Más de 50 ollas comunes funcionan en Viña del Mar
Concejala Marcela Varas destacó que se tomara en cuenta un protocolo que autoriza este tipo de servicios comunitarios en cuarentena.
Más de medio centenar de ollas comunes y comedores solidarios funcionan actualmente en distintos sectores altos de la comuna de Viña del Mar, convirtiéndose en la única alternativa de alimentación para cientos de familias que en medio de la pandemia por el COVID se han visto afectadas económicamente al límite de no tener ingresos para lo básico.
Reñaca Alto, Chorrillos, Forestal, los campamentos Manuel Bustos y Felipe Camiroaga son solo algunos ejemplos de cómo la comunidad se ha organizado para ayudar a los vecinos más vulnerables. En estos sectores, los que tienen un poco más se preocupan de los que tienen menos y no esperan a que venga alguien a solucionarles sus problemas. Aquí se organizan y autogestionan y de poco hacen mucho.
De ahí la preocupación que comenzó a surgir desde que comenzó a regir la cuarentena en la comuna, debido a que muchas de las personas que participan de las ollas comunas, ya sean elaborando los alimentos, distribuyéndolos o recolectando la mercadería se veían impedidos de salir por no contar con un permiso ad hoc que los justificara para salir en cuarentena.
Lo mismo ocurría con quienes concurrían a las sedes habilitadas como comedores para retirar los alimentos preparados.
Permiso especial
La concejala del PPD, Marcela Varas planteó mediante una carta que dirigió a la alcaldesa Virginia Reginato, al gobernador provincial y al mismo intendente, la necesidad de disponer de un permiso especial que garantice la continuidad de las ollas comunes.
"Le hice llegar una carta a la alcaldesa y que remití también al intendente y al gobernador en el sentido que las ollas comunes necesitan seguir funcionando. El nuevo 'protocolo de permisos solidarios para suministros de alimentos' recoge precisamente esta inquietud por lo que me siento agradecida y escuchada", planteó la edil.
Al mismo tiempo, Varas propuso que el municipio pueda asumir un rol más activo en este servicio que surge espontáneamente de la comunidad.
"En la comuna de La Florida las ollas comunes son supervisadas por funcionarios municipales y una persona con un permiso especial hace un delivery en la zona, logrando repartir unos 200 almuerzos diarios. En Peñalolén hay un sistema similar, que además da trabajo a las personas inscritas en la OMIL que han perdido su puesto por efecto de la pandemia", detalló la concejala.
Marcela Varas pidió que el nuevo protocolo que tiene por objetivo garantizar la entrega de alimento a la población vulnerable sea ampliamente difundido. En el documento, se le otorga un rol coordinador a municipio en el sentido de relacionarse con las organizaciones comunitarias y apoyarlos en esta labor.