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El duro retorno de las botillerías de Viña del Mar durante la cuarentena

Este fue el primer fin de semana en que operaron tras la ordenanza municipal que autoriza su apertura. El vocero de los locatarios se aplicó con las medidas sanitarias, aunque dijo que las ventas fueron escasas.
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Belén Velásquez Neracher - La Estrella de Valparaíso

Las noches de jolgorio que caracterizaban a la esquina de Álvarez con Agua Santa, en Viña del Mar, definitivamente quedaron atrás, pese a la ordenanza municipal que permite la apertura de las botillerías en tiempos de pandemia.

Este fin de semana fue el primero tras su entrada en vigencia y Jorge Cuevas de la botillería Agua Santa aseguró que fueron días lentos y que pese a que expertos han afirmado que se ha registrado un incremento en el consumo de alcohol, esto no se ve reflejado en la venta del producto que ha estado en la polémica durante las últimas semanas.

Bajó a cero

En la avenida Agua Santa es posible hallar varios locales del rubro, pues allí hay una sede universitaria y residencias para estudiantes, lo que hace que los alumnos de la educación superior sean la principal clientela del sector, pero con la llegada del COVID-19 las clases se suspendieron y los estudiantes se fueron, por lo que hoy -aunque tengan el permiso para abrir- las ventas son casi nulas, aseguró Cuevas.

El también vocero de los botilleros contó que en tiempos normales se podían vender hasta $2,5 millones diarios. Luego del estallido social, ese monto bajó a unos $900 mil y con la llegada de la cuarentena, derechamente a $0.

Desilusionado de la ayuda anunciada por el Gobierno para la clase media, hoy Cuevas apunta a funcionar extremando las medidas sanitarias. "No queremos ser el cacho del seremi de Salud y tampoco queremos problemas con los fiscacalizadores. Ha venido Carabineros, pero más que nada a recordar el horario de cierre. No queremos ser un problema, por el contrario, ahora nuestra preocupación es ser lo más riguroso posible en lo sanitario".

La tv informativa

Y se nota, pues la botillería hoy cuenta con un acrílico en la reja de atención, a través de la cual los clientes hacen su pedido, ya que no pueden ingresar al local.

"Antes teníamos dos espacios para atender, hoy tenemos uno. La idea es que haya un solo cliente siendo atendido y cuando él llega puede utilizar alcohol gel. Además el televisor que usábamos para promocionar productos, hoy lo usamos para publicidad de la Municipalidad y del Gobierno relacionado con la prevención del COVID-19", cuenta Jorge.

Eso sí, advierte que todo fue iniciativa propia, pues nadie del municipio o de la Seremi de Salud se le acercó para entregarle el material. "Lo descargué de Internet", dijo.

Y como las buenas ideas se copian, el material audiovisual que el vocero rescató de la web lo compartió en un grupo de WhatsApp donde unos 80 botilleros se comunican. "También les compartí los datos de donde mandé a pedir el acrílico. Pagué el noviciado, me costó como $145.000, pero probablemente ahora les hagan algún precio si es que van varios. No es un gasto menor porque hay que sumar las mascarillas -que siguen caras- y los guantes o el cloro. Todo pensando en que somos dos y que hay recambios de elementos de protección varias veces al día".

Sanitización

Junto con aquello, las baldosas donde la gente espera para ser atendida también cuenta con medidas sanitarias: están demarcadas para asegurar el distanciamiento físico entre compradores y adicionalmente, para los proveedores que muchas veces deben sí o sí ingresar al local, se les puso un recipiente con agua y cloro. Allí los vendedores deben limpiar sus zapatos y luego secarse. Además, mientras uno atiende, el otro sanitiza los productos, los envuelve, y se los entrega al cliente, pero a éste igual se le dice que vuelva a limpiar los productos en la casa".

Jorge dice que hoy hay incertidumbre: "No sabemos si los universitarios volverán este año o si habrá verano en Viña, se viene el pago de la patente y se suma la competencia desleal de restaurantes que venden trago cerrado como si fueran botillería, pero si no vendes, no comes y esperamos que pronto se pueda repuntar".

19.00 horas es el tope de funcionamiento que establece la normativa aprobada la semana pasada en el Concejo.

Colegio de Nutricionistas criticó el manejo de alimentos en residencias

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El Colegio de Nutricionistas de Chile demostró su preocupación ante la falta de estandarización de programas alimentarios para personas COVID-19 que se encuentran en residencias sanitarias. La presidenta del gremio, Cecilia Sepúlveda, explicó la importancia de regularizar lo anterior, con el fin de generar una recuperación óptima de los pacientes.

"No hay una supervisión directa de nutricionistas en la elaboración de planes alimenticios, o bien, si es que la hay, no es suficiente", declaró la representante del Colnut respecto a la situación actual de las estancias sanitarias.

Además, Sepúlveda recalcó que el 75% de los chilenos mayores de 45 años presentan alguna patología crónica de origen nutricional, tales como diabetes o hipertensión. Por tanto, la entrevistada planteó que el manejo alimentario es fundamental para la recuperación de las personas que poseen COVID-19, además de otras enfermedades.

Pelos en los alimentos, temperaturas no adecuadas, porciones insuficientes, contenedores desechables, largas horas de espera entre comidas, son algunas de las denuncias que ha recibido el gremio por parte de los usuarios de las residencias.