil pesos

"Hace tiempo, antes de la cuarentena que vienen santiaguinos (taxistas) que cobran entre 15 y 20 mil pesos por persona que se vienen por caminos alternativos y luego esperan hasta la tarde para conseguir pasajeros de vuelta", detalla un taxista de calle Rawson, quien por estos días no posee carga laboral y se ha endeudado para seguir pagando las cuotas de su vehículo, tras el cierre del rodoviario.

"Se instalan por el acceso del rodoviario de avenida Pedro Montt y por las patentes nosotros sabemos que son de taxis de Santiago o si no estilo colectivos", explica la misma fuente.

Por redes sociales la situación también ha sido advertida y en Twitter se habla del testimonio de dos personas que llegaron hasta Valparaíso a bordo de estos taxis y ambos habrían comentado riéndose de cómo habían burlado los controles sanitarios establecidos por la autoridad

Frustración

Para el gremio de taxistas de calle Rawson la situación que viven es frustrante. Tras el estallido social algunos trabajadores sufrieron la rotura de vidrios y otros daños en sus autos por parte de manifestantes. En el verano algo se arregló su trabajo, sin embargo la pandemia y el cierre del rodoviario los dejó nuevamente de brazos cruzados y sin clientela para generar recursos. Además y al igual que otros trabajadores independientes, los taxistas no han recibido ningún beneficio estatal por el momento, lo que los tiene en muy traer, más ahora en tiempos de cuarentena.

Pese a la insistencia de las autoridades y a la entrada en vigencia de la cuarentena obligatoria en la comuna desde el viernes pasado, cerca de una treintena de personas esperaban ayer por atención en las afueras de la oficina de la Dirección de Desarrollo Comunitario, Dideco de Viña del Mar.

La principal demanda entre los recurrentes: la actualización del registro social de hogares, con la esperanza de poder acceder a los subsidios otorgados por el Estado en la contingencia por el COVID-19.

La totalidad de los habitantes que por necesidad optaron por acudir presencialmente a las oficinas municipales, lo hicieron con su respectivo permiso, coincidiendo la mayoría en que a través de la plataforma virtual no pudieron actualizar sus antecedentes viéndose en la obligación de concurrir.

Actualizar fichas

Fue el caso de Luis Wilson quien, como tantos otros, se encuentra sin actividades desde febrero pasado. De oficio carpintero, este vecino intentó en varias oportunidades actualizar su ficha, debido a que uno de sus hijos mayores ya no vive con él. Sin embargo, desde marzo, no ha podido optar a ninguno de los apoyos brindados por el Estado, situación que ya transcurridos 3 meses se ha vuelto crítica.

"Hay poca información, uno desconoce qué antecedentes debe ir actualizando, a qué beneficios puede optar. Nosotros estamos sin ingresos, yo tuve un accidente y desde febrero estoy sin poder trabajar", planteó Wilson.

Lo mismo tuvo que hacer don Carlos de Santa Inés, quien al perder su trabajo como atendedor de una bencinera, acudió para actualizar su ficha.

Verónica Montaner trabajaba en el rubro hotelero y por tercera vez concurrió ayer a la Dideco para poder optar a algunos de los beneficios. "Yo estoy sin ingresos, he pedido en tres oportunidades que se me actualice la ficha. Yo estoy sin percibir ingresos desde octubre y no he podido optar a nada. Hace unos días hicieron entrega de las cajas de mercadería en mi cuadra y no me tocó", precisó.

Katherine Galvez vive en el Pasaje Fernando Veliz de la Población Puerto Montt en Forestal Alto. La semana pasada correspondió la entrega de cajas de mercadería en su sector, sin embargo debido a que la entrega se realizó en la calle y a las personas que abordaron a los encargados con sus carnés de identidad, ella así como otros vecinos se quedaron sin el beneficio. "Por eso vine hoy a la Dideco para ver si puedo optar a una caja. La distribución en Forestal no fue por casa, al menos no en el pasaje", denunció.