N.L.G.

La tarde del martes, y en un comunicado sin medias tintas, San Marcos de Arica informó que había desvinculado de forma inmediata a tres jugadores del club por incumplir los protocolos sanitarios dispuestos para realizar los entrenamientos, según lo acordado por los entes sanitarios, más la Comisión Médica de la ANFP.

San Marcos acusó que Brian Torres, Brandon Muñoz y Nicolás Bascuñán, los tres a préstamo desde Huachipato, incumplieron "el aspecto que señala que los jugadores deben trasladarse directamente desde su hogar al lugar de entrenamiento, o viceversa". Y agregó que "se decidió proceder con la separación inmediata y definitiva de los futbolistas".

Luis Marín, secretario del sindicato de futbolistas, reconoció ayer que la desvinculación les pilló por sorpresa. Reveló a radio Agricultura que Gamadiel García conversó con el presidente del club Carlos Ferry y que también se habló con los jugadores, quienes dieron otra versión -no revelada por el exportero- de lo que realmente pasó.

"Hablamos con los jugadores y los hechos que ellos nos comentan no van en la realidad del comunicado que saca el club y la causal del despedido. Nos asesoraremos con nuestro abogado y encargado laboral para ver los pasos a seguir", dijo Marín.

En la mañana de ayer, la ministra del Deporte Cecilia Pérez también se hizo eco de la decisión de Arica, la que apoyó. "Lo ocurrido con futbolistas (de San Marcos de Arica) es una falta de respeto a tantos deportistas que sí están cumpliendo las medidas sanitarias, y a muchos otros que anhelan retomar sus entrenamientos", escribió.

Marín también cuestionó la postura de la titular de deportes en redes sociales y retrucó: "Me extrañan las palabras de ella, tal vez tiene otra versión que no es nuestra ni de los jugadores. Sabemos perfectamente lo que pasó, por eso hablamos con la dirigencia del club antes de que los jugadores recibiesen la carta. Tenemos claridad, aquí los jugadores no rompieron el protocolo".

De momento los involucrados no han entregado su versión de lo sucedido.

El español Rafael Nadal señaló ayer que la decisión de renunciar a disputar el US Open de Estados Unidos había sido tomada con cautela y debido a la situación sanitaria y a su estado de ánimo, y añadió que respeta el trabajo de la ATP y USTA por hacer que el tenis vuelva, y también a los jugadores que decidan acudir a Nueva York porque necesiten el dinero de los premios.

"La situación sanitaria es el primer inconveniente básico a la hora de tomar mi decisión, la situación parece que no está del todo controlada, por lo cual en este caso, consultado con mi equipo decidimos esto", dijo Nadal.

"Luego, un tema de ánimo personal. La situación está como está, y mi ánimo no estaba como para viajar a Nueva York y competir. Si voy a competir es para tener todos los sentidos puestos en la competición y rendir al máximo, y al día de hoy hubiera sido complicado", agregó.

Nadal no quiso entrar en si es correcto que se dispute este Grand Slam debido a la situación que sufre Estados Unidos. "Yo no soy quien para decir si es una decisión acertada o no. Respeto todo el trabajo y la actitud positiva de la ATP y de la USTA por hacer que el tenis vuelva", comentó.

"También respeto a los otros jugadores que decidan ir, porque tengan por ejemplo una situación diferente y quieran ganar un dinero allí que necesitan. Respeto todas las decisiones, pero hoy por hoy es difícil decir si es lo correcto o no", zanjó.

Gareth Bale y James Rodríguez no fueron convocados por el Real Madrid para afrontar mañana al Manchester City por la vuelta de octavos de final de la Champions League. El técnico Zinedine Zidane los descartó de la lista de 24 jugadores que viajarán para el duelo de mañana, tras el triunfo inglés en Madrid en marzo. Bale recibió escasos minutos de juego por parte de Zidane durante el tramo final de la Liga española, en la que el Madrid salió campeón. El atacante galés no juega desde el 24 de junio. Lo mismo ocurrió con James, otro jugador que se ha quedado sin sitio en el equipo de Zidane.