Erika Rojas Salazar

Un nuevo cargo debutó en este Plebiscito: los facilitadores del Servel. Más de 15 mil personas desempeñaron este rol en todo Chile, cuyas principales funciones fueron la supervisión del cumplimiento de las medidas sanitarias que buscan prevenir el riesgo de contagios de coronavirus.

Alejandro Silva, porteño del plan de Valparaíso fue uno de los facilitadores que trabajó en el Puerto. "Hace mucho tiempo que estoy sin trabajar y antes del 11 de septiembre ya estaba inscrito y esperando la revisión de antecedentes para lograr ser seleccionado", declaró el joven.

Portando una pechera negra, pero sin credencial como se había prometido, los facilitadores tendrán una ganancia de casi 70 mil pesos por tres jornadas de trabajo.

"Dentro de 30 días se podría obtener el pago, pero la verdad es que fue algo bueno, pues un vocal ganará mucho menos que un facilitador. Yo tengo una carrera profesional, pero me he dedicado a tomar trabajos de guardia de seguridad y ahora esto. Ayuda bastante la verdad", confesó el porteño.

Fue tal el interés por cumplir esta tarea que en solo horas se recibieron más de 100 mil postulaciones para llenar 15 mil cupos, lo que llevó al Servel a detener el proceso de postulaciones antes de la fecha estipulada.

Labores

La tarea que cumplieron los facilitadores fue entregar alcohol gel en el ingreso, verificar que los electores vengan con sus mascarillas, no consuman alimentos, no fumen, no se retiren mascarilla y que respeten la distancia física en el exterior del local de votación. Además, se encargaron de permitir el ingreso de electores de acuerdo a la capacidad del local y rociar alcohol al 70% en las manos de los ciudadanos al momento de entrar a la mesa.

Junto con esto, si el elector no conoce su local de votación o su número de mesa, deberá ayudarlo a verificar sus datos. Si no conoces tu local o mesa, ingresa a este enlace.

En el interior del local hubo 1 facilitador cada 5 mesas apoyando el orden y cuidado de todos los electores presentes en las filas.

Sorprendido con la gran cantidad de personas que vio en la ciudad, como si se tratara de un día de fiesta, se sintió ayer Matías Orellana, el joven profesor de educación física que la noche de Año Nuevo perdió un ojo al recibir el impacto de una bomba lacrimógena.

El docente, que pese al duro y radical cambio que tuvo su vida a partir del primer día de este 2020, nunca ha perdido su característica ponderación a la hora de manifestar su opinión política y mucho menos su optimismo, aunque reconoce, haber sentido cierto escepticismo frente a este proceso.

"Acabo de votar, estoy feliz", comentaba ayer pasadas las 17.00 horas y mientras se trasladaba hasta el Colegio Saint Dominic para ejercer su rol como apoderado de mesa.

El joven docente, que a raíz de la grave lesión sufrida, no ha podido continuar ejerciendo su profesión y ha debido enfrentar los duros embates provocados por la pandemia, se manifestó sorprendido, especialmente, por la alta presencia de personas tomando parte de este proceso eleccionario.

"Quedé sorprendido cuando llegué a Viña porque anda demasiada gente, creo que desde Navidad o Año Nuevo que no veía a tanta gente, las plazas están llenas, como que volvió la vida a la ciudad, se respira un aire de felicidad, de optimismo, como que andan todos tranqui, ha sido bacán en ese sentido el ambiente de votación", comentó Matías.

Sin embargo, algo negativo que vivió en carne propia fue la escasa locomoción colectiva y el gran colapso vial en las principales arterias.

"La locomoción está muy mala, yo para llegar al metro tuve que hacer dedo porque no andaba ninguna micro. Ha sido complejo en ese sentido", comentó Matías.

El joven profesor que se ha convertido en el símbolo de las víctimas con daño ocular producto del uso de bombas lacrimógenas en la región, estuvo acompañado durante su proceso eleccionario por un equipo del programa "La Voz de los que sobran". "Ha sido un día especial", dijo el joven viñamarino.

Al menos tres vocales de mesa tuvieron que ser aislados durante la jornada de ayer por personal de la Seremi de Salud debido a que eran sospechosos de portar COVID-19.

El seremi de Salud, Francisco Álvarez, explicó que "fueron aislados rápidamente, bajo todos los protocolos de higiene y seguridad y evaluados por equipos de salud".

Agregó que "el primer vocal corresponde a la comuna de Llay Llay, que es un caso sospechoso con síntomas leves, al cual se le tomó una PCR y está aislado en su hogar. El segundo vocal corresponde a la comuna de Valparaíso, que es un contacto estrecho sin síntomas, a quien se le tomo una PCR y está aislado en una residencia sanitaria de la misma comuna".

Asimismo, la autoridad sanitaria precisó que "el tercer vocal corresponde a la comuna de El Quisco que es una persona con resultado de PCR indeterminada de una búsqueda activa sin síntomas, que está ahora aislado en su hogar", detalló Álvarez.