Erika Rojas Salazar

En enero del próximo año comienzan a funcionar los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) que reemplazarán las administraciones municipales, ya sea de Corporaciones o Departamentos de Educación (DAEM). En todo Chile habrá 70 y en la región 8, más uno exclusivo para Isla de Pascua.

Manuel Pérez Pastén es el director del Servicio Local de Educación Pública de Valparaíso, que posee 66 establecimientos porteños y del Archipielago de Juan Fernández.

La Ley 21.040 garantiza un sistema de educación pública integrada por los establecimientos educacionales que actualmente dependen de las municipalidades y corporaciones municipales, los cuales serán traspasados a los Servicios Locales de Educación Pública. Estos últimos constituirán setenta servicios públicos descentralizados cuyo objeto único será la provisión del servicio educacional en sus respectivos territorios de competencia.

Por último, existirá una Dirección de Educación Pública que tendrá por objeto coordinar a los Servicios Locales y velar por que provean una educación pública de calidad a lo largo de todo el país.

Diagnóstico

De los 66 establecimientos que pertenecerán al Servicio Local de Educación Pública, el director y su equipo ya ha entablado 48 reuniones con directivos de jardines, escuelas básicas y liceos que pasarán de ser administrados por la Cormuval al Servicio, encabezado por Pérez, que será el nuevo sostenedor de estos centros educativos.

-Para los padres y/o apoderados de Valparaíso, ¿cuál será la diferencia visible y práctica de ser traspasados al Servicio Local de Educación Pública?

-Lo primero es que en el caso de Valparaíso, la Corporación maneja varias áreas y focos, ya sea salud, cementerios y otros, en tanto los Servicios Locales de Educación son especialista es el área. Todos sus equipos son especialistas y elegidos por concursos de Alta Dirección Pública. En resumen es un ente descentralizado, técnico y de contacto más directo con las comunidades educativas. En su estructura tiene asegurada varias áreas: finanzas y funcionarios, planificación y gestión y otras especializadas en el apoyo técnico y pedagógico, además del énfasis en lo territorial que resolverá los problemas de cada unidad educativa.

-¿Cuál es el diagnóstico inicial de los establecimientos porteños ?

-Básicamente uno de los problemas que afectan a las grandes ciudades: la infraestructura. Por ejemplo, de los 11 jardines infantiles que se traspasan ninguno tenía reconocimiento oficial, básicamente más por temas de infraestructura que de proyectos educativo. La infraestructura es un tema delicado. En Laguna Verde hay un establecimiento bajo la cota 0, es decir inundable, además de temas eléctricos. Esos son los temas más fuertes, sobre todo pensando en los temas de territorio, pues el acceso , la conectividad en los cerros y la locomoción son temas de que hay que buscar mejoras. Pero las comunidades con las que hemos hablado están contentas y expectantes. Comprenden que es un valor agregado y están con una ansiosa espera acerca de que este traspaso traiga mejoras sustantivas, las que obviamente irán ejecutándose lentamente.

-¿Cuál es el desafío para el 2021, en el inicio de este nuevo proceso?

Creo que lo más importante es reconstruir las confianzas. Porque no es posible abordar todo lo queremos hacer en educación pública desconociendo el contexto en que estamos. El país pasa por un profundo tema de desconfianzas de todas las estructuras de poder y de política, entonces en este caso lo educativo y su lento progreso no escapa. Entonces se puede pensar que esto es más de lo mismo y nada cambiará. Ese convencernos y persuadirnos mutuamente entre el Servicio y las comunidades es lo primero. En general uno podría prever ciertos escenarios para el 2021, pero nunca uno como este: con pandemia, elecciones, es decir será un año tremendamente desafiante y repensar que todo será distinto tras la emergencia sanitaria del COVID-19.