Priscilla Barrera Ll.

Fue en las idas y vueltas hacia una de las tantas familias que visitan a diario como parte de su labor social, que integrantes del centro de apoyo a la infancia Renacer, descubrió las precarias condiciones en que viven tres hermanos al interior de una modesta vivienda en un sector de tomas de la calle Escocia de Villa Hermosa.

Una casita construida en una húmeda e irregular loma del cerro alberga a los hermanos Ayala Medina: Clara Luz de 63, Jorge David de 62 y Margarita de 49 años. Los dos primeros se encuentran postrados y en muy malas condiciones de salud.

Gracias a las gestiones de esta organización comunitaria, ayer profesionales de la salud de la Corporación Municipal de Viña del Mar, llegaron hasta el domicilio para examinarlos. La mujer requería de inmediata hospitalización.

Deplorables

Sin agua potable, tampoco alcantarillado, los hermanos Ayala Medina sobreviven en medio de la pandemia bajo condiciones extremas. La casa donde habitan fue levantada con materiales que hoy se encuentran totalmente humedecidos. No hay radier, por lo que el piso de la vivienda es de tierra...tras la lluvia, barro. La casa tiene los espacios donde debieran ir ventanas, en su reemplazo, plástico que poco y nada protege del viento y la lluvia. La humedad en la vivienda aflora por todos lados, lo mismo que las malas condiciones sanitarias. Al menos 4 perros y tres gatos conviven con los hermanos al interior de la vivienda.

Olga Vásquez fue quien decidió hacer público este caso, manifestando con gran verdad que una precariedad como la que vive esta familia debe avergonzarnos a todos pero también, movernos de nuestro confort para hacer algo.

"Mi hermano y mi esposo que son también de Renacer estaban ayudando a una familia de más arriba y en el ir y venir para dejarles alimentos, los vieron", detalló Olga.

Luego de llevarles alimentos y ropa de abrigo, comenzaron a gestionar alguna ayuda profesional debido al delicado estado de salud que evidenciaban los dos hermanos mayores.

"Llamamos al fono COVID y hoy (ayer) vinieron de la Corporación a examinarlos. Los ideal sería que los llevaran a una residencia sanitaria porque en estas condiciones no pueden seguir viviendo. Paralelamente, nuestro objetivo es poder reconstruirle con mejores materiales y condiciones, una casita que les brinde un mejor bienestar", acotó la directora del centro educativo de Renacer.

Renacer

Renacer es un centro de apoyo a la infancia que funciona en Villa Hermosa desde hace más de dos décadas a través de un jardín infantil comunitario y trabajo de prevención de consumo de drogas. Desde el año 2016 trabajan sin aporte del estado y se sostiene en base a donaciones.

"Todo lo que hemos podido hacer en el último tiempo es una red de amor. Ojalá puedan ayudarnos a gestionar recursos para poder reconstruirles su casa", planteó Olga.

Los casi 700 pequeños comerciantes que trabajan en la feria de los bazares en el Parque Caupolicán de Viña del Mar llevan 25 días sin poder trabajar debido a la implementación de la cuarentena en la comuna y dado que no pertenecen al rubro de esenciales.

Los efectos económicos para las familias que subsisten de esta actividad se han visto agravados debido a que, en pleno toque de queda, desconocidos han robado los módulos que con esfuerzo adquirieron cada uno para brindar un mejor servicio a sus clientes.

Así lo denunció ayer Daniel Lagos, dirigente de uno de los sindicatos que agrupan a los comerciantes de este rubro, quien precisó que la situación de los socios es apremiante, toda vez que se trata de familias que obtienen sus ingresos de esa actividad.

"En plena pandemia y con toque de queda, hemos sido objeto de continuos robos. La semana pasada robaron 5 módulos y esta semana otros 2. Se llevaron todo, techo de lata, bien hechitos, estos los hicimos con nuestros propios recursos. La gente esta desesperada por no poder trabajar, hay familias que están pasando muchas necesidades, todas viven de esta actividad y con tantos días sin trabajar, no hay ingresos", planteó el dirigente.

Lagos cuestionó la falta de control y que finalmente no se actúe en justicia, sobre todo con trabajadores que viven de esta actividad. "No entendemos cómo actúa la autoridad. Acá hay vigilancia, infantes de marina, carabineros. Nos controlan a nosotros y no a los ambulantes que se instalan igual en las veredas", cuestionó el dirigente.

Un permiso

Daniel Lagos planteó que si bien entienden y respetan las medidas dispuestas por la autoridad, plantearon que muchas familias no reciben más recursos que los que generan mediante esta actividad.

"Las autoridades exigen y nosotros acatamos, pero no piensan en que muchas familias viven de esto y tampoco han recibido alguna ayuda. Aquí hay niños, adultos mayores que dependen de esta actividad, no trabajamos por gusto, sino por necesidad. Por eso pedimos al menos nos otorguen un permiso que nos permita trabajar uno o dos días a la semana", propuso el dirigente.