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En una villa nació y toda la Argentina lo despidió: miles le dijeron adiós a Diego

Con serios incidentes terminó el velorio del ídolo máximo del fútbol argentino en la Casa Rosada. La intención por ver al "Pelusa" era tal que forzaron la entrada al palacio de gobierno, lo que obligó a mover el féretro del zurdo a un salón aparte.
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Jorge Reyes Patuelli

La noche tras el día en que murió Diego Armando Maradona pareció ser eterna en Argentina. Ayer el pueblo trasandino despidió a su ídolo, le dijo adiós al jugador que le llenó el alma de fútbol. El "Diez" fue velado en la Casa Rosada con la Copa del Mundo y con sus cuatro camisetas más importantes: la de la selección, la de Boca Juniors, la de Argentinos Juniors y la del Napoli. Todas con la "10" en la espalda.

Por algo el miércoles 25 de noviembre de 2020 pareció ser infinito al otro lado de la cordillera. Era difícil aceptar que Maradona falleció. Las calles se llenaron desde un comienzo para despedir a su ídolo, e incluso en la madrugada de ayer las personas empezaron a llegar a la Plaza Mayo para guardar un turno en la fila que conformó todo un país para despedir al ídolo popular.

A las 6.00 horas, cuando amanecía, las puertas se abrieron en la casa de gobierno. La fila era interminable. Camisetas de Boca, River Plate, Argentina, de todos los equipos del país eran un collage de mantos del fútbol que se veían avanzar por esa columna de gente que al ver el ataúd le arrojaba flores, casacas, gorros y símbolos con un significado personal.

La emotividad era máxima. Hinchas de Boca y de River, sin importar la histórica rivalidad, se abrazaban y lloraban juntos por las calles de la capital argentina. Nada tenía sentido en ese momento para ellos. Las odiosidades quedaron atrás o se paralizaron por ese momento, todos querían abrazarse por el Diego.

La extensa vigilia por el "Pelusa" terminaba dentro de la Casa Rosada con Maradona en medio de un salón acondicionado especialmente para él y su familia. La gente que pasaba a despedirse lo hacía a la distancia separados de algunas vallas de seguridad y guardias personales. "¡Grande, Diego!" y "¡Se nos murió el fútbol!", fueron algunas frases que las personas gritaban entre aplausos cuando llegaban al ataúd a cajón cerrado del "Diez".

Un emocionante adiós

Además del clamor popular que llegó a despedir a Maradona, mucho antes de que se permitiera el ingreso de las personas, la familia del exjugador, como su exesposa, Claudia Villafañe y sus hijas, Dalma y Giannina Maradona, llegaron a la Casa Rosada a esperar el cuerpo de su ser querido. También participaron miembros del equipo campeón de México 1986 como Oscar Ruggeri, Sergio Batista y Jorge Burruchaga, además de exjugadores y actuales de Boca Juniors como Martín Palermo y Carlos Tévez.

Cerca del mediodía, el presidente de Argentina, Alberto Fernández acompañado de la primera dama Fabiola Yáñez, se acercaron al féretro y colocaron la camiseta de Argentinos Juniors, el primer club de Diego. Además, puso un pañuelo de las Abuelas de Plaza de Mayo, una de las causas que Maradona apoyó fervientemente en su vida.

Otras figuras del fútbol trasandino, como Marcelo Gallardo, actual técnico de River Plate, también se hizo presente en la despedida del "Diez", junto a Enzo Francescoli y el extécnico de Argentina y Colombia, José Néstor Pekerman.

Disturbios

Afuera de la sede de gobierno también se vivieron momentos de mucha tensión. Algunas personas no respetaron sus lugares e intentaron colarse en la fila, provocando tumultos y hasta una avalancha de gente, sin respetar las medidas sanitarias establecidas por la pandemia.

Es que la fila de personas atravesaba la Avenida 9 de Julio hasta la Plaza de Mayo, o sea, era más de 1 kilómetro de gente esperando su turno para despedir a Maradona en una visita que duraba menos de 20 segundos. Y eso antes del mediodía, porque con el pasar de las horas las colas no cesaron y se extendieron por lo largo de las calles de la ciudad de Buenos Aires.

La familia había permitido que la visita fuera hasta las 16.00 horas, pero la gran cantidad de personas que todavía no podía ingresar obligó a que se extendiera hasta las 19.00.

Pero no funcionó. Las personas empezaron a empujar las entradas de la Casa Rosada e incluso, tras la invasión y el uso de bombas lacrimógenas, muchos llegaron hasta el Patio de Las Palmeras dentro del palacio de gobierno para lavarse la cara en la fuente de agua que está en el edificio.

Finalmente el velorio tuvo que ser suspendido y por la tarde en una caravana acompañada por todos los hinchas por las calles de Buenos Aires, el "Diez" llegó hasta el cementerio Jardín de Bella Vista, lugar donde fueron sepultados sus padres y ahora yace el "Barrilete Cósmico".