Investigadores estudian especies que darán vida a los parques del futuro
Casi una hectárea y media cultivada da vida al "Laboratorio Vegetal", una experiencia que busca reproducir especies que teníamos y perdimos.
Aunque pueda parecer insólito, precisamente en casi una hectárea y media del terreno aledaño que se conoce como el de las expetroleras en Las Salinas, se encuentra emplazado un "laboratorio vegetal", algo así como un inventario que pretende reproducir especies vegetales que teníamos y que con el paso del tiempo fueron desapareciendo.
Salvador Donghi, licenciado en biología de la PUCV y representante de la Bioconsultora Simbiosis, cuenta cómo fue que a partir de una discusión con paisajistas, surgió la idea de dar vida al Laboratorio Vegetal.
"La idea que hay hoy en día de los espacios verdes, abordado desde el paisaje, tiene todavía instalada la concepción versallesca, es decir, que debe ser agradable a la vista y al juicio estético, por lo tanto, tienen que estar siempre verdes, siempre en flor", comenta el especialista.
Donghi precisa que una pretensión así, involucra la introducción de muchas especies que no son parte de nuestra flora nativa.
"Y el discurso de los paisajistas era que la flora nativa no está adaptada, hay que dominarla. Y yo lo encontraba un error conceptual garrafal. Ahí surgió la idea de empezar el laboratorio vegetal, para demostrarles que estaban equivocados", precisa.
El licenciado en biología detalló que, según estudios, en Chile hay 127 pisos vegetacionales, que son asociaciones de especies que se agrupan y se coordinan entre ellas y caracterizan al territorio.
"El laboratorio vegetal parte con la idea de replicar el piso vegetacional dominante de la historia perdida de Valparaíso respecto a su componente vegetal", explica.
Nuevas especies
Lo maravilloso, según cuenta Donghi, fue que empezaron a aparecer especies nativas que no estaban en el corte de especies que hicieron en un comienzo lo que dio origen a la iniciativa de empezar a incorporar al patrón de medida, la espontaneidad con que operan los sistemas silvestres.
"Pusimos 27 especies en el lugar. Lo interesante es que ya aparecieron 4 especies más. Apareció boldo; y el boldo nosotros nunca lo pusimos. Llegó solito. Ya tenemos 32 especies. A través de la espontaneidad", puntualizó.
Luis Álvarez, profesor del Instituto de Geografía de la PUCV y magíster en Urbanismo, añade que la idea de investigar el piso vegetacional de Viña del Mar a través del Laboratorio Vegetal es "para saber cómo podemos extrapolar los sistemas naturales a los sistemas 'artificiales', que serían los futuros y nuevos jardines de la ciudad".
La reflexión que hacen y a la que invitan los investigadores es a pensar en el cambio climático y cómo debemos adaptar la ciudad a sus cambios.
"En el futuro las ciudades que se adaptan mejor al cambio climático de alguna u otra forma ocupan especies justamente más resilientes, como las que están en el laboratorio vegetal (...) No podemos seguir pensando los parques como los pensamos hasta ahora (...) Esta idea de la ciudad siempre verde como el paisaje inglés es una idea equivocada, porque en Inglaterra es posible porque llueve 1.700 milímetros al año. Pero esa idea impuesta acá en Chile es a fuerza de agua", plantea Luis Alvarez.