¿Quién ha dicho que las mujeres no tenemos habilidades para participar en política?, cuando los estudios indican que las mujeres generamos ambientes favorables dentro de los partidos políticos, cuando nuestra condición innata de intuición y percepción se puede utilizar como herramienta clave para el quehacer político o bien cuando utilizamos nuestra determinación, empatía, vehemencia y organización para contribuir a decisiones políticas relevantes dentro de nuestros partidos.

En Chile con la aprobación de la Ley N°20.840 de la Sustitución Binominal, se introdujo una Ley de Cuotas de Género, la que indica que los partidos políticos deben presentar un porcentaje no menor a un 40% de mujeres en sus respectivas nóminas electorales, así como en la conformación de sus directivas nacionales, regionales y comunales.

Sin lugar a duda, este paso fue relevante para promover la participación de las mujeres en política, donde solo contábamos con un 13% de representación. Sin embargo y a pesar de los avances, aún siguen existiendo ciertos mitos, tal como lo indica la politóloga colombiana, Marybel Palma, quién señala que existen tres obstáculos; el primero vinculado al rol histórico que ha tenido la mujer dentro de la sociedad, el segundo relacionado a las habilidades y destrezas que deben contar las mujeres en la arena política y el tercero vinculado a la falta de interés de ellas en participar en la dinámica partidaria.

Tengo la convicción de que no debemos subestimar el poder y el sello de las mujeres en política, nosotras no sólo "acompañamos" las listas que deben conformar los partidos políticos en época de campaña, sino que también somos un pilar fundamental dentro de las cúpulas y bases políticas, pues aportamos una mirada refrescante e innovadora de cómo hacer una política más cercana y centrada en las personas, acciones que están tan ausentes en los poderes fácticos de los partidos políticos.

Carolina Morales Navarro

Magíster en Gobierno y Gestión Publica

Ex - Directora Regional JUNJI Valparaíso

Una de las políticas ambientales consideradas más beneficiosas en los últimos tiempos ha sido la regulación que ha puesto fin a la utilización de las bolsas plásticas y la campaña "Chao Bombillas". Iniciativas que se han instalado en el comportamiento social y han logrado éxito en cuanto a su objetivo de modificar la conducta de los ciudadanos. Sin embargo, es momento de ir mucho más allá. Las bolsas y bombillas son tan sólo un símbolo de lo alejados que estamos de tener un proceder acorde al nivel de contaminación, pérdida de biodiversidad y vulnerabilidad ante el cual nos encontramos frente cambio climático. Las intervenciones a nivel político deben ahondar, fuertemente, en todo lo que tenga que ver con la regulación de plásticos. En ese sentido, el plástico de un solo uso nos muestra una realidad diferente, nos muestra que el problema no son sólo las bolsas plásticas y las bombillas. La puesta en marcha de esta ley, parece entregar una especie de "comodidad social" donde se piensa que la batalla del plástico está ganada. Por el contrario, creo que la avalancha de basura plástica que avanza sobre el planeta está, por ahora, lejos de ser detenida. Esta detención debe venir desde el sector político y debe venir de forma urgente, considerando el fondo del asunto, es decir, no solo la entrega de bolsas, sino que la producción, entrega y desecho de los plásticos. Problemas que requieren una política integral y realista que, al corto plazo, nos lleve a la eliminación total de este producto, mucho más allá de las bolsas y las bombillas.

Pablo Rebolledo Dujisin

Director carrera de Administración en Ecoturismo

Universidad Andrés Bello