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[Cultura Urbana]

La delicada situación de los museos a cuatro meses de la pandemia

Todos permanecen cerrados desde mediados de marzo. Subvenciones municipales y fondos concursables han sido claves para sobrevivir ante la ausencia de cobros por entradas. La mayoría ya trabaja en protocolos de regreso, aunque saben que será con muchos menos público que antes. Por eso, saben que deberán mantener los formatos digitales.
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Marcela Küpfer C.

Los pasillos de los museos están, por estos días, más silenciosos que nunca. Hace cuatro meses cerraron sus puertas a causa del estado de emergencia decretado por la pandemia de coronavirus y desde entonces, salvo turnos éticos, guardias y personal de mantención, nadie los visita.

Y mientras en Europa los grandes museos reabren sus puertas, expectantes ante la llegada de nuevos visitantes, en Chile aún no hay fecha clara para el retorno. Los directores de estos recintos apuestan a que este se produzca, al menos, durante el último trimestre del año, pero desde ya tienen claras dos cosas: que la reapertura será con mucho menos público que antes y que no podrán abandonar el trabajo en formato digital que han desarrollado durante estos cuatro meses de confinamiento, el que les ha permitido atender otras audiencias a las que no podrán dar vuelta la espalda una vez que se concrete la reapertura.

Por lo pronto, mientras la mayoría trabaja ya en preparar los protocolos para el retorno, muchos museos de la zona lidian con las estrecheces económicas derivadas del cese de corte de entradas y de los ingresos de gestiones como el arriendo de espacios, dos factores que proveían de un importante aporte monetario para cubrir gastos operacionales.

Algunos cuentan con subvenciones municipales que les permiten mantenerse "al ras", sin emprender proyectos nuevos por ahora; otros están trabajando con fondos concursables ya aprobados; y otros intentan mantenerse a flote y apostar por el regreso del público, en un futuro ojalá no muy lejano.

Cuentas al limite

Rafael Torres, director del Museo Municipal de Bellas Artes Palacio Baburizza, señala que el recinto del cerro Alegre se encuentra cerrado desde el 15 de marzo y con todos los funcionarios en modalidad de teletrabajo, salvo los guardias.

La situación financiera del Baburizza les permite asegurar la continuidad del proyecto, gracias a la subvención municipal, destinada a los gastos operacionales. El resto, no obstante, depende de las entradas y las gestiones propias del museo.

"Nosotros tenemos la ventaja sobre otras entidades de que tenemos una subvención del municipio, que cubre el 100% del recurso humano actual y como 40% de las mantenciones del edificio. Nuestra forma de financiamiento está basada en subvención, por una parte; luego en taquilla y arriendo de unidades de negocios, como la cafetería; y una tercera parte que eran donaciones, proyectos, fondos concursables y cuotas de socios. Lo que se ha visto mermado drásticamente ha sido, por supuesto, la gestión propia (taquilla y arriendos) y también se han visto reducidas las donaciones y aportes que recibíamos por proyectos y principalmente el levantamiento de recursos vía donaciones culturales (ley Valdés) y aportes privados, eso se ha visto con una reducción importante", explica Torres.

Esto ha obligado al museo, mandatado por el directorio de la corporación, a realizar un ajuste presupuestario, "lo cual implica un esfuerzo para quedar en un espectro neutro entre ingresos y egresos, pero reduciendo mucho los gastos".

Eso sí, hasta ahora nadie ha sido desvinculado, los sueldos siguen pagándose e incluso se contemplo un ingreso ético para el personal a honorarios, que son fundamentalmente los guías del museo.

Torres es categórico en señalar que el museo Baburizza no está en riesgo de desaparecer, pero sí señala que la programación y los proyectos especiales han debido ser postergados. "Teníamos dos libros en carpeta, un nuevo catálogo razonado y una exposición importante con la Pinacoteca de Concepción, más un par de muestras internacionales de fotografía; esas se han visto suspendidas por la contingencia sanitaria y económica. Ahora, toda nuestra programación hemos querido definirla como suspendida o postergada hasta nuevo aviso, pero no cancelada. Creemos que vamos a poder en algún momento retomar estos proyectos", afirma Torres.

En el Museo Artequin, de Viña del Mar, cerrado desde el 16 de marzo, también han debido adaptarse a la subvención municipal, algunos fondos y el aporte de un socio de la corporación, considerando que los ingresos por taquilla, talleres y arriendos ya no están.

