El dolor de una madre
Lo que afecta a Raquel Argandoña, es una situación a la que ninguna madre quisiera estar expuesta. Para las madres no hay hijo malo, y sea cual sea su comportamiento, ellas siempre estarán a su lado apoyándolos y protegiéndolos. Este lamentable caso, ha tomado mayor notoriedad por afectar a personas públicas, pero no es el único. Esto nos lleva a reflexionar, acerca de, si es conveniente o no darle todo a nuestros hijos, por mucho que se tenga una buena situación económica. Muchas veces, se confunde lo afectivo con lo material. Las reglas del actuar familiar, deben ser muy claras. A los hijos hay que incentivarlos y recompensarlos por su comportamiento y responsabilidad, con afecto, amor y mesura material. Hay que enseñarles a luchar por lo que desean, pues no existe mayor satisfacción y felicidad que lo logrado con esfuerzo y sacrificio propio.
Jorge Valenzuela Araya