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Los sinsabores de los estudiantes que optan por dar exámenes libres

Muchas familias, disconformes con el sistema tradicional, han optado por educar a sus hijos en casa o en establecimientos alternativos, pero no siempre se sienten apoyados por las autoridades.
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Francisca Moya Mieville - La Estrella de Valparaíso

No son pocas las familias que en medio de la pandemia decidieron retirar a sus hijos de los colegios tradicionales y los preparan en casa para dar exámenes libres cuando termine el año escolar. Se trata de una alternativa muy antigua, pero que ahora ha tomado más notoriedad.

También en estas semanas ha quedado de manifiesto que no hay un apoyo real para quienes optan por este tipo de educación, por lo que se sienten abandonados, vacíos y crititan la falta de claridad y estándares de parte del ministerio de Educación.

Kelli Gray, directora de BiTEC Academy (plantel de Villa Alemana que trabaja con exámenes libres), es además apoderada de esta modalidad. Comentó que entre los padres existe la sensación de que sus niños son tratados como ciudadanos de segunda clase: "Un sentimiento de que nuestros hijos no tienen los mismos derechos que otros estudiantes chilenos". Esta aseveración se basa particularmente en dos problemas.

Las evaluaciones que deben rendir los niños inscritos en el sistema alternativo están basadas en los planes y programas del ministerio de Educación, al igual que las pruebas que se realizan en los establecimientos formales. A este último lugar, la división del gobierno le entrega los libros con el material requerido, sin embargo, quienes optan por el homeschooling no los reciben.

Esta es una de las dificultades a las que se enfrentan los niños que, de no ser porque los establecimientos devuelven el excedente de textos y este se les otorga a los estudiantes con exámenes libres, tendrían que buscar material por sus propios medios. Catherine, apoderada de la modalidad, contó que la respuesta desde las oficinas es: "Vuelva tal día y si quedan libros, le damos".

La Seremi de Educación de la Región de Valparaíso, Patricia Colarte, dijo respecto a los libros que "los establecimientos educacionales que tienen Reconocimiento Oficial se comprometen a cumplir con distintas medidas e iniciativas de apoyo pedagógico, por ejemplo con la entrega los textos escolares para establecimientos que cuenten con subvención del Estado. Por ende, cuando un establecimiento no cuenta con este reconocimiento, el Estado por normativa no está en la obligación de entregar este material".

Pese a esto y teniendo en cuenta el derecho de educarse, desde la división dicen que entregan orientaciones -como los temarios- para acompañar el proceso de los estudiantes que rinden exámenes libres y que por tanto no cuentan con Reconocimiento Oficial.

La experiencia

Naime, mamá de dos estudiantes con exámenes libres hizo críticas al sistema: "Ya la inscripción es engorrosa". Cuenta que la última vez tuvo que ir a la dependencia en dos oportunidades, la primera por cinco horas y la segunda por siete. "Hay una desorganización terrible", comentó.

Dijo además que la información por parte de la oficina de Educación en Viña del Mar no es clara y se contradice, esto ya que ha notado diferencias de trato en comparación a las oficinas del Mineduc en Santiago. Cuando le comentó esto a una de las secretarias de la Región de Valparaíso, esta le respondió "aquí es aquí y Santiago es Santiago", la madre cree que el sistema debería ser único en todo Chile.

Otro de los inconvenientes que mencionó Kelli Gray es la falta de estándares a la hora de evaluar el contenido. Las pruebas están a cargo de establecimientos educacionales designados por el Mineduc. Esto quiere decir que las evaluaciones son realizadas por diversos profesores lo que significa que no es un examen igual para todos los niños. La directora manifestó su preocupación ante la eventualidad de que a un estudiante le toque un test más difícil que a otro.

La Profesora de BiTEC Academy destacó una tercera problemática que aplica a su caso. El colegio que ella creó tiene un porcentaje de alumnos con necesidades educativas especiales. Por lo que le gustaría que la prueba tuviese que rendirse en un único lugar para todos los niños, ya que esto le permitiría poder verlos y atender a sus necesidades hablando con los docentes y explicándoles.

Catherine comentó que su hijo fue diagnosticado con déficit atencional e hiperactividad alta, por lo que cuando se le asignó un establecimiento para rendir la prueba, contactó las oficinas del ministerio para comunicar la necesidad educativa especial de su hijo. De la división le dijeron que tenía que hablar directamente con el colegio, concurrió al lugar con un certificado en el que se sugería que el niño diese la prueba en una sala en la que estuviese solo. Finalmente dio el examen con más alumnos y no pasó el curso.

Hay varios niños con trastornos y necesidades especiales que no han tenido éxito en el sistema educacional tradicional, por lo que se han visto obligados a optar por otra modalidad. Es por esto que sienten una suerte de abandono, sumado además a las dificultades para conseguir material educativo. Catherine dijo que había tratado de matricular a su hijo en varios colegios del sistema tradicional, pero que debido al nivel del trastorno no lo aceptaban.

La preocupación por mejorar estas falencias adquiere cada vez más importancia, ya que año a año aumenta más el número de estudiantes en modalidad libre. Es de hecho una opción que ha adquirido bastante popularidad entre los padres en este contexto de pandemia con un año académico caracterizado por la irregularidad e incertidumbre.

"Hay un sentimiento de que nuestros hijos no tienen los mismos derechos que otros estudiantes".

Kelli Gray

8 niveles tiene Bitec Academy, cada uno equivale a dos cursos del sistema tradicional.