"Tenemos un valor de entradas y un valor de talleres, y también la cafetería que se arrendaba, la tienda que vendía y también arrendábamos espacios del museo; había una serie de acciones que hacíamos donde entraba un financiamiento que era más o menos como el 15% del museo. Por ahora estamos financiados por varios fondos, subvención municipal y por un socio. Hicimos un plan de adecuación, la programación y el presupuesto anual lo reajustamos para la situación actual. Estuvimos proyectando hasta cuándo estaremos cerrados, cómo nos influiría el tema de los ingresos, y en hacer una disminución de gastos" explica Macarena Ruiz, director de Artequin, aunque indica que en este espacio tampoco ha habido despidos y que el museo no está en riesgo de desaparecer. "El tema es el futuro, cómo viene el 2021", reflexiona.

El caso del Museo de Historia Natural de Valparaíso, con 24 funcionarios y cerrado desde mediados de marzo, es distinto, pues se trata de un museo fiscal y cuenta con financiamiento estatal. No obstante, producto de la pandemia, también han sufrido recortes, explica Sergio Quiroz, director del recinto.

"Siendo un museo estatal, se nos solicitó del ministerio hacer un ajuste y se realizó, que fue el dinero que se destinó a Salud. Estamos trabajando al valor de la mantención de las plantas básicas, lo cual es una limitación en el proceso de crecimiento. Teníamos algunos convenios con EPV que todos los años nos colaboraba para hacer una exhibición importante y estas se bajaron, no tenemos dinero para hacer exhibiciones recurrentes ahora, pero estamos trabajando con la itinerancia interna de los museos estatales", explica Quiroz.

El personal sigue trabajando en turno éticos, debido a que la delicada colección del museo requiere acciones de conservación preventiva, como control de humedad, temperatura, líquidos y otros. "Tenemos un trabajo interno súper prolijo, silencioso en este momento, que conlleva justamente a cuidar piezas que tienen más de 100 años", explica el director del MHNV. A ello se suma, por cierto, la vigilancia del recinto, ubicado en plena calle Condell de Valparaíso.

En el caso del museo Fonck, de Viña del Mar, la ausencia de entradas ha golpeado su presupuesto, pero han podido seguir operando gracias a dos fondos concursables actualmente en ejecución.

"Nosotros somos una corporación privada y no tenemos garantizada subvención estatal ni municipal; para nosotros no ha sido menor la pérdida del corte de entradas, yo me atrevería a asegurar que en un año normal, sin habernos adjudicado los proyectos, nosotros dependemos 70 a 75% del corte de entradas. Ahora estamos con los proyectos en ejecución. Pero el mismo hecho de ser una institución que depende del corte de entradas nos obliga a ser austeros desde antes. No sabemos qué va a ocurrir el 2021, en este momento nuestra mayor preocupación es esa, tenemos que postular a fondos y tenemos que ver cómo activamos el corte de entradas. La esperanza es que el publico tenga el interés de volver a visitar los museos", reflexiona Ivonne Pastene, administradora del Fonck, donde, pese a las apreturas, tampoco han desvinculado a gente.

Nuevos públicos

El cierre obligado ha hecho que los museos se vuelquen completamente a los formatos digitales, como una forma de mantenerse vigentes. Esto ha hecho que los equipos hayan debido adaptarse a nuevas formas de trabajo, pero también ha planteado un desafío mayor: terminada la pandemia, no podrán echar pie atrás en el espacio digital y deberán seguir atendiendo las audiencias conquistadas en la web, que en muchos casos han traspasado los límites de la región.

En el caso del Baburizza, hasta ahora han realizado ocho exposiciones de fotografía en formato digital, más otras acciones en las redes sociales del museo. Rafael Torres enumera las ventajas (mayor proyección territorial, sin limitaciones de horarios y espacios), pero afirma que "todo lo que nosotros hoy día pensemos para el futuro presencial, va a tener que ser replicado prácticamente en los mismos términos en forma virtual. Los públicos van a cambiar también en su forma de visitar recintos culturales y los museos no van a quedar exentos de ello. La gente va a decidir si va a ir o no a un museo, cuándo va a ir y por cuánto rato (....) El público virtual, así como el trabajo para el formato virtual, desde ahora son un permanente. Desde ahora va a haber que subir la misma exposición que vamos a tener presencial en virtual. Ese público ya nos prefirió por ese canal, y no sabemos si va a querer y si va a poder ir hasta el museo, y no le vamos a dar la espalda cuando reabra la sala de exposiciones".

En Artequin, Macarena Ruiz confirma que ninguna parte de la programación del museo se suspendió sino que todo se adaptó al formato virtual: "Todo lo adecuamos, desde el teatro a conciertos, publicaciones, talleres, todo salvo las visitadas guiadas".

Los usuarios en redes sociales del museo han aumentado notablemente e incluso desde otras partes del país y el extranjero. "Tenemos que hacer una evaluación, pero tengo la intuición de que el público de las actividades culturales va a cambiar; yo creo que eso mismo nos va a hacer, a los espacios culturales, cambiar, motivarnos a romper esta idea de que solo la asistencia al museo es para aprender y entender lo que es el arte y la cultura. De pronto la gente no quiere salir, vive lejos y podemos también pensar en esos otros públicos. También hay una mirada nueva que es mucho más inclusiva en varios aspectos", agrega Ruiz.

El Museo de Historia Natural también reforzó su presencia en redes sociales, con la participación de los profesionales de las distintas áreas. "Hemos continuado desde el primer momento con la cartelera mensual de actividades, esa no la abandonamos. Tuvimos reuniones para adecuarla a esta modalidad online y resultó muy bien", explica Sergio Quiroz, director del MHNV.

Entre las actividades, están clubes de lecturas, videos donde se destacan piezas de la colección y otras y charlas científicas online, con énfasis en la retroalimentación con el público.

Quiroz tiene claro que el retorno deberá ser tanto físico como virtual, considerando que el grueso del público del museo son escolares, que ahora difícilmente podrán asistir masivamente al recinto. "En términos virtuales no vamos a abandonar eso, ha sido todo un aprendizaje y el buen uso de las redes sociales nos permite transmitir el museo a través de ellas. El protocolo de retorno pone algunos ajustes estadísticos; si habitualmente teníamos mil visitantes, con la nueva reapertura estamos estimando 60 personas semanales. Esa baja presencial tiene que se fortalecida con la plataforma online", explica Quiroz.

El Museo Fonck de Viña también volcó su programación al mundo virtual y mantiene sus charlas de ciencia, que se realizan desde hace varios años los días viernes, con transmisiones en vivo que tienen numerosos seguidores. A ello se suman talleres interactivos, que han tenido gran aceptación, completando los cupos en pocos días.

"En la medida de cómo vayamos haciendo el retorno, tiene que darse una dinámica de mantener el mundo físico junto con el mundo virtual. Este tema de transformación digital que se aceleró completamente ya llegó para quedarse y a nosotros como museo nos interesa mantenerlo, porque es una forma de captar nuevas audiencias", señala Ivonne Pastene, administradora del Fonck.

El ansiado retorno

Por lo pronto, todos los museos se encuentran trabajando en protocolos para la reapertura que, con moderado optimismo, se espera sea durante este año. En Valparaíso, explica Rafael Torres, del Baburizza, "se está trabajando a nivel local en una experiencia bien interesante. La municipalidad de Valparaíso nos convocó, a través de sus direcciones de Cultura y Turismo, a los museos de Valparaíso, a las salas de exposiciones y el Parque Cultural de Valparaíso, para la creación de un protocolo general de acceso a espacios culturales de la ciudad y con aplicaciones locales en materia de capacidad de carga, ingreso y salida por puertas diferidas, horarios. Ya hemos tenidos dos reuniones y tenemos un primer borrador bastante avanzado".

En Artequin, se está armando un protocolo "que se basa en lo que plantea Ibermuseos, que es una organización iberoamericana de museos, y además tenemos una capacitación la próxima semana de tres días para ver protocolos de apertura", explica Macarena Ruiz, quien desde ya considera el aula virtual para el trabajo a futuro con escolares, considerando que la cantidad de personas autorizadas para entrar el museo será sustancialmente menor.

En el Museo de Historia Natural esperan las instrucciones del ministerio, pero también plantean un trabajo a distancia con los cursos, considerando que no podrán ingresar grupos completos tras la reapertura: "Estamos pensando ya cómo trabajar con los profesores, pues el 90% de nuestras visitas durante el año eran escolares. Estamos pensando en cápsulas educativas con ciertos temas biológicos y patrimoniales, que van a ser enviadas para los colegios", adelanta Quiroz.

En el Fonck, finalmente, consideran dos etapas de reapertura: una para cuando termine la cuarentena, que implicará hacer refacciones internas en el recinto y el retorno paulatino del personal, y una segunda reapertura a público, una vez concluidas las obras, con protocolos de distancia social, capacidad máxima y accesos separados.

"En los anuncios de Cultura el sector museo es con el que menos medidas a su favor ha contado"

Rafael Torres, director de la Red ViVa de Museos

"A nosotros como museo nos interesa mantener el formato digital, porque es una forma de captar nuevas audiencias".

Ivonne Pastene, administradora del Museo Fonck,

7.000 visitas mensuales en promedio tiene el Museo Baburizza.

4.000 el Museo Artequin.

12.000 el Museo de Historia Natural de Valparaíso.

3.000 el Museo Fonck.

(sigue en pág. 22)

(viene de pág. 21)